—¿Adónde mierda crees que vas? —con un brazo estaba sosteniendo la puerta para que no abriera y con el otro me apuntaba con el arma. Sus ojos tiraban rayos encima mío y su aliento chocaba en mi cuello. Quedé pegada a la puerta jadeando por el miedo, temblaba toda y sentí que mis lágrimas quemaban mi cara en contra de mi voluntad.
—¡Habla!! —volvió a gritar. Su voz es potente y destila rabia, tengo un miedo atroz que me atenaza las piernas.
—Y-yo..necesito ver a mi familia —dije apenas, sin siquiera poder escucharme yo misma. Se quedó unos instantes que a mí me parecieron eternos allí, encima mío. Casi pude ver que algo se debatía en su interior "va a matarme" me repetía para mí misma, para mí era inminente. Su corazón latía en su cuello y jadeaba profusamente. Mi piel se endureció allí donde chocaba su aliento caliente y furioso. Luego de un tiempo que me pareció una eternidad hizo un movimiento rápido y guardó el arma y me tironeó de un brazo hacia adentro. Quise resistirme pero era imposible, era como enfrentarme contra un toro.
—Por favor, por favor —supliqué mientras prácticamente me arrastraba de nuevo hacia adentro y su mano quemaba mi brazo y me empujó con violencia a la cama.
—Te quedas aquí hasta que regrese. No te atrevas a moverte —me ordenó y yo quedé allí, sin poder emitir sonido. No podía ni mirar su cara de odio, cuando esuché que estaba de regreso me tensé. "Y ahora qué?"
—Yo necesito dormir y no puedo hacer de tu niñero, así que quieras o no vas a quedarte aquí —me decía mientras tomó uno de mis brazos y sentí el frío de un metal envolviendo. ¡Me estaba esposando a la cama!!!.
—No, no, no por favor, por favor —seguí suplicando pero su mirada dura hizo que me callara. No podía seguir luchando contra algo que era más fuerte que yo. Me echó la última mirada extraña, como si estuviera imaginando algo, estaba turbado y salió esta vez dejando la puerta abierta y yo me quedé allí, encogida toda la noche hasta que pude conciliar el sueño luego de llorar mares.
Jason
Me desperté temprano como siempre. A pesar de tener el cuerpo adolorido por conducir tantas horas y pasar tiempo parado no me permití tomarme vacaciones de ejercicio físico. Fui arrastrando los pies al gimnasio improvisado que había armado en uno de los ambientes. Ya habían pasado varios días sin hacer nada por lo que debía retomar urgentemente. Estuve más o menos una hora cuando escuché ruidos leves que venían del dormitorio donde estaba Danna.
Ella debió haber despertado. No niego que me siento un tanto perturbado por su presencia en mi casa. Todavía no puedo creer que me haya casado y que ella esté viviendo conmigo. Ni en mis remotos sueños esto pasaba. Era un enigma para mí, un tormento que me persiguió durante seis largos meses, ya que su preciosa cara aparecía en mis noches mientras dormía. Algo me pasaba con ella pero lo que estuviera pensado hacer se debía esfumar definitivamente por las advertencias del jefe Jhonson. Era intocable para mí. Era algo contradictorio, era mi esposa pero al ser una testigo de mi caso no podía tocarla. Y yo soy un profesional y lo más importante es mi trabajo.
Hice una pausa, sequé un poco el sudor y salí a buscar las llaves de las esposas. La visión de esa muchacha esposada a mi cama me tenía con todos los músculos tensos. Lo hice para poder dormir pero causó el efecto contario. Cuando la descubrí queriendo huir tuve el primer encuentro cercano con su cuerpo. Prácticamente quedé sin respirar cuando mi rostro casi roza el suyo, oleadas de su olor me abrieron las fosas nasales ocasionando que mis terminaciones nerviosas chispearan. Me alejé antes que mi cuerpo me delatara delante de ella, la molesta erección me causó dolor, tanto que me impidió descansar durante unas horas. Tomé fuerzas de donde pude para poder arrastrarla y esposarla a la cama. No quería tener más ese tipo de percance para evitar perder el equilibrio que trataba de imponerme.
Estaba despierta cuando entré a la habitación y me echó una mirada de reojo. Luego bajó los párpados, evitaba mirarme. Igual percibí la irritación rojiza que se había formado en sus ojos por el llanto de tantas horas. Me dolía tener que hacer eso pero el cansancio y la tensión de tantos días me habían jugado una mala pasada, de todas maneras, ella cometió el error de querer desafiarme, pero hasta ahora nadie lo ha logrado y no será la primera vez. No una mocosa casi diez años menor que yo que no sabe nada de la vida real y que parece salida de una película de niños, toda inocencia y fragilidad.
No nos dirijimos la palabra, le quité las esposas y la dejé allí, salí casi huyendo para no tener que verla acostada en mi cama y además ya podían vislumbrarse algunos mechones de su cabello miel. Era más para evitar su incomodidad de que supiera que se los había visto y para ella era causal de verguenza, igual la imagen de sus pechos casi expuestos cuando levanté sus brazos me acompañaría cada noche en mis sueños.
-----------------------------
Hola, ¡Al fin viernes!!!
Otra vez estamos con la historia de mi amor imposible Jason y la dulce Danna. Muero por saber como siguen estos dos.
Espero sus comentarios y las estrellitas también. Besos!!