Capítulo 12: La Traición de la Sangre.

El sonido de la voz de Clara dando la orden de eliminación resonó en la pequeña cámara como un disparo. Por un instante, el mundo pareció detenerse. La mujer en quien habíamos confiado, la líder de los protectores de Mcina, nos había traicionado.

Alexander fue el primero en reaccionar. "—¿Clara?—" su voz era un mezcla de incredulidad y dolor— "—¿Por qué?—"

Clara ya no parecía la anciana vulnerable de momentos antes. Su postura era erguida, sus ojos brillaban con una intensidad aterradora, y en su mano sostenía un pequeño dispositivo que none había visto antes.

"—Porque el legado de Mcina es demasiado importante para dejarlo en manos de sentimentales—" respondió con voz fría— "—Thomas tenía razón en eso. Pero era demasiado impaciente—."

Elara retrocedió, llevándose las manos a la boca. "—Usted... usted mató a mi padre—¿verdad?—"

Clara sonrió, un gesto extraño y torcido en su rostro arrugado. "—Alistair era un idealista, como todos los Blackwood legítimos. Creía que podíamos revelar la verdad sin consecuencias. Pero algunas verdades son demasiado peligrosas—."

Mientras hablaba, noté que sus dedos se movían sobre el dispositivo. Actuando por instinto, me abalancé hacia ella, pero era demasiado tarde. Una descarga eléctrica me golpeó, lanzándome contra la pared.

"—Tonto detective—" dijo Clara— "—Crees que puedes detener lo inevitable—."

Alexander intentó aprovechar la distracción para atacar, pero Clara presionó otro botón y una barrera de energía surgió entre nosotros, dividiendo la cámara en dos.

"—El verdadero poder de Mcina no estaba en sus inventos—" explicó Clara, mientras el dispositivo creaba un campo de fuerza around su grupo— "—sino en su visión. Una visión que Thomas y los demás eran demasiado estrechos de mente para entender—."

A través de la barrera semi-transparente, vi cómo Clara y sus seguidores se retiraban hacia uno de los pasadizos laterales. Elara gritó, corriendo hacia la barrera, pero la energía la repelió.

"—¡No puede hacer esto!—" gritó Alexander— "—¡Somos su familia!—"

Clara se detuvo en la entrada del túnel. "—Precisamente por eso debo hacerlo. Para proteger a la familia de sí misma—."

Antes de desaparecer, lanzó una última bomba. "—Por cierto, detective—" dijo— "—¿nunca se preguntó por qué recibió esa primera carta? ¿Quién realmente lo invitó a venir aquí?—"

Sus palabras me golpearon con la fuerza de un martillo. ¿Clara había sido la autora de la carta original? ¿Por qué me habría invitado si planeaba traicionarnos?

La barrera de energía se desvaneció tan suddenly como había aparecido, dejándonos atrás en el taller secreto. Corrimos hacia el túnel por donde habían desaparecido, pero encontrámos solo una pared de piedra sólida. Otro pasadizo secreto, ahora cerrado para siempre.

"—Dios mío—" murmuró Elara, deslizándose por la pared hasta sentarse en el suelo— "—todo fue una mentira—."

Alexander pateó la pared en frustración. "—¿Cómo pudimos ser tan ciegos?—"

Mientras ellos procesaban la traición, yo examiné el área donde Clara había estado parada. En el suelo, encontré algo que había dejado caer—un pequeño diario de notas que none habíamos visto antes.

Las páginas contenían planes detallados que se remontaban a años atrás. Clara no solo había orchestrado la muerte de Alistair, sino que había estado manipulando a todos desde las sombras durante décadas. Pero lo más aterrador era una entrada reciente:

"El detective Black es perfecto. Su reputación lo precede, pero su arrogancia lo ciega. Será el chivo expiático ideal cuando todo se desmorone."

Ella me había elegido específicamente para tomar la culpa de sus planes. Cada pista que había seguido, cada descubrimiento que creía haber hecho por mi cuenta—todo había sido cuidadosamente guiado por Clara.

"—Miren esto—" dijo Elara, que había comenzado a examinar los planos de Mcina en las paredes— "—Clara no solo nos traicionó a nosotros—."

Señaló unos diagramas que mostraban modificaciones recientes a los inventos originales de Mcina. Clara había estado redirigiendo la energía de los mecanismos de la mansión hacia un propósito completely diferente—no para preservar el legado, sino para algo mucho más siniestro.

"—Está intentando activar el Protocolo Cuervo—" explicó Elara, palideciendo— "—Mcina lo diseñó como último recurso—para sellar la mansión y todo su contenido para siempre en caso de que el legado estuviera en peligro inminente—."

Alexander maldijo. "—¡Eso nos enterraría vivos!—"

"—Peor—" corrigió Elara— "—según estas notas, Clara lo ha modificado. No solo sellará la mansión—liberará una neurotoxina que eliminará a cualquiera dentro del perímetro—."

El horror de la situación se hizo evidente. Clara no solo quería el legado para sí misma—quería eliminar a todos los testigos y asegurar que nadie más pudiera reclamarlo.

Teníamos que detenerla, pero primero necesitábamos entender sus motivos. ¿Por qué alguien que había dedicado su vida a preservar el legado de Mcina suddenly decidiría destruirlo todo?

Fue entonces cuando encontramos la pieza final del rompecabezas—escondida detrás de un retrato de Mcina que none habíamos notado antes. Un documento de nacimiento, muy antiguo, que revelaba la verdad sobre Clara.

No era simplemente una descendiente leal de Mcina—era su bisnieta directa, la verdadera heredera principal. Pero había renunciado a su derecho years atrás por razones que el documento no explicaba.

"—Dios mío—" susurró Elara— "—por eso siempre supo tanto. Por eso tenía acceso a todo—."

Alexander golpeó la pared con furia. "—¡Entonces por qué hacer todo esto! ¡Si el legado ya era suyo por derecho!—"

La respuesta llegó de la manera más inesperada. Una proyección holográfica se activó suddenly en el centro de la cámara—un mensaje pregrabado de la propia Mcina, activado por nuestro descubrimiento del documento.

La imagen de Mcina era sorprendentemente clara, sus ojos llenos de tristeza y sabiduría. "—Si estás viendo esto—" dijo su voz, suave pero firme— "—significa que mi peor temor se ha hecho realidad. Que mi sangre ha sido corrompida por la ambición—."