DOS MESES DESPUÉS
En este tiempo ha pasado de todo... Con Dylan nos comportamos como una verdadera pareja... Solo de la puerta de la casa para adentro. Nuestra relación se ha transformado en algo como amigos con derechos, pero es una gran persona como contención y trato de hacer lo mismo con él. Thomas nos ha descubierto en un momento bastante incómodo besándonos, pero no se ha enojado, parecía feliz por su hermano al igual que Jane. Yo les dije que no es nada serio lo que tenemos. He hablado con Jane que solo mantengo esta relación por necesidades, cosa que ella comprendió. Por un lado, me siento libre y sin la presión que cargaba sobre mis hombros al ocultar mi enfermedad.
No he tenido noticias de William en estos últimos meses, ha desaparecido del equipo y los dirigentes están muy preocupados. Por las noches he pensado en regresar a Seattle a hablar con él para arreglar nuestras diferencias. El tiempo ha pasado, pero los sentimientos no cambian... Siempre lo he amado, aún lo amo y ahora Dylan ha entrado a mi vida. No sé como explicar lo que siento en este momento de mi vida, he pasado del amor de William a la atracción con Dylan.
La noticia de la desaparición de William ha recorrido en todos los medios del país, entre sus motivos me involucran... En lo que han acertado. Los medios de comunicación se han tomado su tiempo en mandar reporteros a recorrer Seattle y estar pendientes por si hace su gran aparición aquí. Jacobsen se ha acercado preguntándome si tenía noticias de él. Eso me costó más de lo que me imaginé... Mis colegas no solo saben lo que me une a William, sino también tienen conocimiento sobre mi enfermedad. Debía hablarlo en privado y no delante de todos.
Tuve que pararme delante de Thomas para que no lo golpeara, ante un hecho del que no debería saberse, que yo personalmente le había pedido que lo mantuviera en secreto. Mi fuerza no era nada comparada a la de él, por lo que le tuve que pedir ayuda a Dylan para que lo calmara. Entre los dos lo llevamos a encerrarlo en su oficina para que se calmara.
He estado comunicándome todos los días con mis primos para saber si tienen alguna pista sobre su paradero, pero solo saben que está en el mismo lugar, sin salir de allí. Han visto varios reporteros en la vuelta, pero al no tener a la vista el vehículo de William, no se percatan de ello. Josh se ha acercado a los fotógrafos para preguntarles el motivo de sus visitas a la ciudad... No solo lo buscan a William, ¡A mi también! Ahora temo que algunas de las personas que trabajen conmigo, abran la boca dando mi paradero.
El sonido del despertador inunda la habitación. Abro los ojos mirando la hora en el reloj digital a mi lado, son las 6:30 am. Desde que empecé a tener relaciones con Dylan, me quedo a dormir con él, uno porque me lo pide y otro que después de tanta actividad me cansa, cayendo en un profundo sueño. Sus pesadillas han desaparecido la primera noche que dormí toda una noche. Todas las mañanas lo despierto de la misma manera... Siempre amanece con la erección matutina, ¿Cómo lo sé? Porque dormimos acurrucados y suelo sentirlo en mi trasero.
Antes de despertarlo, decido ir al baño a lavarme los dientes. No tardo mucho, así que salgo dirigiéndome de nuevo a la cama donde él se encuentra boca arriba. Sin hacer ruido subo a la misma ahorcajada en la erección y empiezo a besarle su cuello. Recibo como respuesta el pecho del hombre pegado al mío, toma mi trasero con sus manos haciéndome gemir ante su tacto. Comenzamos el día de esa manera, en realidad parecemos pareja pero no lo somos... Solo trato de quitar a William de mi mente por un rato.
- A la tarde iré a Seattle, si quieres puedes acompañarme y pasar el fin de semana allí.- le digo a Dylan.
Nos encontramos desayunando, sentados en los bancos altos, que amablemente me ha ayudado a subir y sentarme. Mientras toma su té verde jugando con mi mano, yo quería matar el tiempo en no pensar tanto en William. Jacobsen me ha puesto en bajo presión, no solo con hablar delante de todos sobre mi enfermedad y mi relación con Will Jones para todos mis colegas, sino que trataré de arreglar mis problemas con él. Estoy envuelta en confusiones, o mejor dicho, he creado mi propia encrucijada... Otra vez. William que es el hombre al que amo, y Dylan quien mostraba una gran muralla que ocultaba su persona, esa que me cautivo con solo entrar.
- Claro, porqué no. Será la primera vez que saldré de Portland y es todo un desafío.- me sonríe, uniendo nuestros labios y sin pedir permiso, invade mi boca entregándonos a la pasión.
El edificio aún está vacío, los empleados de seguridad me saludan con un asentamiento de cabeza y les respondo con una sonrisa. Que ellos no se expresen, no significa que yo deba hacer de igual manera, ellos cumplen con su tarea. Thomas me ha mandado un mensaje que lo esperara, así que le digo a Dylan que suba y yo lo espero aquí. Sin que nadie nos vea, une sus labios a los míos en un corto beso y camina hacia el ascensor, mientras yo me siento en un sofá a su espera.
Cinco minutos después, el sonido de un golpe hace que mire a la puerta de entrada. Thomas saluda a los de seguridad estrechando su mano, me mira con una sonrisa en su rostro y se acerca a mí a abrazarme.