Jason
"Mmm...esa boquita rosada". "¿Por que hace eso?" Esa chica o es muy inocente o tiene mucha experiencia. Según lo que nos contó, se debía casar virgen con el jefe de la comunidad...y para ello faltaba en teoría unos meses por lo que dejaba deducir que aún no se había "desvirginado". Ahora puedo mirarla con más detalle. Todo el tiempo del interrogatorio debí estar apoyado en la pared a su costado mirando al frente, muy pocas veces pude observarla con detenimiento. Sólo cuando la encontraba en el callejón esperando a por el bendito canasto y cuando la trajimos dormida luego de ocasionar el incendio para desviar la atención en la aldea. Y ahora que la tengo prácticamente de frente me siento como jamás me sentí delante de una mujer..cohibido. Esa palabra me la dijo alguna vez alguna de las tantas con las que estuve. Era profesora universitaria y salió a relucir esa palabra nueva para mí. Ahora entiendo recién su significado. Trato de escuchar lo que dice ya que su tono de voz es muy bajo, casi un susurro...está diciendo algo de...¿casarse?
—Repita, por favor, señorita y levante la voz, casi no puedo oírla —decía exasperado el jefe Jhonson en ese preciso instante.
Ella no levantó la vista, solo se refregaba las manos en sus muslos. Podía ver que estaba muy nerviosa y hablar de esto le debió haber costado mucho. Pero aún seguía sin entender. Por lo que había averiguado de la secta, las mujeres no podían mirar directamente a la cara a los hombres salvo que sean sus hermanos o padres y a su esposo cuando no había nadie más presente. No tenían permitido hablar con ninguno sin su permiso o el de la autoridad máxima, en este caso de Hans Weber. Empecé a entender su nerviosismo, sería una de las pocas veces que estaba dirigiéndose directamente a un hombre. Lo hizo solo con el jefe Jhonson pero éste le inspiraba miedo por lo que seguramente lo vería como un padre o un tío. Tenía mas autoridad sobre ella.
—Si me caso con otro hombre, el compromiso quedaría inmediatamente anulado y mi prometido actual no podría reclamarme en un futuro. Además, si voy a ingresar en el programa que me propone, señor Jhonson no puedo convivir con un hombre sin que éste sea mi esposo. Seria desterrada para siempre de mi comunidad y olvidada de sus memorias.
Me quedé pasmado. Este tipo si que sabía manipular bien a la gente. Logró construir un imperio a base de mentiras. Esta muchacha había nacido y crecido con los mandatos de un hombre al cual solo le interesaba acrecentar su fortuna y llevarse a la cama a las mujeres más hermosas de la comunidad. Porque si de algo estoy seguro es que Danna Miller es una joven hermosa y estoy seguro que Weber la eligió entre tantas por eso.
—A ver si entiendo...usted me está diciendo que la única manera de ingresar al programa de testigos es estando CASADA...—mi jefe estaba tan impresionado como yo.
En estos últimos dos días habíamos aprendido mucho acerca de esta comunidad y muchas cosas iba más allá de lo que podíamos comprender. Vivían en una especie de prehistoria, se quedaron en un tiempo en el que el machismo imperaba y las mujeres eran pura sumisión. "Sumisa" me vino de repente a la cabeza.Traté de espantar mis pensamientos sucios en ese momento. El cansancio de casi dos días sin dormir ni comer bien me estaba jugando una mala pasada. Pasé mis manos por la barbilla y pude sentir la barba incipiente. Hace muchos años que no tenía barba y mi cabello estaba recortado al ras. En el escuadrón donde me formé había reglas estrictas para todo, hasta para el uso de la ropa interior y medias. No iba a permitir que el cansancio me hiciera perder el profesionalismo que siempre me ha caracterizado.
Narra en tercera persona
—Si, señor Jhonson. La única manera posible de que yo conviva con un hombre es siendo su esposa —ella seguía impasible. Sus ojos marrones tenían una especie de tristeza. Sus sueños de escalar a lo más alto que le correspondía a una muchacha en su comunidad estaba a punto de derribarse. Pero no tenía opciones, debía sopesar lo que era más importante para ella siempre: su familia. Tal vez casándose con un hombre de afuera de la comunidad pudiera sacar de allí a su abuela y hermano. Esto era lo que más le importaba en estos momentos, debía sacrificarse con la esperanza de un día, volver a estar juntos.
—¿Y bien? —preguntó el jefe Jhonson a sus dos subordinados que estaban moviendo las piernas de los nervios. Todo había dado un vuelco inesperado. Clarke sudaba profusamente, él estaba de novio con la misma chica desde hace más de cinco años. Connor estaba cruzado de brazos y apoyado sobre su hombro izquierdo sobre la pared del reducido recinto de las "escuchas", tras el espejo. Desde allí podía ver a Danna sentada en la sala contigua. Estaba taciturno y sombrío. Solo el jefe continuó hablando:
—Debemos llegar a una solución urgente o esto se nos va de las manos. Si no fuera porque no tenemos a nadie más, esta muchacha ya estaría cumpliendo condena, ya estaría esposada y encerrada —dijo frunciendo el ceño.
Todos en el departamento de investigación sabían que debían hacer sacrificios en algún momento de la carrera. Era la esencia del espionaje. La mayoría de las veces debían involucrarse de alguna manera con el investigado o con algún testigo para sacar la mayor información posible y llegar al fondo de la situación. En ese momento recordaron un caso en el que uno de sus compañeros tuvo que investigar en un bar gay y tuvo que hacerse pasar por uno y mantener una relación con el principal testigo de un caso de asesinato. Hubo casos en los que había que hacerse pasar por atletas, cantantes, actores pero en este departamento particularmente no hubo casos en los que debían contraer matrimonio con un testigo para protegerlo.