10 de noviembre-El gran día llegó.
Ya todo estaba planeado, estábamos listos, pero estoy segura que todos estábamos emocionados, nerviosos y aterrados de escapar de Magnus papilionem, hace mucho que no estábamos en el mundo exterior, teníamos miedo de lo que pudiera pasar.
10:30 de la noche:
Sara y yo decidimos hacer las maletas, no habíamos visto ni a Jonas ni a Alessandro en todo el día, y la razón por la que no los habíamos visto era porque Sara ni yo queríamos salir del cuarto, ese día ni siquiera fuimos a desayunar, estábamos muy nerviosas como para comer.
11:25 de la noche:
Sara y yo nos dirigimos a la cafetería, cuando llegamos ahí ya estaban los chicos y Carmen con la provisiones y dos palas.
Chicos, cuídense entre ustedes, por favor y recuerden las canoas están detrás de las casa del árbol- dijo Carmen entregándonos una bolsa a cada quien llena de comida.
Después de un rato Alessandro y Sara se salieron al bosque, se estaban adelantando, mientras Jonas y yo nos quedamos a despedirnos y a agradecerle a Carmen por ayudarnos.
Cuando estábamos a punto de salir al bosque Jonas y yo, escuchamos la voz de un guardia diciendo…
Saben que no pueden salir a esta hora al bosque chicos- dijo mientras agarraba su arma de fuego y se acercaba más y más a nosotros.
Jonas y yo estábamos en shock, no sabíamos que hacer.
¡Corran! –gritó Carmen.
Tardamos un par de segundos en reaccionar creo, que Carmen tuvo que repetir esas palabras como tres veces para que saliéramos por la puerta que daba hacia el bosque. Cuando por fin salimos vimos la sombra de Carmen, estaba recargada en la puerta tratando de que no la cruzara el guardia.
No sé porque Jonas y yo nos quedamos a ver esa escena, lo que paso después jamás lo voy a superar.
Se escuchaba como el guardia le decía a Carmen que se quitara de la puerta y que si no lo hacía iba a disparar, pero Carmen no obedeció, no hizo ningún movimiento, ella solo no paraba de decir que no se iba a mover una y otra vez, realmente no veíamos muy bien estaba muy oscuro pero si se escuchaba todo con claridad. Paso lo que más temíamos se escuchó un disparo y ya no se escuchó la voz de Carmen.
Jonas y yo nos sobresaltamos, cuando voltee a ver a Jonas él tenía ambas manos en la cabeza, no se movía y apuesto que tampoco parpadeaba.
¡Jonas, vámonos!- le grité, pero no reaccionó.
Como no reaccionó lo agarré de la mano y empezamos a correr con todas mis fuerzas, cuando vi que Jonas alcanzó mi ritmo lo solté.
No sé cuánto tardamos en llegar a la laguna de las luciérnagas pero te aseguro que fueron menos de 15 minutos, no paramos de correr ni un segundo.
Cuando llegamos ya estaban ahí las canoas flotando en el agua, Alessandro y Sara estaban muy tranquilos sentados en el pasto, al parecer no escucharon el disparo.
Acto seguido Jonas se desplomó. Se dejó caer de rodillas al suelo, puso las manos en el pasto, agacho la cabeza y soltó un grito entre sollozos.
Está muerta, Carmen está muerta, ya no puedo seguir, lo siento- dijo.
Yo estaba tratando de contener las lágrimas, Sara no las pudo contener y Alessandro me miraba totalmente desconcertado tratando de descubrir exactamente lo que había pasado.
Es una dramática escena, lo sé.
Nadie se atrevio a hacer algo hasta que Alessandro se levantó, se agacho junto a su mejor amigo y le dijo… Jonas, de verdad lo siento, pero tienes que levantarte, por favor, no puedo hacer esto sin ti, tienes que seguir…
Las palabras de Alessandro sirvieron, Jonas se puso en pie y luego se abrazaron.
Ok no perdamos más tiempo, Anemix tu iras con Jonas en esa canoa y yo iré con Sara en la otra canoa, ¿de acuerdo?- dijo Alessandro.
Realmente no recuerdo quien decidió nombrar líder a Alessandro, creo que se nombró el mismo, pero a nadie le molesto.
Todos asentimos con la cabeza y subimos cada quien a su respectiva canoa.
…
No hare el cuento más largo así que iré al punto, tardamos como 3 horas aproximadamente en recorrer toda la laguna.
Durante el recorrido comentábamos que era un poco raro que ni los Bavieras ni los guardias nos siguieran para evitar que escapáramos, pero yo dije que tal vez la seguridad en Magnus papilionem era una mierda o que realmente no les importaba demasiado que nos escapáramos. Después de unos días me di cuenta que la segunda opción tenía más sentido, realmente no les importamos a los Bavieras, saben que la vida es peor afuera y que tarde o temprano regresaríamos, más adelante te darás cuenta porque.
...
¡AQUÍ ACABA EL TERRIOTORIO DE BAVIERAS!
Aún estaba oscuro, no sabíamos qué hora era ya que nadie llevaba reloj, después de cruzar la laguna por fin vimos el cartel, más bien los chicos lo vieron con sus linternas, ya que Sara ni yo resistimos el sueño y nos quedamos dormidas.
Alessandro despertó a Sara y Jonas me despertó a mí.
Editado: 03.08.2020