Han pasado dos semanas desde que me he ido de Seattle y la relación que mantenía con Dylan, ha cambiado de una manera tan considerable, que hasta le ha sorprendido a Thomas. En mi estadía en la ciudad, nuestra amistad se ha afianzado más con el tiempo y pude conocer mejor a Jane, lo cual ocupa el lugar de Jaqueline. Al otro día de hospedarme en su casa, ella me esperó a la salida de mi piso de trabajo, lo cual me sorprendió. Se solidarizo conmigo por lo que me ha pasado... Es una persona confiable, así que no me quejé por eso.
Ese mismo día hablé con el señor Jacobsen sobre mi situación con William, quien se ha quedado sin palabras pero supo comprender al pedirle no diga nada sobre mi paradero. También le he pedido si me dejaba trabajar todos los días y con una sonrisa no se negó, me contesto que le alegré la mañana, después de perder el partido de la noche anterior. Según sus palabras, no había sido la noche de su jugador estrella, ahora entendiendo cual fue el motivo... En ese caso, el problema se lo busco él y no yo.
Mi familia y mis amigos me han visitado los fines de semanas. Me han contado que William ha estado yendo a casa por mí, solo la primera semana hasta que dejó de insistir. En más de una ocasión, Caroline ha frenado la furia de Benjamin que lo golpeara... A él nunca le ha intimidado la estatura de las personas más altas que él y mucho menos de Mike. También tuvo la contención de Michelle, quien tuvo que quedarse un par de días para calmar a la bestia. Caroline y Summer han estado en contacto constante conmigo, cada hora... Increíble, solo que no lo hacían en horario laboral.
El beso con Dylan... Eso ya es cosa del pasado. El diálogo entre nosotros ha sido más fluido desde entonces, muchos se sienten incómodos hasta un alto punto y eso no nos ha pasado. En algún momento se ha hablado del tema, pero cada vez que tiene la necesidad de desahogarse, trata de hacerlo conmigo. Ganas no me quedaban de besarle, solo para que esa angustia lo dejara en paz, que tenga la conciencia tranquila. Se echa la culpa de la pérdida de ellos, aunque no quise entrar en detalles del porqué... No quiero remover su pasado.
Por mi lado, le he contado como he conocido a mis amigos, como David y Jaqueline me han acompañado desde el día en el que les dije mi enfermedad. También como he conocido a William y la amistad que teníamos a escondidas de todo el instituto. Y por último, como comenzó la amistad con Nick, lo cual se ríe pero se sorprende al decirle que es uno de los dueños de Taylor SRL, la logística más grande del país. Que sus intenciones al principio de nuestra amistad ha sido un punto clave en nuestra amistad.
Por las noches tiene horribles pesadillas, esos gritos desgarradores que me despiertan por las madrugadas y como puedo, corro en su búsqueda a despertarlo. Es doloroso verlo en un estado de shock, así que me quedo con él hasta que se calme. Muchas veces duermo a su lado hasta la mañana siguiente. Su respiración vuelve a la normalidad cuando el sueño lo vence y yo duermo sabiendo que si la pesadilla está con él, estaré allí para protegerlo. Y pienso en como ha cambiado mi vida en tan poco tiempo.
Abro los ojos, suspirando que otra semana ha comenzado. Recorro el lugar con la mirada, recordando que me he despertado por los gritos de Dylan. Pero en el día de hoy noto algo fuera de lo normal... Él me rodea con sus brazos, pero no pegado a mi espalda. Miro el reloj digital que amablemente ha puesto en su habitación. Casi caigo de la cama al ver que son las 7:45 am y en una hora tenemos que estar en el edificio.
Me giro para tocar su rostro, una linda forma de despertarlo, pero el lugar está oscuro y no tengo alternativa que acariciarle su mejilla.
- Dylan, en menos de 45 minutos tenemos que estar en el edificio.- seguido de eso, no siento su mejilla y se escucha un golpe cerca de mí.
- Tenemos poco tiempo.- dice una vez que enciende la luz- Hoy tendremos que recurrir más temprano, así que cámbiate y nos iremos... Desayunaremos mientras trabajamos.
- Buenos días Dylan, ¿Cómo has dormido?- le pregunto irónica mientras me retiro de la cama y trato de no mirarle su no tan trabajado abdomen desnudo- Yo he dormido bien, solo que me han despertado en medio de la madrugada y terminé durmiendo aquí.- sonrío con burla- Ahora, si me permites, iré a cambiarme para trabajar.- asiento como saludo al retirarme y él se ríe- ¿Cuántos minutos me das para prepararme?- le pregunto volviendo a la entrada de la habitación.
- Mientras te apresures, saldremos pronto.- me sonríe y asiento corriendo a la habitación.
Una vez allí, camino hacia el placard en busca de un conjunto de ropa interior y la vestimenta para el día de hoy. Me había olvidado que ayer era el juego, tenemos que controlar el capital recaudado y las ganancias que se ha hecho ayer. Con pasos ligeros, me encamino al baño entrando a la ducha sin esperar... ¡Mierda! El agua aún está fría, pero tendré que soportarlo. Tardo quince minutos allí, una que tiempo corre y otra que el agua fría me traerá consecuencias, lo mínimo que hará es un resfriado en primavera.