Yo no tengo corazon

Parte 1

3 años antes

3 años antes

Me encuentro en mi lugar favorito viendo el amanecer, el Puerto de Boston me invaden sentimientos de nostalgia, tal vez sea la ultima vez que lo visite, hoy no me he escapado como siempre lo hacía desde mis 12 años.

Mi nombre es Giovanna Smith, tengo 19 años, 13 de los cuales he vivido recluida en un internado para señoritas de la alta sociedad de Massachusetts. Si eres rebelde y problemática y tus padres no te aguantan seguro seras mi compañera.

Se preguntaran porqué yo estoy ahí. La respuesta es: ser el producto de la infidelidad de mi madre en una noche de copas a su flamante y multimillonario esposo Lucas Robertson

Mi madre (si es que se le puede llamar así), le fue infiel a su marido en un viaje de amigas que duro 2 meses por toda Europa, regresó embarazada de 5 semanas, la Gran Señora Samantha Smith de Robertson intentó embaucar a su marido diciendo que el parto se adelantó, pero cuando nací no había duda que yo no era hija de él. Toda su familia y la de mi madre son rubios ojos claros y yo soy castaña con los ojos mas oscuros que la noche.

Estuve sometida al rechazo prácticamente desde mi nacimiento, debido a las habladurías de la sociedad, nunca fui parte de su familia, a mi me criaron niñeras durante mis primeros años y cuando tenia 6 me enviaron hasta ese internado, jamas recibí visitas, un pastel por mi cumpleaños, ni regalos por la navidad, nadie llegaba a los actos escolares estuve prácticamente confinada en ese edificio, que las únicas veces que me sentía libre era cuando saltaba el muro y me escapaba hasta el puerto.

Por eso siempre me esforcé, trabaje muy duro en mis clases, siempre fui la mejor, mis compañeras me pagaban por realizar sus tareas, asi es como he podido ahorrar mi pequeña fortuna.

Terminé el colegio un año antes y me gané una beca completa para estudiar finanzas en la Universidad de Columbia, así aquí estoy yo despidiéndome para siempre de mi pasado, esperando que mi en mi futuro pueda encontrar todo aquello que me hace falta

Llegué al Instituto pasadas las 3 de la tarde, llevaba el tiempo justo. Mi tren a Nueva York sale en dos horas.

Tengo todo mi plan trazado. Llegaría a Columbia, mi beca completa incluye alojamiento y alimentación. Sólo tengo que cubrir mis gastos personales, con lo que llevo ahorrado puedo subsistir 2 meses mientras encuentro algún empleo que se adapte  a mi horario escolar. Ó simplemente encontrar compañeros que necesiten de mis servicios así tener ingresos.

Justo a la entrada me encuentro a una persona que pensé nunca ver más en mi vida: Mi madre.

- Niña llevo dos horas esperándote- estaba ahí con su semblante serio y amargado, como siempre que me miraba. Si pensé por un segundo que vendría a felicitarme por mis logros. Qué ilusa Giovanna.

-¿A qué debo el honor de su visita Sra. Robertson. Jamás dejó que le dijera mamá.

-Supe que estás admitida en Columbia, ¿no pudiste buscar otra Universidad muchachita?. Esta mujer es increíble.

- Fué la única que me admitió con beca completa señora, así que era eso o morir de hambre.

- Está bien, desgraciadamente no puedo hacer nada para impedirlo. Sólo te vengo a aclarar dos cosas, si no quieres que tu estadía ahí se vuelva un imfierno- ¡¡¡es enserio?!!!!. No sólo se empeñó en negarme su amor durante toda mi vida, todavía tiene el descaro de amenazarme- Mi hija mayor está terminando su especialización, así como la mayoría de los hijos de mis amistades estudian ahí. No quiero por ningún motivo que te relaciones con nadie de mis allegados, mucho menos menciones mi nombre o el de mi marido. No quiero tener que pasar por la vergüenza de explicar porque tu eres así.- 
Me dió una mirada de repulsión, como si yo fuera lo peor y más desagradable que ha visto en la vida. No se porque me sorprende. En otras ocasiones palabras tan fuertes hacían que pasará toda una noche llorando, en una ocasión intente acabar con mi vida, Pero tan mala es mi suerte que una de mis compañeras me encontró y avisó a la directora. Fue tan grande mi castigo que nunca quise volver a intentarlo.

- Mire señora, he pasado toda una vida omitiendo de donde provengo, no se porque le preocupa que yo vaya a hablar, de cualquier forma nadie le creería.

- Más te vale que cumplas con tu palabra. No te atravieses en mi camino. Porque como enemiga no me puedes tener. Y dicho esto se dio la vuelta y se alejó.

Por un momento quise dar marcha atrás, no necesitaba más complicaciones en mi vida. Pero pensé quizá está es la última oportunidad que tengo para lograr mis sueños. Podría terminar mi carrera y luego irme muy lejos, empezar una nueva vida e ir en busca de mi felicidad.

Pero el destino tiene más sorpresas para mi.




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