Yo soy MARTÍN

Soy Martín, mis padres siempre estuvieron muy presentes al igual que el círculo social al que pertenezco. Deseo ser hoy y siempre un hombre ejemplar dentro de toda esta locura que es el mundo, pero lamentablemente me he enamorado. 

Enamorarse es placentero, terminar una relación es duro sí, no lo niego pero también te da placer. Me encontré con la chica que me gusta y luego me encontré con la que me gustaba, fue una gran disputa, a una la "quiero" y a la otra la "amo" tuvo mucho que ver con el tiempo que paso y me dificulta olvidar a la que amo. La chica que me gusta tiene una luz que la otra no tiene, no es para nada apagada, me da alegrías, me saca sonrisas y por sobre todas las cosas se la re juega conmigo. La chica que me gustaba es oscura, es hiriente tal vez porque la hirieron, es traicionera de acá hasta la luna, tiene su luz propia, pero no le va a prestar su luz a cualquiera, baila, canta cuando su cuerpo entra en placer, el placer de estar sola. Y no, no se la jugó por mí.

Hablando de estas chicas son dos polos opuestos, tengo que tomar las riendas de mi vida y elegir a la que probablemente me haga más feliz, porque me lo merezco, porque lo doy todo aunque no haga falta, porque soy un excelente chico. 

Y si, la que amo no me va a dar lo que merezco, ya lo intenté y no hizo nada por mi amor, en cambio la otra se la jugó de entrada. El amor no se mendiga y enamorarse no debería ser un problema, mi consejo es que entreguen pero tampoco caigan en un agujero vacios y rotos, sean seguros, sean compañeros, segunderos, no se van arrepentir.