Yo Lo Hice

Capítulo 10

Verónica  


Me voy a suicidar. Lo decidí desde el momento en que amaneció. Lo supe cuando vi los rayos del sol inundando la sala. La vida ya no tiene sentido. Fue un error perder mi tiempo en el mundo tóxico del modelaje haciendo algo que no quería solo para tratar de ser aceptada por mi mamá. Ni siquiera funcionó. Ella siempre señaló mi peor foto, mi error, mi debilidad. Nunca pudo sentirse feliz conmigo. 
Un perro blanco con corea se acercó a mí y lamió mi mano mientras caminaba por la acera. Su dueña estaba descuidada hablando por teléfono así que me agaché y comencé a acariciarlo. Sus ojos eran de color chocolate y me veía con ternura. Ningún ser humano me vería así si supiera que asesiné a alguien.  
Me puse de pie y continué mi camino. Sabía perfectamente hacia donde iba. Tendría que caminar por media hora para llegar al puente, pero no me importaba. Prefería hacer ese último trecho de mi vida a pie. 
Fue un error querer ser la chica más popular de la escuela. Pensé que seria divertido y que todos me amarían, pero en realidad no fue divertido y las personas que me rodeaban fingían quererme cuando en realidad me odiaban. Debí haber pasado desapercibida, debí haber hecho las cosas diferentes. 
Fue un error hacerle tanto daño a Roxana. Fue un error apartarla y humillarla. Fue un error ser tan cruel e inmadura. No debimos habernos grabado en la biblioteca y no debimos haber mostrado la grabación, frente a toda la sección. 
Pero sobre todo, no debimos arrancarle su vida, su futuro, sus sueños, sus metas. Empecé a llorar de nuevo y un hombre que regaba su jardín frunció el ceño al verme pasar. No podía contener mis lágrimas. Me sentía impotente por no poder cambiar las cosas. Ella era brillante, era buena en todo lo que hacía. Iba a ser la mejor estudiante de la clase. Pudo haberse dedicado a una ingeniería. Pudo haber sido una excelente doctora. Pero ya no iba a ser nada de eso porque estaba muerta. Por mi culpa.  
Yo distraje a Dexter mientras él conducía. Ella caminaba sola en medio de la oscuridad y seguramente iba llorando por lo que le habíamos hecho. Nos burlamos nuevamente de ella. Una vez más. Otro clavo en mi ataúd. 
Mis pies comenzaron a dolerme de tanto caminar, pero continué caminando. Mi vida no tenía mucho sentido antes del accidente, pero ahora lo tenía mucho menos. 
Rebecca y Dexter no deseaban entregarse y los entendía perfectamente porque yo tampoco deseaba hacerlo. No quería ver la reacción de mis padres al enterarse, no quería ver el escándalo en los periódicos, no quería ser señalada por todos los estudiantes de la escuela, no quería estar encerrada en cuatro paredes, no deseaba que la gente del reclusorio se metiera conmigo, no quería marchitarme poco a poco. Era mejor hacerlo todo de golpe. Acabar con las cosas de una vez. Era posible que la verdad saliera a la luz y que todos me señalaran, pero ya no estaría allí para verlo. Y si la verdad no se revelaba en todo caso estaba haciéndole un favor a mis amigos porque me era imposible sostener aquella mentira. Si continuaba con vida era muy probable que terminara metiendo la pata y hundiéndolos a todos. Servía mejor como un testigo silencioso. Nadie podría interrogarme ni sacarme información estando muerta. 
Miré el puente a lo lejos y suspiré de alivio. La caminata ni siquiera se me hizo larga. La carretera no era una de las más transitadas de la ciudad y era un alivio para mí ver que el lugar se encontraba vacío.  
Apoyé los brazos contra la barandilla pintada de amarillo brillante y admiré la vista. El río se veía imponente. Se extendía más allá de mi vista y me transmitía una increíble paz. La paz que necesitaba. Casi podía sentir como el agua me susurraba, estaba llamándome. El viento movía mi cabello de forma deliciosa y llenaba mis pulmones de aire fresco. Ya está.  Ya nada importaba ahora. No podía cambiar las cosas malas que había hecho, pero quería que mi último pensamiento se enfocará en las personas en las que sí pude dejar un impacto positivo. Rebecca. Dexter… y nadie más al parecer. Era muy triste llegar hasta ese punto y darme cuenta de que no hice nada bien en mi vida, pero al mismo tiempo me parecía una confirmación de que mi decisión era la correcta.  
Salté la barrera de seguridad y luego la otra y así de rápido ya estaba en el borde. Me pregunté si otras personas ya se habían suicidado allí, pero no recordaba ninguna noticia al respecto. Ciertamente era una de las peores formas de morir así que los otros seguramente fueron más inteligentes y usaron métodos más convencionales como una mezcla de pastillas, por ejemplo. Hubiera intentado hacerlo si se me hubiera ocurrido antes. 
El viento amenazaba con desequilibrarme y no pude evitar ser invadida por una oleada de nervios traicioneros. Miré hacia abajo y la vista me quitó el aliento. Me encontraba en medio del puente y la caída frente a mi dirigía a la parte más profunda del río y también a la que más corriente tenía. No había forma de que saliera de allí en una pieza. Quizás sufriera mucho, pero solo sería por un momento y ya. Un momento fugaz. 
Me acerqué más a la orilla y mi determinación se fue fortaleciendo. 
Ya no iba a sufrir más. 

 




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