Yo Sin Ti... ©

Capitulo 24

Después de hablar con mi padre de la oferta de trabajo que había recibido de Portland, que al principio se opuso pero no puede hacer nada. Así llamé al señor Jacobsen aceptando la oferta laboral. Solo serán un par de días a la semana y hablaría con Josh que me cubra en esos días. Él trabajará en la constructora de Cameron como su mano derecha en lo que será contabilidad.

 

Han pasado unos días de eso y a partir de allí empecé a trabajar en la empresa de mi padre. No tardé en adaptarme al clima del lugar, ya que todos sus colegas me conocían teniendo conocimiento de la enfermedad que padezco. En ese entonces se corrió la noticia y mostraron apoyo a mi familia.

 

Mi padre había dejado su trabajo por un tiempo cuando mi madre tuvo a Caroline y estábamos en medio de mis controles para saber el problema que me impedía ver con normalidad. Ha llevado seis meses saber con lo que nos enfrentábamos. Fueron noches sin dormir, horas de espera, los resultados de los estudios que tardaban más de lo estimado... No quiero pensar en el pasado.

 

Mi trabajo consiste en liquidar sueldos semanales y mensuales de cada empleado de las empresas. Es un trabajo con mucha responsabilidad... No es lo mismo hacerlo en una clase que en un estudio jurídico, todos tus conocimientos dependen de no cometer errores. Es lo mismo que haré en el sector de contabilidad de Blazers. Esto me va a traer más de un dolor de cabeza, aún peor cuando tenga a mi lado a Dylan.

 

- ¿En qué piensas?- la voz de William me saca de mis pensamientos.

 

Nos encontramos en el lugar de nuestra primera cita... Y la única. El atardecer se refleja en el agua tan cristalina, que lo hacia del momento algo especial.

 

Quisiera apreciar como pueden ver las personas normales, no ver una sombra oscura redonda en el cielo y desfiguraciones sobre el agua. Él me rodea con sus brazos mi abdomen y sus piernas flexionadas a los lados. Mi espalda está pegada a su pecho, mi cabeza recostada en su hombro y mis brazos en sus rodillas. Cierro mis ojos al sentir los acelerados latidos de su corazón, que ya me he acostumbrado. La brisa golpea mi rostro, suspiro y abro los ojos.

 

- En el trabajo.- mis manos se unen a los suyos, apretando levemente- Sé que he empezado hace unos días, pero es mucha responsabilidad y con mucho riesgo en lo mental. Esto es para una persona experimentada, yo recién me gradué y sinceramente no estoy preparada para algo semejante.- dejo un beso en su cuello, sintiendo su erección en mi trasero y dejo de respirar.

 

- Estamos en este mundo con un propósito. Nadie nace sabiendo.- respira en mi cabello, lo que me hace estremecer- Todos debemos aprender... Cometemos tantos errores como aciertos. Viviremos cosas buenas y cosas malas, son lecciones de vida con la que tendremos que convivir.

 

Tiene mucha razón. Quien mejor que nosotros mismos para aprender de que todos los malos pasos no son caídas al abismo. Tomaremos grandes decisiones, sean buenas o malas, pero somos nosotros los que nos equivocamos lo cual deberemos reparar ese error.

 

- ¡Pero que grata sorpresa!- miro en dirección de la voz, encontrándome con Daniel- Creo que vine a hacer lo mismo que ustedes, disfrutar un rato de la vista y meterme en esa agua que tanto me llama la atención.- me mira y sonríe.

 

- Quédate con las ganas, está prohibido sumergirse en esas aguas. Es un lugar que el peligro en que te lleve la marea existe.- dice William apretándome de su agarre.

 

- Lástima, no me arriesgaré, me quedaré con las ganas... Tengo mucho de que disfrutar.- se acerca a nosotros- ¿No piensan levantarse y saludarme como debería ser?- alza sus cejas.

 

- Acomódate tú aquí.- golpeo la palma de mi mano sobre la arena con una sonrisa- Aquí estamos muy cómodos.- creo que sería muy vergonzoso que Daniel se de cuenta de... Lo de William, sería desastroso.

 

- ¿No tienen una cita?- frunce el ceño.

 

- No.- dice William de mala manera- Solo la traje para que se despeje después de tanto trabajo.-me inclina la cabeza y besa mi mejilla.

 

Daniel se acomoda en el espacio indicado con una sonrisa. Por un momento su mirada se cruza con la mía y noto algo parecido a brillos hacia mí. No fui la única que lo noté, William me lleva más a él, sintiendo mas profundo su erección y de mi garganta sale un mudo jadeo, al igual que en mi oído oigo un grueso gruñido que me eriza la piel.

 

- ¿Qué cuentas?- le pregunto al sentir el clima tenso.

 

- Bueno, desde el día en el que te conocí, no he parado de viajar. La disquera me ha dado un autobús para viajar con mi representante y mis músicos...- se encoge de hombros.

 

- Me alegra oír eso, después de todo es lo que has querido, ¿No?- giro mi cabeza para mirarlo a William, éste lo mira a Daniel con el ceño fruncido y la mandíbula tensa.

 

- Dejé de lado mis sueños frustrados de jugar en la NBA. Esto es una de las cosas que me ha pasado en la vida.- me sonríe.



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Editado: 09.04.2018

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