Danna
Al ver así a Clarisa, supe que era la oportunidad de que finalmente me aceptara. Llevé a un costado a Jason.
—No veo nada de malo en que vayamos un rato. De paso es una buena oportunidad para ser aceptada por tu hermana —le dije sin tapujos, tenía una necesidad enorme de que esa muchacha finalmente me aceptara, no entendía porque me hacía ilusiones por algo que no tenía futuro.
—No quiero hacerme cargo de una mocosa —gruñó mi simpático esposo.
—No es una mocosa, ya es mayor de edad, ¿no? —me atreví a replicarle. Él pareció sorprenderse de mi atrevimiento, levantó las cejas y me miró de arriba hacia abajo, cosa que me causó un escalofrío. Me venían oleadas de recuerdos de la noche pasada.
—Espero no arrepentirme —finalmente respondió y respiré aliviada.
Fuimos en el auto de Jason llevando a Clarisa y a una amiga de ella que dijo llamarse Alexa. Ésta también le lanzaba miradas sensuales a mi esposo pero creo que a esta altura ya tendría que acostumbrarme, Jason no era ni iba a ser mío nunca. Eso quedó demostrado con todo lo ocurrido la noche pasada, después de un momento tan íntimo lo único que hizo fue marcharse y mi corazón de verdad que dolió mucho. Pensamientos de él haciendo con otra mujer lo que hizo conmigo y más aun me llenaban de un sentimiento que no había experimentado antes, "celos", le puse por nombre.
El lugar era lindo y como aquel que fuimos con Luke y Bety también estaba oscurecido mientras unos cuerpos se movían violentamente mientras intentábamos avanzar hacia la mesa. Jason se había quitado el saco y la corbata y se arremangó las mangas de su camisa blanca y desabotonado la parte de arriba. Se veia realmente elegante y sexy a la vez. Yo sentí unas miradas como nunca antes sobre mi cuerpo, sin dudas, al vestido no lo escogí yo. Estaba muy incómoda, me levantaba el escote a cada rato al sentir mucha piel expuesta. Finalmente llegamos y nos sentamos. Como si Jason se diera cuenta de mi incomodidad hizo que me sentara en el rincón más alejado y oscuro y él al lado, me tapaba mucho con su gran cuerpo. Lo notaba extraño, como si su mente estuviera en otro lugar, como si estuviera pensando en algo...¿o alguien? Quizás se había visto con alguien la noche pasada. Tenía esa sensación, algo me decía que no estuvo solo tantas horas lejos.
Una a una las parejas que llegaron con nosotros fueron a la pista de baile llevando sus vasos con ellos. Yo solo pedí una bebida sin alcohol. Jason, en cambio estaba nervioso y bebía rápidamente un par de tragos.
—Tienes que conducir de vuelta —me acerqué a decirle a su oído para que pudiera escucharme por el estruendoso ruido de la música. Él giró su cabeza extrañado, como si me viera por primera vez, tenía los ojos inyectados en sangre. Sentí miedo y traté de alejarme involuntariamente de su presencia.
—Lo sé, no soy un niño al que hay que decirle lo que tiene que hacer. Soy un hombre, Danna —puedo jurar que sus palabras tenían doble sentido. ¿Acaso me estaba reclamando algo? Tragué la saliva que se me había acumulado cuando él se me acercó para hablarme y su aliento con olor a whisky se instaló en mi nariz.
En ese momento, se acercaron Clarisa y Alexa riendo y se sentaron.
—Iré a la barra con los muchachos —expresó Jason levantándose, su expresión de hastío se pudo notar a kilómetros a la redonda. Desde aquel día en el que se peleó con Brian no quería verlos ni a él ni a su acompañante.
A las dos harpías les cambió la expresión instantáneamente. Sus sonrisas se volvieron ladinas.
—¿Y bien? ¿qué bebes, cuñadita? —preguntó malintencionadamente Clarisa.
—Solo es una bebida sin alcohol.
—¡Qué aburrida eres! con razón mi hermano decidió alejarse de tí. ¿Así de monótona eres en la cama? —se carcajearon ambas, sentí como un calor me subía por el cuello hasta instalarse en mi cara. Bajé la mirada, no estaba preparada para tener ese tipo de conversación, aún entre mujeres.
—Mira, querida. Te voy a decir por experiencia. Jason es un hombre al que le gusta la variedad. Se aburre rápido con mujeres...aburridas...—tiró su veneno la voluptuosa morocha supuesta novia del mejor amigo de Jason, con quien también había tenido "solo sexo", para parafrasear a Jason.
—Jason y yo estamos casados porque nos amamos y él me acepta como soy —expresé más para convencerme a mí misma que a ellas.
—¿Y como es que nunca te vemos que lo besas o que él lo haga? Es un tipo apasionado en verdad. Todo es extraño...¿o es que acaso ocultan algo? —lanzó su dardo envenenado la tipa. Me estaba hartando su tono de voz. No entendía adonde quería llegar. Yo no les hice nada a ellas, ¿por qué eran tan crueles conmigo?
—Bebe esto, cuñadita. Es mejor que esa porquería que tienes allí —dijo Clarisa mientras me ofrecía su vaso.
No quería seguir quedando mal con la familia de Jason. En el fondo estaba muy agradecida con él por haberse sacrificado y haberse casado conmigo a pesar de gustarle mucho el "solo sexo". Bebí un trago del líquido y sentí que mi garganta ardía, tosí y me limpie los restos de gotas que quedaron desparramados en mis labios.
Ambas rieron estruendosamente y yo me sentía avergonzada. Volví a hacerlo para demostrarles que no me amedrentaba fácilmente. Quería demostrar que era digna de Jason. Mi autoestima había bajado a niveles peligrosos la noche pasada cuando me ví incapaz de responder a mi esposo a sus deseos. Nancy me aconsejó un montón de veces que debo complacerlo en lo que él me pida...pero no sé si soy capaz de darle lo que él necesita.