Yo Soy

YO soy MARÍA ANTONIA

"Quiero ser grande" es lo que decía de pequeña, hoy me tocó ser parte de este dicho, me tocó muy de cerca. Mis hijos lo viven repitiendo, como algo común entre los jóvenes, como si decirlo resolviera todo. ¿Qué estoy haciendo mal? es lo que siempre me pregunto, que mis hijos quieran ser YA grandes, es un problema, incluso lo fue para mi. 

Cuando tenía diez años mi sueño era ser madre y tener un empleo, un esposo, obviamente me lo inculcaron hasta que crecí, típico mandato social de la mujer, pero no, yo quería serlo y la cuestión no era ser feliz, era salir de casa y enseñarle de otra forma a mis hijos.

Entonces cuando escuché a mi hijo de trece años decir eso le pregunté ¿Por qué?, titubeó en la respuesta, como tratando de no herirme con lo que iba a decir y finalmente mientras bebía el jugo que le había preparado me dijo:

—Mamá, vos no sabes lo nervioso que me pongo en los exámenes y lo difíciles que son, quiero ser grande y tener un título para no volver a la escuela. 

Admito que me sorprendió, la escuela, ¡Que nostalgia, pero que tortura!, lo miré a los ojos y no me animé a decirle nada, él agarró su celular y se fue a jugar a su habitación. 

Me creció un gran duda, esas existenciales ¿Por qué?, entonces fui a buscar a mi otro hijo que estaba sentado en el patio mirando las estrellas. 

—Hijo, ¿Vos querés ser grande?— le dije, me miró raro y él también titubeó. 

—Sí, igual tengo diecisiete, pero ya superé la escuela, pero quiero aventurar, viajar un poco, acá en casa nunca viajamos, asi que probablemente cuando termine de estudiar turismo "cuando sea grande" me iré, pero voy a volver.— me dijo sonriendo sin apartar la vista de las estrellas. 

Me dejó desorbitada, en verdad ¡Hacia tanto tiempo que no viajábamos! es por una cuestión de tiempo. Se quedó allí sentado y fui atender la puerta, era Elisa, mi hija.

La recibí con un abrazo como de costumbre y le pregunté con las manos en las caderas lo mismo que a los demás. ¡TITUBEÓ! ¿Pueden creer?

—Si, pero para tomar mis propias decisiones, estoy estudiando CONTABILIDAD mamá, papá es un denso que quiere que estudie eso sabiendo que me gusta el arte.—me dijo enojada dejando la mochila sobre el sillón.

Admiro su coraje para decírmelo, vivimos separados con Marcos, mi ex esposo, cuando fue lo del divorcio, Elisa se quedó más tiempo con él por sus amigos, escuela, porque vivíamos en Francia, en cambio Eric y Tadeo habían decidido alejarse de su padre y venir conmigo a América.

Qué problema armé, por cierto soy María Antonia y tengo cuarenta años, soy abogada, probablemente me toqué hablar con mis hijos sobre este tema y explicarles que "ser grande no es bueno ni malo" y "ser chico menos" lo importante es disfrutar etapas y cambiar cuanto antes. Se los dije, les aseguré que mi rol era acompañarlos y verlos feliz.

Hable con mi ex esposo, recientemente se casó, fuimos invitados y fuimos a Francia. Me tocó hablar con él en una oportunidad, era mi mejor amigo y teníamos confianza, le dije:

—Marcos, Elisa ya no va a estudiar contabilidad, va a estudiar arte, todo el arte que ella quiera y no la vas a cuestionar por eso, si se equivoca la vas apoyar  porque ella se va a quedar aquí. — le dije sonriendo, como si la decisión estuviese tomada, me miró y titubeó (igual que los chicos) y asintió la cabeza en señal de aprobación. —Eric está cansado de exámenes, necesita una recompensa, es el mejor de su clase, decidí que él pase unos días en España con tu hermana, ella me dijo que sí, solo hicieron videollamadas.— él escuchaba atentamente y sin rechazar mis propuestas, cuando le hablé de Tadeo me prestó mucha más atención. —En cuanto a Tadeo, se quedará conmigo, voy a cerrar el despacho por unos días y vamos a viajar por toda América, cuidando sus estudios obviamente, ¿Te parece?—le pregunté. 

—Hoy hablaré con Elisa, llamaré a mi hermana para comunicarle lo de Eric y Tadeo... está bien, puedo preguntar ¿Por qué? Que dijo mirándome a los ojos.

—Marcos, ¿Querías ser grande desde pequeño?—le pregunté. 

—Sí, para casarme, tener una familia numerosa y trabajar en la empresa de la familia. Aunque ahora quiero ser pequeño.— me dijo rascándose la nuca.

—Tus hijos desean ser grandes Marcos y van a perder miles de etapas, no quiero eso, quiero que sean felices. —le respondí mientras agarraba una copa.

—Muchas veces me pregunto María porque nos separamos.— me dijo agarrando otra copa.

—Porque lo que deseábamos no fue realmente lo que queríamos, te amo Marcos.—le dije brindando y el sonrió diciendo "yo también" en silencio.

Por primera vez me sentí realizada.

 



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En el texto hay: relatos de la realidad

Editado: 19.04.2022

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