Capítulo 3
- ¿Estás bien? – pregunta Yaneth al ver a su compañera absorta en sus pensamientos.
- Sí, - responde soltándole inmediatamente la mano – si estoy bien… - baja la mirada disponiéndose a seguir su camino.
- No me dijiste tu nombre… - habla intempestivamente haciendo que se detenga.
- Anghela… Anghela del Prado Solís.
Anghela era de cabello rubio largo y ondulado, piel clara, ojos azules como el cielo, delgada y de un metro setenta de estatura.
- Mucho gusto Anghela, - ladea su cabeza y sonríe tiernamente - te he visto en la clase de la Sra. Wilson.
- Si yo también te he visto – sonríe en correspondencia a la sonrisa de su compañera.
Te he visto un millón de veces y no sé qué diablos tengo contigo…
Anghela quería gritarle, estaba experimentando cosas que nunca antes había sentido y menos por una persona del mismo sexo, quería gritarle esperando que ella le explicara lo que le estaba pasando, pero se detuvo.
- Bueno, - baja su cabeza y mira al suelo - me tengo que ir – dijo una fastidiada Anghela levantando la cabeza.
- ¿Vas con dirección a la biblioteca? – señala en aquella dirección.
- ¿Por qué? – la mira fijamente - ¿vas para allá?
- Si
- No…. – mueve negativamente la cabeza - Yo voy a otro lado.
- ¿Estas evitándome? - la mira fijamente como buscando la señal que el corazón ya le había dado, no le era indiferente.
- No. – sonríe sorprendida - ¿porque haría eso? – pregunta disimulando perfectamente con un gesto que bien podría interpretarse como un: ¡qué te pasa! ¿estás loca?
- Si, tienes razón, - sonríe avergonzada - porque tendrías que hacerlo - mirándola fijamente.
Deja de mirarme de esa forma por favor que mis rodillas no aguantarán más y caeré frente a ti…
- Bueno - sonríe aliviada Anghela - adiós… nos vemos pronto – empieza a caminar sin esperar respuesta.
- Sí, adiós.