Yo Soy Un Lord

Capítulo 3

Erling se encontraba en el salón familiar de la casa de sus padres en Londres. Había ido a ver a su madre. Necesitaba la sabiduría de ella para la decisión que estaba a punto de tomar.

—Hola hijo—lo saludó su madre.

Este dio media vuelta, se dirigió a ella y la besó en ambas mejillas.

—Hola madre.

—Me sorprende la nota que dejaste.

Su madre, Lady Rebecca Westhampton era una pelirroja, de ojos verdes y pecas en las mejillas. Era una de las mujeres más hermosas de Londres y Erling la quería mucho.

—Necesitaba hablar contigo, madre.

Esta tomó asiento y el también—Ya mandé a que trajeran el té ¿De qué se trata?

Erling suspiró—Madre creo que ya es tiempo de que me case y forme una familia ¿Qué opinas?

—¡Es maravilloso hijo! ¡Que felicidad!—exclamó—¿Alguna joven capturó tu rebelde corazón?

—No necesariamente—le dijo y ella lo miró confundida—me casaré por conveniencia.

Su madre suspiró y lo miró con cara de pocos amigos.

—No me digas que tú padre te está presionando. ¿O será Wolfram? Porque si es así…

—No madre—la interrumpió—ni mi padre, ni el tío Wolf tienen que ver en esto. Sabes perfectamente que siempre he hecho lo que quiero.

—¿Entonces? Erling un matrimonio por conveniencia no te hará feliz, hijo. Porque no habrá amor.

Erling carraspeó y se puso de pie—¡Mamá por Dios! Soy un Conde y futuro Duque de Westhampton. ¡Soy un lord! Nosotros no pensamos en el amor, lo único que tengo que tener claro es que mi esposa sea adecuada.

Su madre negó con la cabeza—Estás muy equivocado, hijo. Porque si fuese así, yo nunca me hubiese casado con tú papá.

Erling se sentó junto a ella y le dio un beso en la frente.

—Mi papá fue muy afortunado al encontrarte, está loco por ti. Quizás no todos tenemos ese privilegio de encontrar el amor.

—Pero hijo, sé perseverante.

Erling la miró con su expresión de terquedad y Rebecca suspiró.

—¿Quién es la afortunada?

—Michelle...—su madre la miró confundida—Michelle mamá, Michelle Schajriss.

Su madre abrió los ojos—¡¿Qué?!—Exclamó esta—¿Te has vuelto loco? ¡Esa niña es menor que Morgan!—Erling asintió—Erling ¡Le llevas nueve años!

—Si madre ¿Y qué hay con eso?

Su madre no daba crédito a lo que él decía.

—Erling, no creo que Michelle esté lista para una responsabilidad tan grande como es ser la Condesa de Westhampton.

—Yo creo que sí, ha estado con nosotros mucho tiempo.

—Es que allí es donde quiero llegar, mi amor. Ella debe ser como una hermana para ti.

—Pero no lo es.

—Erling dime la verdad—le dijo su madre—¿Por qué quieres casarte con Michelle? ¿Le tienes lastima?

—Claro que no

—¿Entonces?

Erling miró hacia el techo. No podía mentirle a su madre.

—La deseo—le confesó—La deseo mucho. Quiero tenerla.

Miró a su madre y se encogió de hombros.

—Quiero que sea mía.

Su madre lo miró impresionada—No sé que decirte. Cuentas con mi apoyo. Si eso es lo que quieres hacer, te apoyar, pero escúchame bien, Erling. Ella no es un juguete al que puedes tirar cuando te aburras, el matrimonio es para toda la vida. ¿De acuerdo?

 




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