Yo Sin Ti... ©

Capitulo 31

El calor me despierta del sueño. Lo último que recuerdo es que nos alejábamos de la casa de mis padres y nos dirigíamos a la de William. Seguro me dormí en el camino, no pudo despertarme y me trajo hasta su habitación... ¡Thomas! Del cansancio se me he olvidado de mi querido amigo y su novia. Pensará que soy una mala persona por no recibirlo, pero sabía como estaba físicamente al trabajar... No creo que se haya ofendido. No es una buena impresión para su novia, odio comenzar con un reconocimiento muy mal de mi parte.

 

Miro la hora, son las 5 am. Me pregunto cuantas horas he dormido y si William se ha enojado conmigo por no hacerle caso por tener doble trabajo, cuando tranquilamente puedo hacerlo junto a él. Tiene razón, no puedo pasar por esto otra vez. Tengo que pensar más en mi salud y en mi bienestar, y mostrarme que estoy bien para que este tranquilo. Si estuviera en su lugar, diría que estaría triste si William se lesionara y eso lo frustrara. Él sabe que voy a estar a su lado, como lo he hecho en la adolescencia.

 

En sus partidos, he estado cerca del equipo para apoyarlos, en especial a William... No he faltado a ninguno en dos años. Tenía que estar allí porque, según él, le traía la buena suerte. Recuerdo una vez que en un partido se dislocó su hombro derecho y corrí llorando en donde se encontraba tendido. Y poco tiempo después se había desguinzado el tobillo del mismo lado. Con el consentimiento de mis padres, del director y de los profesores del instituto, lo cuidaba para que hiciese reposo en su casa... Yo fui su enfermera mientras sus padres trabajaban y sabía que estando solo, no iba a cumplir. Fueron momentos muy duros los que hemos pasado juntos, pero son golpes que te da la vida.

 

Parpadeo un par de veces para despertar de mis pensamientos. Trato de mover un brazo, puedo sentir el trabajo que hace mis músculos para moverse. No me costará levantarme de la cama, tampoco necesitaré ayuda para lo que tengo pensado hacer en el día de hoy. Mi primera idea, en un principio fue despertarme temprano y aquí estoy. Segundo es hacer lo mismo con los demás, pero el viaje en avión puede ser un trauma para una pareja que se suba por primera vez. Y por último, es tratar de salir de abajo de William para comenzar el día. Está a mi espalda, encima mío con sus piernas enredadas junto a las mías, sus brazos rodean mi abdomen y siento su respiración en mi nuca, así que su cabeza esta allí.

 

- Will, cariño...- hablo bajito y acaricio sus manos- Despierta cariño.- el colchón se mueve y ahora su abdomen está pegado a mi espalda- Will, no me hagas esto.- jadeo al sentir su erección en la parte baja de mi espalda.

 

Cuando me quiero dar cuenta, siento moverme, doy un pequeño grito sorprendida y mis manos se apoyan en su pecho. Bajo la palma siento su acelerado corazón y comenzamos a respirar con dificultad. La tensión invade el lugar y cierro los ojos ante esa sensación tan inexplicable... Si, esa es la palabra. Su mano derecha acaricia mi mejilla izquierda, recorriendo un corto camino hasta llegar a mi nuca, guiando mi rostro al suyo. Nuestras respiraciones se mezclan y une sus labios a los míos.

 

- Buen día, princesa. ¿Cómo te sientes?- me pregunta al dejar de besarnos, apoyando su frente en mi hombro.

 

- Me siento mejor que ayer, solo que el cansancio acumulado es menos.- grito de nuevo al moverme y me río. Estoy de espalda al colchón.

 

- Me alegra oír eso. Me dieron el día libre para que te cuidara y hoy seré tu enfermero.- enciende la luz de su lámpara y solo la mitad de su rostro se ilumina- Pero antes quiero hacer algo,- se acerca a mi oído- quiero estar dentro de tí, ayer no pude y estoy desesperado.- susurra y muerde el lóbulo de mi oreja.

 

Otra vez une sus labios a los míos y es mi perdición. Muerde mi labio inferior, gimiendo en respuesta y sonríe invadiendo mi boca. Nuestras lenguas danzan en perfecta sincronía, dejándonos llevar por el momento.

 

Respiro de manera acelerada para recuperar un poco de aire para mis pulmones. En realidad, no aguantaba más que terminamos de entregarnos más rápido que veces anteriores. Fue fabuloso, William no deja de sorprenderme. Mi cabeza se apoya sobre su pecho... Me encanta escuchar sus latidos, me ayuda a llevar su ritmo. Nuestras manos se entrelazan por encima de su abdomen y las piernas enredadas, como es de costumbre.

 

- ¿Cómo llegaron los chicos? ¿A qué hora vinieron aquí?- pregunto rompiendo el cómodo silencio.

 

- Ellos llegaron aquí después de nosotros, lo que al menos me dejaron colocarte en la cama para que descansaras.- una de sus manos van a mi espalda- Thomas estaba muy preocupado, al igual que Jane. Creo que le ha contado como estabas y fue lo primero que preguntó cuando me vieron.

 

- Por dios, estaba ansiosa por conocerla y con esto empiezo de mala manera.- trago saliva.

 

- No es para tanto, princesa. No hay personas que trabajen como tú lo haces, es común.- aprieta un poco mi mano y noto que se remueve incomodo- Por la noche llamo Dylan a tu teléfono,- ese es el motivo de su incomodidad- a él también se lo notaba muy preocupado. Espero que no se propase contigo, porque no responderé de mí...



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Editado: 09.04.2018

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