UN AÑO Y MEDIO MÁS TARDE
Siento un par de brazos que me rodean hasta una cierta parte de mi pecho seguido de la respiración en mi omóplato. Sonrío al saber quien es la persona que me ha despertado, así que de sorpresa me giro hacia Marc y mis dedos viajan hacia donde se ubica sus pequeñas costillas haciéndole cosquillas mientras él se ríe pataleando sus pies. Noto que empieza a llorar de tanto reírse quedándose sin aire, por lo que quito mis manos de encima y en cambio, él se trepa por mi espalda besándome mis dos mejillas.
Me dice feliz cumpleaños al oído, soltándome de su agarre y sin llegar a contestarle, baja de la cama y se retira de la habitación... Si, hoy es el día en el que cumplo 27 años, más feliz no puedo estar cuando tengo a mi lado a la persona que amo y aún mejor con el fruto de nuestro amor.
Marc ha cumplido un año y medio, y es un pequeño monstruo. Físicamente es igual a su padre... Su tez oscura al igual que su cabello y sus ojos son como los míos, es todo un hombrecito. Desde que nació, todos los días nos sacamos una foto en familia, con el mundo tecnológico en el que convivimos, tenemos la casa llena de portarretratos digitales por toda la casa... Incluso en la cocina. Somos más felices a medida que el tiempo pasa, mi amor por William sigue intacto como el primer día que lo vi y esa mirada que aún me hace perder en lo más profundo del alma.
- Buen día cariño.- por la puerta se asoma William con una bandeja y por encima de ella, el desayuno- Feliz cumpleaños...- lo deja sobre mis piernas e invade mi boca siguiéndole el beso de manera intensa sin importar que nuestro hijo este aquí, se ha acostumbrado a vernos demostrar el amor que sentimos delante de él.
Su cabello al ras me frustra al no poder tomar como quiero pero no me importa, su larga barba me suelen hacer cosquillas en mis labios y eso William lo toma a favor. Su aspecto físico puede cambiar, pero el efecto que produce en mí no lo hace. Lo amo por como es y él me ama con todos mis defectos, por más que tenga una falla poco común como es el de mi vista.
- ¿De dónde has sacado el desayuno?- le pregunto burlona al separar nuestros labios.
Esa misma pregunta se lo he hecho en mi anterior cumpleaños, recibiendo como respuesta su negación... Hasta he llegado a pensar que hace pedido de desayuno y se lo envían a domicilio. Es que desde que convivimos, nunca ha tocado la cocina, ni siquiera para prepararse su propio desayuno y no creo que lo prepare él. La persona que lo prepara, tiene una gran mano para preparar éstas obras de artes.
- Te lo preparé yo mismo, como el año pasado...- se sienta a mi lado y Marc se acomoda entre nosotros.
- No lo creo, nunca has tocado la cocina desde que me mude a la casa.- niego con la cabeza mientras busco algún rastro de mentira.
- Me sorprende mucho de tí Melissa, deberías conocerme muy bien antes de herir mis sentimientos.- lleva una mano a su pecho fingiendo llorar y Marc se levanta para abrazarlo.
Frunzo el ceño como si en verdad debería saberlo. Ahora que lo pienso, cuando éramos adolescentes y pasaba las tardes en su casa, me preparaba la taza de café que lo hacía muy rico, como el que estoy bebiendo en este momento... Abro la boca mirándolo y sonríe con sus brazos rodeando el pequeño cuerpo de Marc.
- En realidad me había olvidado cuando me preparabas estos ricos cafés mientras esperábamos a tus padres...- mis ojos se pierden en los suyos antes esos recuerdos y sonrío- Daría cualquier cosa por volver al pasado cuando disfrutábamos de la libertad, pero este presente no lo cambio por nada en el mundo.- mis ojos se dirigen a mi pequeño hijo acariciando su corto cabello y él muestra sus pocos dientes que le han salido- ¿Por qué me haces esto?
- Porque te amo, te mereces esto y muchos más.- acerca sus labios a mi mejilla y me río.
- No me refiero al desayuno, ¿Por qué le cortas el cabello como el tuyo al niño?- frunzo el ceño y ellos se ríen chocando sus manos.
- Lo que pasa es que Marc Jones quiere ser igual a su padre, ¿Verdad hijo?- éste asiente y le sonrío besando su frente- ¡Bien! Este día estará muy entretenida para tí, cariño.- se levanta de la cama con Marc en sus brazos- Tu prepárate... Iremos a la casa de tus padres, que nosotros haremos lo mismo.- me guiña un ojo y se retiran.
Veinticinco minutos después, ya estaba preparada para salir de la habitación. Estoy vestida con una calza térmica, acompañadas por un par de botas sin tacos... El frio se siente en este momento de la mañana. Soy de baja estatura y me siento orgullosa de ello. Mi cabello claro y ondulado lo he dejado suelto para que se secara en el camino, mi rostro es al natural como siempre. Cuando estoy a unos centímetros alejada de las escaleras, veo a mis dos hombres bien vestidos... Se ven tan guapos viéndose iguales que me dan ternura. Se giran para verme y sonríen, Marc sube como puede hasta llegar a mí, tomándome mi mano y bajamos juntos. William se acerca uniendo nuestros labios y pega su frente a la mía.