Yo soy Susana

Capítulo 22

Cuando Susana fue dada de alta, su familia deseaba tenerla con ellos, pero Vicenzo era posesivo con ella, no iba a ceder que ella estuviera lejos de él.

—Todo esto tiempo han estado viviendo como pareja, pero no sé han casado —Federico quería ganar tiempo para llevarse a su hija.

—Estamos casados —respondió Vicenzo —Legalmente Susana es mi esposa.

Federico bajo los hombros, se daba por vencido.

—Mientras no sepamos quien es el asesino de Susana, no podemos llamarla por su nombre.

—Oficialmente estoy muerta, no puedo volver a ser Susana—sonrió con tristeza.

Su madre se acercó a ella, tomó su mano entre las suyas.

—No podía aceptar tu partida, nunca fui al registro a inscribir tu acta de defunción, ante el mundo sigues viva.

Susana miró a sus padres y luego los abrazo.

—Esas son maravillosas noticias, realmente soy Susana, Eva solo es la mujer que cree para descubrir a mi enemigo.

—Cuando atrapemos a Lorenza, volverás a tu vida mi querida.

Vicenzo abrazo a su esposa por los hombros, luego él se movió por que recibió una llamada, al girarse para volver a la habitación de su esposa, Melany estaba ahí, ella bajó la mirada un momento, luego se le acercó.

—Lo siento, yo he sido demasiado molesta en tu vida todo este tiempo, me disculpo por insistir en entrar tu vida, por haberte engañado haciéndome pasar por alguien más cuando te conocí personalmente. Entiendo por qué sospecharon de mi, pero no deja de doler, el que mi hermana crea que seria capaz de algo tan atroz.

—Aceptó tus disculpas Melany, pero debes entender que tú y yo jamás podremos ser amigos, por la relación que existió entre nosotros.

—Lo sé y lo lamento

Vicenzo no dijo más, caminó hacia la habitación de su esposa, Melany sintió un vacío en su corazón, por un deseo pasajero, había roto su relación con su hermana, sabía que nunca más serian las mismas amigas de antes, se alegraba saber que ella estaba viva, cerró los ojos y supo que debía irse, necesitaba sanar su corazón y aceptar que ella habia perdido a su amiga por una mala decisión, queria darle otro rumbo a su vida, era hora de irse, de madurar.

*****

Rodrigo miró a Eva con los ojos bien abiertos, ella estaba sentada en su sala de estar en su habitación, llevaba una bata rosa, el cabello suelto, pero estaba bien pálida.

—¿Estás bien? —él se sentó frente a ella.

—Ahora lo estoy —se pasó la mano por el cuello —Volvieron a intentar matarme.

Rodrigo suspira.

—¿No te parece extraño que apenas Vicenzo sabe quién eres, tu vida volvió a estar en peligro?

Susana miró a Rodrigo, sacudió su cabeza y negó, ahora estaba segura que Vicenzo no tenía nada que ver.

—Piénsalo, has estado a salvo todo este tiempo.

—Sospechamos de Lorenza, ella está obsesionada con Vicenzo.

—Susana... —levanta la mirada esperando que lo regañe por llamarla así, pero no le dice nada —Debes tener cuidado, no me advirtieron de lo que te pasó, la bandeja de pan dulce se tiro a la basura, igual el café en la tetera, hubiera enviado a analizarlos para saber que habían envenenado, aunque sospecho fue al café, nadie tiene acceso a la bandeja de pan, pero si al café —pasa su mano por su cabello —Debemos estar alerta.

Susana asintió.

—¿Cómo está Sandra?

—Está bien —suspira —La estoy acompañando a todas las cenas que tiene que asistir en su trabajo, me siento agotado.

Ella sonríe.

—Ella me cae muy bien —Rodrigo asiente.

—También le caes bien —se recuesta en el respaldo de la silla —Formalizare la relación con Sandra.

Susana sonríe emocionada y junta ambas manos, Rodrigo la observo se preguntó si alguna vez ella había notado que la amaba, que besaba el piso por donde ella caminaba, estaba seguro que no, para ella no existía nadie más, solo Vicenzo.

Se puso de pie.

—Me alegra que estas bien y que por segunda vez te haz salvado

Al marcharse Susana se quedó pensando en las palabras de Rodrigo, todo el tiempo estuvo a salvo, pero porque estaba lejos de Vicenzo, al volverse pareja lógicamente habían atentado contra ella, porque la persona que estaba obsesionada con Vicenzo, no lo dejaría ser feliz.

*****

—Quizo chantajear a la señorita Eva Pandora —Vicenzo vio la foto de la mujer y luego a Loren.

—¿Dónde está?

—Salio huyendo del país, su nombre es Clara, pero anteriormente se llamaba Juan, a estado lejos del país, no pudo ser ella quien atento contra la señorita, estaba enredada con un narcotraficante al parecer las cosas entre ellos no iban bien y salio huyendo, porque su vida peligra, no tiene poder para pagarle a alguien para hacerle daño a la señorita Eva Pandora.

Vicenzo asiente y mira a Loren.

—Lorenza ¿Dónde estuvo?

—El día de ayer estuvo en el salón, prácticamente todo el día.

Vicenzo desvía la mirada por un momento.

—Tuvo que pagar a alguien, ella no se arriesgaría a hacerlo con sus propias manos.

—Seguiré investigando —Loren se retira de la oficina de Vicenzo, él sigue pensando ¿como alguien pudo entrar al grupo Santiago en plena luz del día e intentar envenenar a Susana? Frunció el ceño y marcó el número de Loren, le dio unas instrucciones y cuando colgó suspiro.

*****

Un mes ha pasado desde el intento de asesinato de Susana, ella entra en la oficina de su esposo, él estaba en su baño cambiándose la camisa porque se mancho con una pluma.

Ella camina a su escritorio, se sienta frente a su computadora y se queda quiera mirando la pantalla, Vicenzo entra en ese momento.

—¿Quién es? —él se acerca y sonrie.

—Se llama Maria Andrea —ella miró el rostro de la niña de un año, con unos hermosos ojos grandes, pero tristes —Iba hablarte de ella está noche.

Ella llevó su mano a la pantalla y sonrió.

—¿Crees que nos aprueben para ser sus padres?

Vicenzo acaricio el hombro de Susana.



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En el texto hay: odio dolor, venganza amor

Editado: 26.12.2022

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