¿Boda?
—Como soy de viejas costumbres no puedo permitir que mi preciosa Laura tenga actividades pecaminosas fuera del matrimonio —explicó—. Por eso sugerí venir aquí, parece que en este pueblo han legalizado las bodas caninas.
Carla se acercó y cubrió mi boca con un pañuelo.
Adrián se puso delante de Mino y Laura.
—Estamos reunidos aquí para unir en santo matrimonio a Mino Violeal y Laura Primeramor...
Sacudí la cabeza, tenía que detener esta locura.
—Entonces los declaro marido y mujer, puede besar a la…
—¡Yo me opongo! —logré quitarme el pañuelo.
—Lo siento, ya los casé.
—Pero… pero…
—Y al ser todo legal les doy mi bendición de reproducirse —dijo sonriendo.
Como si ambos canes entendieran lo que dijo, empezaron algo que no quiero describir. Desvié la mirada de inmediato.
—Tu amigo sí que tenía ganas —dijo Adrián, apareciendo a mi derecha—. Si hubiera sabido que alguien igual a Laura estaría en Perú me habría ido de Francia hace mucho.
¿Es francés?