Yo Soy

YO soy MINERVA

Yo soy Minerva. Una mañana recuerdo que era 23 de abril, me encontré con una mujer de revista. Soy feminista, respeto a los derechos de las mujeres y aunque lo que dije en líneas atrás suene un poco chocante es solamente para que pueda entenderme la otra masa, la que considera ciertos cánones.

Esta mujer llevaba puesto unos zapatos de charol rojos. Si, recuerdo bien, eran los mejores zapatos que había visto en toda mi vida. La envidié, no les voy a mentir. Y como yo fui criada con un poco de rebeldía y ciertos privilegios me acerqué a ella de forma completamente interesada fingiendo educación.

Lo primero que hizo fue rebajarme, no me molestó. Dirigió su mirada hacia mis botas desteñidas, con los cordones desatados e hizo una cara de asco discretamente. Luego, inspeccionó mi suéter descocido, mis pantalones rotos por la moda generacional, mi cabello con las puntas abiertas y hecho un rodete. Me ignoró. Voy a decir que me molesto tanto, que voltee accidentalmente mi té frió en su saco.

No la volví a ver sino hasta el mes siguiente. Traía ahora unos zapatos de charol amarillos, volví acercarme y la reacción fue exactamente la misma, ni más ni menos y esto comenzaba a  preocuparme. La seguí ese día, con desesperación, con deseo de saber, de donde había sacado esos zapatos. Me observó detenidamente cuando esperamos las dos en el semaforo, me dijo con sus pulcros labios

—¿Qué demonios quieres de mi? ¿Caridad?

Fue entonces que me enoje a un más y perdí la cabeza. Le robé la bolsa con una caja de zapatos que traía y huí. Ella me siguió por unas cuantas calles, hasta que me perdió. Cuando llegué a mi casa me fijé qué nuevos zapatos se habría comprado, me sorprendió lo que vi. Eran los zapatos rojos de charol, con una etiqueta escondida que indicaba el precio y una tarjeta de una casa de zapatos, se hacía evidente que se los habían prestado. Me sentí mal,tan mal que decidí ir a ese tienda, mostrar los zapatos y comprarlos. 

Ese mismo día que la  vi, se los regalé y no le di explicación alguna. Solo aprendí, que hay mucha gente que aparenta más de lo que tiene, porque esta sociedad de mierda esta tan perdida que exige más de lo que ofrece.

 

 



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En el texto hay: relatos de la realidad

Editado: 19.04.2022

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