Yo, su protector

Capítulo 53

Danna

Abro los ojos, una rayo de luz se filtra por una ventana que no reconozco. Las cortinas son transparentes y la espaciosa habitación en la que estoy está iluminada. No tengo idea de donde estoy ni que hora es ni que estoy haciendo aquí. Me siento en la cama y tomo mi cabeza. En mi vida sentí un olor tan agudo, es como si miles de cuchillos me atravesaran desde un hueso hacia el otro. Necesito urgente ir al baño, las ganas de orinar y de vomitar se apoderan de mí. Busco una puerta, abro y para mi alegría, es del baño. Me inclino en el inodoro y elimino una sustancia amarillenta hedionda y asquerosa. Orino y busco un cepillo de dientes para quitar los restos de podredumbre de mi boca.
¿Dónde estoy y como llegué aquí?, sigo preguntándome. Luego recuerdo todo lo que he pasado en los últimos meses. ¡Weber!, me obligó a recordar mi conciencia y mi sangre se heló. ¿Será que me encontró y me encerró aquí? Esto ya no me gusta nada, estoy asustada. Me miro como estoy vestida. Una camisa blanca. Y un olor que reconocería en cualquier lugar y entre millones de personas. ¡¡Jason!!, casi grité. Es la misma camisa que tenía puesta anoche cuando fuimos a ese local...Pero, ¿por qué tengo puesta su camisa? Y abajo...¡solo estoy con ropa interior! Mis mejillas arden con solo pensar que alguien me vio con estas fachas y más aun pensar que pudo haber sido Jason.

Me miro en el espejo y mi aspecto es terrible, parece que tengo el cabello pegoteado de tan enredado que está y estoy segura de que hiedo. Decido tomar una ducha rápida aunque sea para que sirva para despejarme y pensar con mayor claridad. Antes me aseguro de poner llave y pasar el cerrojo por la puerta, no quiero que me tomen desprevenida.
Debo ponerme en modo Jason, alerta, sopesar todas las opciones y buscar salidas, soluciones, tal como él me enseñó. Debo estar siempre alerta para huir, saltar, gritar, llamar.
Termino de ducharme, me seco rápidamente y vuelvo pensar: ¿como es que llegué a estar así?  Abro la puerta y saco mi cabeza para otear a todos lados. Aparentemente sigo sola en el cuarto. ¿Donde está mi vestido? Camino por la habitación buscando pistas, como siempre, no sé donde está mi telefono ni tampoco Jason. Encuentro mi vestido sobre el respaldar de un sofá, dudo en cambiarme y salir de allí corriendo o si sentarme y esperar a que Jason me encuentre, habíamos quedado en eso, él me prometió que siempre me encontraría, no importaba donde me metiera o me tuvieran. Jugueteo nerviosa con los botones de la camisa y me percato horrorizada: 
 ¡No tengo puesto el dije!! Sin eso no va a poder encontrarme, se fueron mis esperanzas de supervivencia. Siento que mis lágrimas nacen y se quedan atrapadas en mis pestañas cuando veo la perilla moverse de la puerta. Retrocedo temblando. "Me van a matar", es el pirmer pensamiento que me llega. Luego de algunos segundos de incertidumbre, finalmente la puerta se abre. 
Y entra él. El dios glorioso que abarca casi todo el ancho y alto de la puerta. Se queda mirandome desde allí, imponente y siento que mis mejillas se incendian por la forma en que recorre mi cuerpo con sus azules ojos. Intento taparme por encima de la camisa y bajo la mirada. Él parece al fin reaccionar y cierra la puerta tras sí. "Otra vez olvidé cambiarme", me enfado conmigo misma.
—Al fin despertaste —es lo único que atina a decir.

Trae una bolsa y un vaso descartable con algo líquido en su interior, por el olor que se cuela en el aire es café.
—Y-yo...¿dónde estamos? No recuerdo como llegamos aquí —me atrevo a preguntar. Él parece aliviarse, respira y veo que se aflojan sus brazos. Es como si estuviera expectante esperando mi reacción.
—Estamos en un hotel. Era lo más cercano al horrible lugar adonde fuimos anoche. necesitabas descansar y la casa queda lejos —respondió mientras preparaba las cosas que trajo en una mesita, dándome la espalda.
—P-pero...¿qué paso? ¿Por qué no recuerdo nada de como llegamos aquí? —indago, algo me dice que tengo que saberlo. Él me mira como dudando de lo que pregunto.
—¿Qué es lo último que recuerdas? —pregunta mirándome fijamente, escudriñando el interior de mis pupilas.
—Bueno, yo...estaba sentada con Alexa y tu hermana, me pasaron un vaso con una bebida y yo muy estúpidamente les hice caso...—siento que un pavor me inunda. me da vergüenza haber sucumbido a los pedidos de ellas. Me sentía tan poca cosa, tan acorralada por sus preguntas. Entendí que solo querían dañarme, una pesadumbre se apodera de mí.
—La bebida te cayó mal —es todo lo que dice mientras me hace señas para que me sentara.
—Pero...mejor voy a vestirme, ¿no? Estoy incómoda así... —no se de donde saqué esa osadía de hablarle de esa manera.

Él se queda mirando, como sopesando la respuesta. Volvió a recorrerme con la mirada esta vez haciéndome chillar por dentro. Era una sensación extraña entre salir corriendo y quedarme para sentir sus manos sobre mi cuerpo.
—Primero sientate y come algo. Necesitas reponer todo lo que tiraste, vomitaste mucho —con horror me tapo mi boca abierta.

¡Qué vergüenza!! Es lo peor que podria pasarme, que mi esposo me viera vomitar.
—Y-yo...lo siento mucho...no sé porque me comporté así..yo...—trato de explicar, con un pudor que me invade toda.
—No tienes que disculparte. no tienes la culpa. Hablaré con mi hermana luego. Ahora debes recuperarte. Come —da una orden.

Hago un esfuerzo por tragar cada bocado. siento que mi estómago se cierra y aun tengo un poco de náuseas. Algo noto diferente en él, en la forma en la que me mira, en la relación que hay conmigo pero no podía dilucidar que. ¿Acaso había pasado algo más y no lo recordaba? No debía pensar en eso, me convenía dejarlo así por mi paz mental.
—Te traje algo de ropa —expresa cuando terminamos de comer.




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