Yo Sin Ti... ©

Capitulo 17

Una nueva etapa comienza en mi vida, y con ella vienen las complicaciones. Sigo pensando en lo rápido que ha pasado el tiempo, en lo lejano que lo veía desde que había terminado el instituto llegar a este momento, solo... Solo no sé que pensar. Ahora no se que me deparará el destino en mi vida, si por fin voy a tener un futuro con William. Necesito hablar con él lo antes posible, no puedo quedarme con la duda por lo que pasará en nuestra relación.

 

En la noche no pude hacerlo, Summer no es de sueño pesado como Caroline, pero no escuchó nada y agradezco mucho por eso. Lo llamé a su celular preguntándole si podría ir a su casa para visitar a su madre ya que ayer no pudo ir a acompañarme. Como un niño, le preguntó si podía ir y ella feliz no se negó.

 

Allí me encuentro, en la puerta a punto de tocar el timbre cuando la puerta se abre y respigo del susto. Lo veo a William reírse, tomándose de su estómago ya que no para de reírse. Lo miro mal, pero su risa es contagiosa que me río con él.

 

- No es gracioso, no sabes el susto que me diste...- tomo su mano y se lo llevo a mi pecho para que sienta mis acelerados latidos.

 

- En serio te asustaste...- se ríe mientras mira su mano.

 

No había notado lo que he hecho hasta que también hago lo mismo, acelerando más el corazón. Lo miro a los ojos, retirando su mano de ahí avergonzada. Siento como la sangre se me sube a la cabeza... No puedo mirarle a la cara de lo mal que me siento.

 

- Yo... Lo siento.- miro mis pies.

 

- No pasa nada, a mí me pasa lo mismo cuando estás cerca.- toma mi mano y lo siento en su pecho, está en lo cierto.

 

- Vaya, esto es serio.- nos reímos y levanto la cabeza mirando sus oscuros ojos.

 

- Pasa, desde que me llamaste mamá está preparando no se que cosa.- sonrío y entro.

 

Cuando cierra la puerta, me toma del brazo acorralándome entre él y la puerta, para después besarme. Sus labios son tan suaves que me pierdo enseguida en ellos. Mis manos pasan por su cintura apegándolo más a mí y las suyas se apoyan en mis mejillas. Por un momento somos solo él y yo, pero oigo un carraspeo cerca de nosotros. Separo nuestros labios y abro los ojos asustada imaginándome la cara de la señora Jones. William está igual.

 

- Disculpen que los moleste en este cariñoso encuentro,- ella nos sonríe- pero ella no vino solo por tí.- me río y me acerco hasta ella a abrazarla- Se te extraña cuando no vienes.

 

- Me va a tener más seguido por aquí a partir de ahora.- le sonrío.

 

- Me alegro de oírlo.- me jala de brazo guiándome hasta su cocina- Preparé unas tostadas y tu café favorito.

 

- Si que me extrañó en estos días ausentes...- le digo.

 

- ¡Y no sabes cuanto!- dice William que está a mi lado.- Por un momento pienso que mi madre te quiere más a tí que a su propio hijo.- le pone cara de cachorrito a su madre y me río.

 

- No lo creo...- lo miro perdiéndome en sus ojos mientras paso mi brazo por su cintura.

 

- Tú eres mi príncipe,- dice ella pasando su mano por su mejilla- y ella es tu princesa...- ahora pasa su mano en mi brazo.

 

Seguimos hablando mientras nos acomodamos en la mesa, y comemos lo que está a nuestra vista. No había notado que tenía hambre, hasta que vi lo que ha preparado. Me invitó a que almorzara con ellos y no me negué, solo le tuve que avisar a mi madre que no voy para allá hasta la tarde. La señora Jones salió hacer las compras para el almuerzo con una sonrisa.

 

- Venia también para hablar contigo de algo que mi mente me tiene inquieta desde hace unos días.- le digo cuando su madre se fue.

 

- No te estarás arrepintiendo de esto, ¿No?- me mira asustado.

 

- No...- me río y suaviza su expresión- Pero tiene algo que ver.- Su nuez de adán sube y baja asustado de nuevo- Tienes tu vida en Los Ángeles, y yo tengo el puesto que me corresponde en la empresa de mi padre...

 

- Llevo pensando en eso hace un tiempo.- me mira pensativo- Tengo que volver a Los Ángeles en dos semanas, y tenemos tres opciones que decidir.

 

- ¿Tenemos?- pregunto frunciendo el ceño.

 

- No sé si te acuerdas que te prometí que vendría a buscarte.- lo miro y mi respiración se acelera- Tu cara me dice que no lo olvidaste y eso me trae alivio.- sonríe- Aquí estoy, lo prometido es deuda.

 

- Nunca lo olvidé, he dormido con esa frase en mi mente cada noche.- frunzo el ceño, eso salió de mi boca sin pensarlo.

 

- Pensé que estaba mal de la cabeza soñando contigo... Pero no fui el único.- su mirada es profunda- Te mentiría si dijera que no estuve con otras mujeres para olvidarme de tí, pero en sus rostros aparecías tú y no llegué al extremo. No quise admitir que me había enamorado... Pensé que era solo un capricho,- su voz se quiebra- pero has entrado a mi corazón sin pedir permiso y de ahí no te fuiste.



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Editado: 09.04.2018

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