—En serio no quiero hablar de eso —volví a decir.
No era uno de mis temas favoritos, y solo me provocaba cólera recordarlo.
Desde que empezaron a gustarme los chicos he pasado por malos momentos con cada tipo que llegó a gustarme.
Todos, y digo TODOS, los novios que he tenido me han engañado. Ya sea con una amiga, la amiga de una hermana, la primera segunda, la compañera, la profesora, la niñera, la verdadera novia, la hermana, etc.
Al final acababa descubriendo el engaño. Aparte de infieles eran muy torpes para al menos disimularlo. Solo debía darme la vuelta y verlos ahí, succionando el aire del otro. No exageraba, eso pasó con mi ex y su hermana. Se pasaron de fogosos.
Me di cuenta que no podía confiar en el género opuesto, y tomé la decisión de no volver a tener novio… hasta graduarme de la universidad. Por eso me esforzaba tanto en sacar las mejores notas, quería obtener una beca de traslado. Tal vez en otro país los hombres no fueran tan… tan… tan… desconfiables.
Si fuera francés sería aún mejor.