Yo Sin Ti... ©

Capitulo 1

El sonido del despertador tan ensordecedor que a lo lejos me despierta del grato sueño. Abro los ojos, intentando mirar la hora en el reloj digital de mi mesa de luz, son las 6 am. El ruido, todavía sigue aturdiendo en mi cabeza, así que tomo lo primero que tengo a mano y por intuición se lo tiro a Caroline. Después de eso escucho un quejido de su parte, muerdo mis labios para no reírme y desactiva la alarma.

Ella es mi hermana, junto a Benjamin, quien es mi hermano menor, me acompañan en todo momento. Ellos tienen 19 y 16 años respectivamente.

Busco a tientas la perilla del velador, cuando lo enciendo e ilumina gran parte de la habitación, pero en blanco, negro y tonos grises. La vista es la de todas las mañanas: mi hermana cubierta con el cobertor hasta la cabeza, maldiciendo por lo bajo.

- Caro, si no quieres que te de una paliza será mejor que levantes tu gran trasero de la cama.- se destapa mirándome con el ceño fruncido aparentando estar enojada, aunque sus ojos claros ensanchados la delata queriendo reírse. Es algo muy raro en mí hacer bromas a primera hora de la mañana, o durante el día, ya que soy más seria y no me gustan las bromas o chistes.

Me despego de la cama, busco un par de toallas y me dirijo hacia el baño y sacarme la pereza que llevo encima. Sé que al salir allí, mi hermana dejará la vestimenta para el día de hoy.

Cuando salgo, me encuentro con un conjunto conformado con una calza, camisa tipo escocesa manga corta, una musculosa y una chaqueta dobladas en una silla; Caroline ya no se encuentra allí. Por un momento pienso y doy gracias por tener a los hermanos que tengo, no los cambiaría por nada en el mundo.

Una vez vestida, salgo de la habitación hacia la escalera, y ahí está ella esperándome con su gran sonrisa para bajar juntas para desayunar.

Somos muy parecidas físicamente, cabello rubio ondulado y tez blanca. Tenemos los ojos celestes claros y casi la misma estatura. Lo que nos diferencia es que ella es más clara que yo y su cabello es más llamativo que el mío... Son palabras de mi hermana.

Me dice que somos como mamá y Benjamin es como papá con su cabello castaño claro, pero el mismo color de ojos al igual que nosotras, su estatura son unos diez centímetros más altos. Es el retrato y su parecido es muy notorio, hasta para mí.

- Buenos días, Mel.

- Hola hermanita. Te digo que si llega a sonar ese vagallo de nuevo en tu alarma, juro que personalmente lo hago trizas.

Se ríe entre dientes - Bien, entonces pongo algo de heavy metal si te sientes mejor con ello.- me levanta una ceja.

Niego con la cabeza sonriendo y bajamos hacia el comedor, donde ya están mis padres. Cuando pisamos el último escalón, ellos ya están con sus miradas hacia nosotras.

- Buenos días.- decimos al mismo tiempo.

Camino hacia mi madre, la abrazo y le doy un sonoro beso en su mejilla. Me dirijo hacia mi padre y lo saludo de igual manera.

Me siento en el lugar de siempre con el desayuno ya preparado: una taza de café, unas tostadas y mermelada.

- ¿Qué les toca hacer en el día de hoy chicas?- pregunta mi madre.

- Hoy salgo de la facultad temprano, así que iré a caminar un rato con mis amigos mientras la espero a Melissa.- dice Caroline.

- No te preocupes por mí, le pido a David que me traiga hasta aquí. Nos cruzamos en la ultima hora de clases.- me mira alzando una ceja con una media sonrisa.- No es lo que piensas.

Nuestra amistad siempre ha sido muy fuerte, mi familia pensaba que iba a terminar en pareja con él, pero en realidad, tienen mucha química con Jaqueline, ni hablar de que están a prueba de mantener una relación de "más que amigos".

- Oh, ¡Vamos!... No me digas que...

- ¡Ni se te ocurra decirlo! Además está en una especie de relación con otra persona... Así que puedes seguir soñando. Somos amigos de mucho tiempo y eso nunca va a cambiar.- le digo seria.

- No me digas que... No lo estarás diciendo en serio. ¿Tus amigos están... En eso?- pregunta mi padre y asiento sonriendo.- Sabía que entre ellos pasaba algo. Anoche cuando se despidieron y se retiraban, les juro que vi que se sonreían como dos locos enamorados.- se ríe.- Ya lo agarraré sólo a David y bromearé.

Nos conocemos desde el kinder, desde allí somos los tres inseparables, cuando se enteraron de mi problema de visión, no se separaron nunca de mí lado, en ese entonces teníamos 12 años. Son dos hermanos más que me ha mandado Dios para que me cuiden. Tenemos 23 años y me tratan como una niña de 5 o una señora mayor... ¡Soy una niña mimada!

Todos estudiamos en la misma universidad, pero diferentes carreras: Jaqueline para Psicología, David Administración de Empresa y yo Contador Público, lo cual nos cruzamos en algunas clases.

Hablamos y reímos de tonterías que pasa en el mundo hasta que llega mi hermano ya vestido para ir a la preparatoria. A él le faltan dos años para terminar, mientras con Caroline ya somos universitarias. Ella está en segundo año de diseño de moda, a mí me falta este último semestre para recibirme... Será eterno, pero lo lograré.

Ya me imagino en un futuro no muy lejano trabajando en la pequeña empresa de ropa de mi hermana, o hacerme cargo de la empresa de mi padre. Todavía no quiero soñar en grande, mejor vivir en el presente.



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Editado: 09.04.2018

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