Yisus: Bajo La Misma Estrella Falsa.

Capítulo 24: La Red se Cierra.

Las palabras del agente resonaron como un martillazo en el silencio de la noche. Su padre acaba de ser arrestado. Fraude masivo. Amaia se desplomó contra mí, las lágrimas que había contenido durante la huida brotando ahora en un torrente silencioso de desesperación. Su mundo, que ya se desmoronaba, acababa de colapsar por completo.

—¡Tienen que escucharnos! —gritó Valeria, plantándose frente al agente con una ferocidad que lo hizo retroceder un paso—. ¡Es una trampa! ¡Hay alguien detrás de esto! ¡Tenemos pruebas!

—¿Pruebas? —preguntó el agente, escepticismo written en cada línea de su rostro—. Miren, chicos, esto es muy serio. Las acusaciones contra el señor Villalba son concretas. Transacciones fantasma, cuentas en el extranjero... la evidencia es digital, pero es sólida.

—¡Porque la fabricaron! —intervino Mateo, adelantándose con su teléfono en la mano—. ¡Tengo una grabación! ¡Aquí está la voz del hombre que está detrás de todo, admitiendo que quiere arruinar a la familia Villalba por venganza! ¡Y la de su hacker!

El agente frunció el ceño, pero algo en la desesperación genuina de nuestras voces, en los rostros pálidos y arañados, debió de hacerle dudar. —Está bien—cedió, con un suspiro—. Entren. Pero no prometo nada.

Nos guió al interior de la comisaría, un lugar de luces fluorescentes y olores a café rancio y ansiedad. Nos sentaron en una sala de interrogatorios pequeña y fría, mientras el agente llevaba el teléfono de Mateo a otra habitación. Los minutos se arrastraban. Amaia no dejaba de temblar. Sofía le sostenía la mano, su propio rostro marcado por el miedo y la culpa.

—Si mi padre cae por mi culpa... —murmuró Amaia, con la voz quebrada.

—No es por tu culpa —dije con firmeza, agarrándole la cara para que me mirara—. Es por la culpa de un hombre lleno de odio. Y lo vamos a detener.

La puerta se abrió. No era el agente, sino una mujer de traje estricto y mirada analítica. Se presentó como la inspectora jefe Elena Torres.

—He escuchado la grabación —dijo sin preámbulos—. Es... interesante. Pero inadmisible en un juicio. Se obtuvo sin consentimiento. —Levantó una mano para acallar nuestras protestas—. Sin embargo, las acusaciones que contiene son demasiado graves como para ignorarlas. Especialmente la mención a un ciberataque inminente. —Se sentó frente a nosotros—. Díganme todo. Desde el principio. Y no omitan ningún detalle.

Durante la siguiente hora, le contamos todo. Desde el pacto inicial entre Amaia y yo, las amenazas de Adrián, la traición de Sofía, el descubrimiento de Mateo, el almacén, El Jefe, Lena, todo. La inspectora nos escuchó en silencio, tomando notas ocasionalmente, su rostro era un pozo impenetrable de profesionalidad.

Cuando terminamos, se quedó quieta por un momento, procesando. —El nombre que mencionan,"El Jefe"... la descripción coincide con un antiguo socio de su padre, Amaia. Un tal Mauricio Contreras. Su empresa quebró tras una fusión fallida con Villalba Holdings hace una década. Siempre culpó a su padre. Desapareció de la escena pública. —Se puso de pie—. Si él está detrás de esto, y si esa grabación es real, entonces estamos ante un caso de sabotaje industrial, chantaje, y mucho más.

—¡Entonces liberen a mi padre! —suplicó Amaia.

—No puedo —dijo la inspectora con genuino pesar—. Las pruebas en su contra son abrumadoras. Por ahora. Pero su arresto puede ser nuestra ventaja. —Una sonrisa astuta se dibujó en sus labios—. Si Contreras cree que ha ganado, que su plan está funcionando, se confiará. Y cometará un error.

Explicó su plan rápidamente. Debíamos actuar con normalidad. Amaia debía hacer una declaración pública breve, pidiendo privacidad para su familia en este momento difícil. Nada de mencionar a Contreras o la conspiración. Teníamos que hacerle creer que habíamos perdido, que estábamos derrotados.

—Mientras tanto —continuó la inspectora—, mis mejores técnicos rastrearán la grabación hasta su origen. Si Contreras usó algún canal digital para comunicarse con su hacker, lo encontraremos. Y cuando tengamos ese eslabón, lo conectaremos con las "pruebas" contra su padre. —Miró a Amaia—. Necesito que sean discretos. Que confíen en mí.

Salimos de la comisaría con una mezcla de esperanza y terror. El plan era bueno, pero arriesgado. Jugábamos con la libertad de Don Roberto.

Al día siguiente, el instituto era un hervidero. La noticia del arresto era la comidilla de todos. Las miradas hacia Amaia eran una mezcla de lástima y morbo. Ella, con una fuerza que me dejó boquiabierto, mantuvo la cabeza alta. Hizo su declaración frente a la prensa con una elegancia desgarradora, pidiendo "justicia y fe en el sistema". Era la actuación de su vida.

Nos reunimos en el aula de arte después de clases, agotados. La tensión de fingir normalidad era agotadora.

—¿Y ahora? —preguntó Hugo, que se había unido a nosotros, sintiéndose culpable por no haber estado en el almacén—. ¿Solo esperamos?

—Sí —dijo Valeria—. Y vigilamos. —Mostró su teléfono—. He estado monitoreando las redes de Villalba Holdings con un programa de Mateo. La actividad es frenética. Parece que están intentando contener la fuga de datos, pero...

—Pero ¿qué? —pregunté.

—Pero es como poner parches en un barco hundiéndose —concluyó Mateo, sombrío—. Si Lena es tan buena como parecía, el colapso es inminente.

De repente, la pantalla del ordenador de Mateo, que estaba abierto sobre una mesa, emitió una alerta sonora. Un mensaje encriptado apareció en una ventana oscura.

"Para los niños entrometidos. Dejen de nadar contra la corriente. El barco se hunde. Acepten su derrota. O lo perderán todo. - C."

C. Contreras.

Nos miramos, aterrorizados. No solo no se había confiado, sino que sabía que estábamos actuando. Sabía que no nos habíamos rendido.

En ese momento, el teléfono de Amaia sonó. Era un número restringido. Con mano temblorosa, respondió y lo puso en altavoz. La voz de Mauricio Contreras, fría y calmada, llenó la habitación. "Muy buen discurso, Amaia. Muy conmovedor. Pero las mentiras no se te dan bien. Así que he decidido subir la apuesta. Tu padre no es el único con secretos. ¿Qué diría la gente si supiera que tu querida madre necesita tratamiento psiquiátrico desde hace años? ¿O que tu hermano pequeño... en realidad no es tu hermano? Decídete. Ríndete públicamente... o mañana todos conocerán la verdad de tu 'perfecta' familia."



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En el texto hay: amor, drama.

Editado: 27.08.2025

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