ARYA
Cuatro días antes
Jessie está desaparecida...
Me costó aceptarlo cuando Nathaniel me lo dijo, se que ella va a aparecer, pero solo saber la idea que podría perderla, me estresa, me inquieta, no estoy acostumbrada a este tipo de situaciones.
Las cosas han ido bien con Jhon, por ahora. Siento que no ha cambiado nada, sigue siendo el mismo engreído de siempre y a pesar de las muchas veces que le he dicho lo que tiene que hacer y lo que no, nunca entiende, es como si no me estuviera haciendo caso y eso es bastante molesto. Miro el jardín desde la ventana de mi habitación, es costumbre mía mirar por la ventana, no importa si estoy feliz, triste o estresada, siempre estoy distraída viendo las flores del jardín.
—¿Arya? —llamó mi hermana, Sofía.
—Pasa Sofi —mi voz apenas se escuchaba.
Gire un poco la cabeza para ver a mi hermana, sus ojos color miel resaltan mucho cuando les daba el sol. Sofía es una mujer de esas que por más calmadas que parezcan, son un terremoto andante, mama dice que somos iguales en cuanto a eso, sin importar que Sofía ya sea adulta. Ella estaba en su típica bata de dormir, aun no entiendo por que la usaba si ya era tarde; y tenía el pelo atado en una cola alta.
—¿Todo bien? —preguntó ella sentándose a un lado de mi cama.
—Mi mejor amiga está desaparecida, ¿Por qué no estaría bien? —respondí indignada, esa era una pregunta incoherente.
—Discúlpame, había olvidado eso.
Ella me miró y yo simplemente desvíe la mirada, Sofía suele ser muy pesimista a veces, no se le nota, pero a veces sí.
—Sofi —La mire —¿Tu crees que pueda ayudar a Jhon a cambiar?
—Pues, él confía en que puedes hacerlo ¿No? Si el te escogió a ti para ayudarlo a cambiar su horrible comportamiento, entonces supongo que si puedes.
—Nunca había hecho este tipo de cosas.
—Ya lo se hermanita, pero él cree que puedes y yo también —ella sonrió.
Suspire.
—Todos creen que puedo ayudar a cualquier persona cuando no puedo ni ayudarme a mi misma.
—¿Por qué dices eso?
Me arrepentí de haber dicho eso, hablar de mis sentimientos no es cosa que me guste porque luego pienso que me tienen lastima. Nunca he hablado con nadie de lo que siento por Nathaniel, me mirarían raro, y la verdad me da miedo hablar de ese tema.
—Sofi, ¿Alguna vez te has enamorado y no has sido correspondido o a esa persona le gustaba alguien más?
—¿Estás sufriendo por amor? No me digas Arya —dijo ella en un tono burlón.
—Responde mi pregunta —la mire mal.
—Eso le ha pasado a muchos, Arya. A mi me ha pasado y créeme, es horrible.
—Ya sé que es horrible, Sofi, el sufrimiento nunca ha sido bueno.
—¿Sabes algo? Estar solo a veces es mejor, es mejor estar solo que ahogándote en un sufrimiento que te está destruyendo internamente, quizás si necesitamos la compañía de alguien que esté siempre ahí para nosotros, pero cuando no existe ese alguien, nuestro lugar de consuelo somos nosotros mismos.
—¿Y si me quedo sola para siempre?
—No va a pasar, no solo es estar acompañado de alguien a quien llames tu pareja, también estamos tu familia y los amigos que te quieren —ella me miro y sonrió —No estas o restaras sola, hermanita.
Miré a mi hermana y sonreí, definitivamente tener este tipo de conversaciones con ella se está convirtiendo en una de mis cosas favoritas. Sofía puede parecer una mujer seria, pero a veces actúa muy infantil y dramática conmigo, sin importar que tenga más de veinte años.
—Ahora —su tono de voz cambió —¿Podrías decirme por quién estás sufriendo? A ver si vale la pena.
No pude evitar reírme, Sofi también es algo carismática, no lo voy a negar. Yo desvié la mirada porque la verdad no se si estoy lista para hablar sobre mis sentimientos hacia un vampiro.
—Es raro Sofi, me vas a mirar raro si te lo digo.
—¡Ay por favor Arya! —dijo sacudiéndome por los hombros.
—Es que no lo sé Sofi —empecé a dudar —¿Me prometes que no se lo dirás a mamá?
—Te lo prometo.
Otra vez volví a dudar, se que contar las cosas que siento a veces es bueno, compartir lo que o como te sientes, porque así estaría compartiendo esto con alguien y si en dado caso es algo malo, quizás esa persona te ayude. Me tapé la cara con las manos y me sentí nerviosa.
—Nathaniel.
Sofía se quedó en silencio unos segundos, no tuve que mirarla para saber que estaba más que sorprendida, cualquiera se sorprendería según yo, esto no es nada normal.
—¡Tiene que ser una broma! —gritó ella al fin —¿Es en serio?
—¡Que si! —dije mirándola.
—Es un vampiro.
—Si no me dices no me doy cuenta —fingí sorpresa.
Ambas nos reímos.
—Arya ¿Estás segura de lo que sientes? —me miro —¿No me dijiste que a él le gustaba Jessie?
¿Se lo había dicho? No lo se, mi memoria a veces falla, así que no recuerdo si le conté sobre eso a Sofía.
—Esa es la cosa— Suspira —No quiero interponerme ahí porque sé que hay atracción entre ellos.
—Entonces... —Ella me miro —¿Que vas a hacer?
—Nada, superar el rechazo, porque aunque él no me diga nada, se que es un rechazo seguro y así me ahorro sentirme mal.
—Te sientes mal de todas formas Arya.
—Pero no estoy lidiando con un rechazo.
Ella se queda en silencio, como si pensara "tiene sentido". Sobrellevar mis sentimientos es algo que nunca he hecho, y menos si es un sentimiento de rechazo, nunca he lidiado con eso en mi vida; bueno, es lógico, apenas estoy entrando en la adolescencia.
—Necesito tomar algo de aire —dije, levantándome de la cama.
—No vuelvas tarde.
—De acuerdo.
Salí caminando lentamente de casa, no sin antes pasar por el jardín y mirar las flores más de cerca un rato.
La naturaleza es el mejor lugar si buscas paz o tranquilidad.
Salí del jardín y empecé a caminar sin rumbo como lo hacía cada vez que salía, y raramente siempre terminaba en el bosque, siempre me encontraba con Jessie o con ella junto a Nathaniel, pero hoy, fue diferente. Deje de caminar cuando Jhon se cruzó en mi camino.