No lo soporto, simplemente no soporto estar pensando en William cuando en realidad tendría que estar escuchando de lo que me está hablando mi madre. No sé si está hablando o me reprocha por la repentina salida. Tal vez esta distancia sea lo mejor para los dos, yo me preocuparé más por mí y me encerraré en el trabajo para no caer en el abismo del que tanto he temido por todos estos años que estuvimos separados. Temo incluso por mi vida, ya que él es el ancla que me sostiene a flote en este mundo.
- ¡Ni siquiera me escuchas!- mi madre exclama casi gritando- ¿Desde cuándo eres rebelde?- pasa su brazo por mis hombros.
- Mamá, tengo 24 años y toda una vida por delante... Quiero disfrutar un poco de mi libertad.- la miro- Solo quiero salir a despejar un poco mi mente, lo de William ha sido muy abrumador.
- Lo siento Melissa.- me besa la frente- No te puedo decir que te comprendo porque nunca me ha pasado, pero tienes todo mi apoyo y cuentas para lo que sea...
El sonido de un claxon se escucha, por lo que con mi madre nos asustamos. A los pocos segundos se escucha el timbre seguido de tres golpes en la puerta. La miro a mi madre que se ríe mientras niega con la cabeza y Summer se retira de la cocina a grandes pasos. Me doy cuenta que mi madre y yo no fuimos las únicas en asustarnos, Caroline tiene una mano en su pecho y respira por la boca.
- Es la señal de llegada de Nicholas, lo cual es denominada contraseña para saber que es él quien ha llegado.- me río.
No había notado hasta hoy los firmes pasos de mi amigo, son fuertes y seguros. Viene la pareja hacia aquí y no dejan de mirarse a los ojos, toda una pareja de enamorados. Sonrío al ver a Nick enamorado, es una nueva faceta y parece que nunca deja de sonreír... Toda una novedad.
- Vaya, aún no creo que seas mi amigo...- lo miro con el ceño fruncido- ¿Quién eres y que has hecho con Nick?- le sonrío.
- Muy graciosa, solo le debes echar la culpa a una persona al no encontrarte con tu mujeriego amigo.- me contesta pasando su brazo sobre los hombros de mi prima.
- ¿Quién es la persona que ha hecho semejante estrago?- pregunta Caroline divertida.
- Tu hermana, ella me ha cambiado la vida...- sonríe y lo miro frunciendo el ceño, Summer hace lo mismo- ¡Que! Tengo que admitir que si no fuese por Melissa, no estaríamos aquí juntos.- mira a mi prima.
- Tienes razón, como siempre mi pequitas.- abro los ojos al oír como lo ha llamado- Te debo mi vida, prima. Creo que estaría perdida de no haber conocido a Nick... Lo sabes mejor que nadie.- me sonríe y noto brillo en sus ojos.
- Por favor, hoy he llorado demasiado... No más nostalgia por hoy.- camino hacia ellos y paso mis brazos por sus cinturas- Es momento de divertirnos, no vamos a opacarlo con estos sentimientos... Lo que menos quiero es que se pongan cariñosos delante de mí.- levanto la cabeza para mirarlo y ellos asienten, por lo que río negando con la cabeza.
El sonido del timbre, otra vez, anuncia la llegada de David y Jaqueline, lo hace que me separe de la pareja feliz y pongo los ojos en blanco al verlos besándose. Abro la puerta y me encuentro con las personas que estaba esperando con sus sonrisas a más no poder. Me acerco a ellos a abrazarlos, ya que dura poco segundo y siento que me separan de sus cuerpos.
- Estás tensa, ¿Ha pasado algo?- pregunta David frunciendo sus labios.
- Muchos menos al invitarnos a salir... De noche.- agrega Jaqueline confundida- ¡Chicos, nos vamos!- grita y salto en mi lugar.
- No es necesario que grites...- le digo entre dientes mientras trato de normalizar mis palpitaciones.
Miro atrás mío para ver asomarse mi hermana y mi prima con su novio. Se saludan entre ellos y nos dirigimos cada uno a sus respectivos vehículos. Yo decido ir con Caroline, la única que me sirve en este momento de compañía. Una vez arriba, saco mi pendrive con mis canciones favoritas de mi cartera. Pone en marcha, siguiendo el camino de los otros dos coches que están delante de nosotros. ¿El lugar? No tengo idea, se lo dejé en manos de un experto como lo es Nick. Mi vida en este instante depende de él.
La suerte de tener un amigo que pertenece a una de las familias más poderosas de Seattle, es que te permitan dejar pasar a un boliche sin esperar... Más si es uno de sus socios. Un secreto bien guardado del que nunca me ha dicho. Cuando lo miro, él se encoge de hombros y me empuja dentro del antro. El lugar es totalmente oscuro, con juego de luces que prenden y apagan en cuestión de segundos. Tomo el brazo de Caroline que se encuentra a mi lado, guiándome hacia donde se dirigen mis amigos.
- ¿Qué desean beber?- grita Nick por encima de la música.
Después de cinco minutos de caminar, nos encontramos en el reservado que mi amigo tiene cuando quiere escaparse un poco de la realidad, según sus palabras. Estamos en la planta de arriba que es la zona VIP, mientras nos acomodamos en los grandes asientos oscuros ubicándome entre mis amigos. Un mozo se acerca frente a nosotros por nuestros pedidos. Es un hombre que no pasa los 25 años, su tez oscura y sus ojos cristalinos tan profundos que te quitan el aliento. Él no deja de devolverme la mirada y por algún motivo, la sonrisa no se quita de mis labios... No sé si es por la primera vez que salía con ellos o en realidad necesitaba despejar mi mente... O lo que sea que me esté pasando, es como si respirara otro tipo de oxigeno.