Capítulo 10

Jason

Ella seguía en la misma silla mirando hacia abajo y restregando sus manos en sus muslos. Yo tragué saliva antes de que se terminara de leer en voz alta los ítems del contrato prenupcial que mandé a preparar al instante con los abogados de mi familia, éstos estaban bien pagados por lo que acudían ante cualquier llamado de emergencia y este, efectivamente, lo era.
Aproveché para observarla mientras ella tenía los párpados hacia abajo, se podía ver que tenía calor con el atuendo que portaba, aún usaba pañuelos envolviendo su cabeza y seguía teniendo el conjunto deportivo extra grande que le había conseguido Forbes. En el contrato pre-nupcial establecía que los bienes adquiridos antes del matrimonio solo correspondían a mi persona y mi familia, la casa, el departamento y mi auto, así como todo su contenido y que ella no podría reclamar nada en cuanto se anulara o se divorciaran, según lo que ocurriera. Le hice una pregunta directa, mirándola a la cara:

—Señorita Miller, ¿tiene alguna duda acerca de alguno de los puntos que aquí se leyó?¿necesita que le se explique algo?

—N-no, señor —respondió con un hilo de voz.

Karl, mi abogado me miró divertido. Era la primera vez que estaba ante un caso de futuros casamenteros en el que la novia de dirigía a su contrayente como "señor".Podía adivinar lo que estaba pensando, tal vez creyó que era un lenguaje íntimo sexual entre ambos. Lo miré y lo fulminé con la mirada, haciéndole borrar la sonrisa.

Finalmente, le extendió los papeles y ella firmó, aceptando lo que sea que dijera allí, yo estaba seguro que o no entendió nada de lo que allí decía o no prestó atención a ninguna cláusula estipulada o simplemente no le importaba. Me daba igual, lo importante era que firmara y así pudiera estar tranquilo, me iba cubriendo para un futuro esperaba, no muy lejano en el que debiéramos divorciarnos. No podía dejar nada al azar, para mí todo es así, no puedo dejar ningún cabo suelto.

—Bien, bien. Vamos definiendo la cuestión. Todos queremos ir a casa —entró diciendo el jefe Jhonson armando un revuelo a su alrededor. Con él entró un agente del registro civil y un fotógrafo, el cual harïa unas tomas del acto para que quede constancia por si algún dïa necesitaban para corroborar y además para hacer la nueva documentación de Danna. 

Clarke también entró y me miró divertido. Me sobraban ganas de romperle la cara por las muecas burlescas que hacía.
—¿Quieres cambiar de lugar? —le pregunté haciendo un ademán de cederle el espacio en el que estaba parado. ¡Se puso rojo! Sabía que lo afectaría. Él estaba enamorado de Bety y por nada del mundo haría semejante acto. En otras circunstancias yo tampoco lo habría hecho pero era obvio que uno debía sacrificarse en pos de la misión por la que tanto habíamos trabajado. Después de todo, esto era menos terrible que la vez en la que tuve que cogerme a la mujer del mafioso.

Miré de nuevo a mi futura esposa y ésta tenía las mejillas teñidas de un leve rubor. El jefe Jhonson le estaba explicando aparentemente los pormenores de los trámites y seguramente le estaba diciendo en que consistía la cláusula prohibida, aquella en la que impedía que tengamos intimidad. "Esto será divertido", me dije y me acerqué por atrás. Ella no se había percatado de mi presencia aún y cuando giró lo hizo rápido ocasionando que chocara contra mí. Ahí si se puso roja y bajó rápidamente la vista que había subido para ver con quien había chocado. Pensé que solo ella iba a verse afectada pero cuan equivocado estuve, me quedó un escozor que quemaba allí donde su piel había tocado. Involuntariamente me llevé una mano a la zona de mi pecho.

 Antes que alguno hablara, el jefe Jhonson nos llamó para estampar nuestras firmas ante el agente del registro civil pues ya había completado la documentación que se requería para que el trámite se realizara.

Me acerqué y no se porque pero me puse muy nervioso, me sentía extraño. Era como si me estuviera casando de verdad. Sacudí la cabeza para desechar los pensamientos que acudían a mí sin quererlo y me acerqué y tomé mi lugar al lado de la señorita Miller. Ésta continuaba sin siquiera mirarme y los labios le temblaban levemente, ella estaba peor que yo. No sé como llevaríamos adelante esta farsa si nos afectaba tanto a ambos.

 —Señorita Danna Lynn Miller, ¿acepta usted como esposo a Jason Marcus Connor para amarlo y respetarlo  tanto en la salud como en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza hasta que la muerte los separe? —preguntó el agente observando fijamente a la novia que estaba sin mirar a nadie.
—Si, acepto —dijo bajísimo, no sé si solo yo llegué a escuchar. Todos callaron para intentar captar sus palabras. 
Hizo la misma pregunta dirigiéndose a mí y éste asentí con voz temblorosa. Clarke no soportaba el ataque de risa por lo que tuvo que retirarse a pedido del jefe Jhonson. No había anillos así que solo nos limitamos a firmar los documentos que nos extendieron con los cuales estabamos oficialmente casados.

Danna

        Luego de la firma de las actas matrimoniales se despidieron de mí el señor Jhonson y el de ojos verdes que se presentó como Luke. Me miraba con picardía y hacía lo mismo con su compañero, o sea, mi ahora esposo. Me dolía el cuello tanto mirar para arriba, ya que éste era muy alto. Además no estaba acostumbrada a mirar hacia arriba, siempre estabamos con la mirada hacia abajo para evitar contrariar a nuestros hombres. Pero después de lo que hizo el maestro Hans decidí que debía empezar a cambiar algunas cosas. No podía estar bien que él enseñara cosas que no podía cumplir en su actuar diario. Me sentía muy cansada y aún me atacaban leves náuseas, no sé si por la droga con la que me habían dormido o por los nervios de la situación. Tenía mucha incertidumbre acerca de lo que me esperaba, me casé con un desconocido que no tiene mucha idea de nuestras costumbres y aparentemente las suyas son muy diferentes a todo lo que conozco en mis veinte años de vida. Lo pude ver cuando la oficial que me atendió se dirigía a él, por como lo miraba descaradamente y como él le habló como a una igual. "Ay, Dios. Esto va a ser más difícil de lo que jamás imaginé"...