Yo soy Micael, me tocó sentir la pérdida de alguien. Unos días antes le pasó una especie de mejoría de la muerte a mi ser querido, quizás en ese momento ni lo pensé, ni me lo imaginé, pensé que jamás me llegaría a pasar a mí. Eso, justamente es lo que trata de enseñarme la vida, a no decir jamás y a ser fuerte.
Pensé mirando la ventana de mi habitación si algún día de alguna forma su presencia me visitaría, me acompañaría en este momento angustioso y de profunda tristeza, pero no, uno de los paso de ser fuerte es eso, no esperar que vuelva. Luego en la tarde sentí que mi respiración se hacía más lenta, por el dolor y la angustia, es increíble, pero pensé que es otro de los pasos de ser fuerte, ser uno con el dolor.
En la noche, no podía dormir, mis sueños eran extraños y volví a plantearme que era la vida tratando de decirme algo. ¿Por qué? me preguntaba cada vez que extrañaba o sentía aquel dolor muy conocido en el pecho, ¿Por qué a mi justamente? nadie está sujeto a esta vida para siempre me dije, somos tan temporales como la flor que compré el otro día, aunque fue cuidada desde pequeña, murió. Decirlo así con esta comparación me reconforta, porque estoy aprendiendo mucho de la vida y las partidas de las personas, ojalá nadie pase por esta situación, pero no olviden que todo lo que le pasa a un ser humano es para aprender, para hacernos más fuertes y para ser consientes de que esta trasformación que se viene no es algo al azar.