Yo También... La Amo.

Capítulo 9

El despertador sonó. Para Yaneth cuando su amada no dormía junto a ella el despertarse no era problema, el día anterior en horas muy altas de la noche había recibido la llamada de un compañero de trabajo con una muy buena noticia, la cual quería compartirla con su amada inmediatamente pero cuando vio la hora en que colgó la llamada era demasiado tarde, así que lo dejó para el día siguiente, programó el despertador dos horas antes de su hora normal de despertar, se dio una baño, se arregló y salió con dirección a la casa de Anghela. Al estar frente a la puerta de donde vivía su amada tocó el timbre.

 

  • Yaneth, pero que milagro, - abre la puerta Laura-   porque has venido tan temprano, pasa por favor.
  • Hola Laura, - saluda con dos besos en la mejilla - ¿cómo has estado?
  • Bien, muy bien, gracias por preguntar – sonríe.
  • Te traje los dulces que tanto te gustan –mostrándole y acercándole una bolsa de papel con unos pastelitos que había comprado en una pastelería que le quedaba en el camino.   
  • ¡Oh!, tan linda. Gracias – recibe la bolsa.
  • Anghela… ¿despertó?
  • No, creo que aún no lo ha hecho porque si no estaría por aquí haciéndome platica. 
  • Entonces subiré a verla – se dirige a las escaleras.
  • Está bien, sube – dice Laura yéndose a la cocina.

Llega a la puerta del dormitorio de Anghela, gira con mucho cuidado la perilla de la puerta para no hacer ruido camina hacia la cama y ve a su amada dormir, la observa con una enorme sonrisa, no se aguanta, se quita el abrigo, los zapatos y se mete a la cama con ella.

  • Buenos días princesa – le dice en el oído abrazándola y besando su cuello.
  • Buenos días cariño, - responde volteándose para abrazarla - que linda sorpresa el verte al despertar – sonríe cariñosamente abriendo los ojos.
  • Tengo una noticia, que sé que te alegrará mucho.
  • ¿Mucho?, - ella asiente - en serio, dímela.
  • No, mejor te la digo en la cena – besa su frente.
  • Está bien, - hace puchero - entonces iré al apartamento hacer la cenar.
  • Que te parece, si hoy vamos a cenar en tu Restaurante favorito.
  • Me encanta la idea, – sonríe – entonces haré las reservaciones.
  • A las 8 pm, ¿está bien?  - ella asiente - muy bien, princesa, - se sienta - ahora me voy al trabajo…te amo – le da un beso.
  • Yo también te amo, cariño, ve con cuidado…

Anghela estaba emocionada hace mucho que no iba a su restaurante favorito de comida italiana, el trabajo de Yaneth y los estudios impedían que pudieran salir seguido, casi siempre la pasaban en el apartamento ayudándose la una a la otra.

  • Buenas noches, princesa… - dice levantándose de su silla, para ayudar a Anghela con su silla.
  • Buenas noches, cariño… ¿te hice esperar mucho?  - se sienta.
  • Descuida princesa, - sonríe - valió la pena esperar, te ves hermosa – le guiña el ojo.
  • Gracias cariño – besa su mejilla – cuéntame que tal tu día…
  • Buenas noches, mi nombre es Jean Pierre y seré quien tome su orden esta noche – interrumpe el mesero con una gran sonrisa – les dejo la carta para que elijan, - ellas asienten - permiso. – se retira.
  • Gracias – espetan ambas.
  • Ahora sí, cuéntame que tal tu día – insiste Anghela.
  • Bien y va mejorando porque tengo tu compañía, – sonríe cariñosamente – princesa, ¿recuerdas que te dije que tengo una buena noticia?
  • Sí, claro que lo recuerdo, si estoy tratando de disimular lo ansiosa que me siento por saber que es, vamos dime, dime, dime… - Yaneth sonríe por lo graciosa que se veía Anghela en sus momentos de niña.
  • Te contaré, anoche un amigo de trabajo quien es secretario de la oficina principal de bufete, me llamó para felicitarme por algo que hoy en la mañana me comunicaron, pero como anoche ya era muy tarde no te llamé, por eso fui a despertarte hoy temprano – sonríe ante la expectante mirada de Anghela.
  • “Por algo” ¿Qué es ese algo? Vamos cariño me estoy poniendo cada vez más ansiosa.
  • Lo sé princesa, pero déjame y te sigo contando ¿sí? – ella asiente – cuando llegué al trabajo, me llamaron de la oficina principal para comunicarme que… ¡voy a estar en el grupo de elite del buffet! – sonríe ampliamente - y si sigo así en dos o tres años bien trabajados podría competir para que me elijan socia de la firma… ¡¿te imaginas?!
  • ¡Wow!, esto es genial, ¡felicidades! cariño, te lo mereces, quien más que yo sé cuán duro has trabajado para estar en la posición que ahora ocupas. Estoy súper orgullosa de ti – se agarran las manos emocionadas.
  • ¡Gracias amor!, pero… no solo quería celebrar esta alegría contigo, también deseo preguntarte algo importante…
  • Disculpen la interrupción – vuelve el mesero, haciendo que las jóvenes se miren puesto no habían prestado atención a la carta.
  • ¿Está bien si pedimos la especialidad de la casa? – pregunta Anghela a Yanet, ella siente - Tráiganos la especialidad por favor – dice al mesero quien asiente – gracias, decías que querías preguntarme… ¿algo importante? ¡Ay Cariño! Otra vez volvió mi ansiedad, vamos dime, dime.
  • Amor… hemos pasado dos años juntas y creo que estamos listas para dar este paso… ¿te mudarías a vivir conmigo? ¿Qué dices?, - la mira fijamente expectante a su respuesta - Además no quiero estar ni un minuto más lejos de ti, te extraño al despertar, al tomar desayuno, al llegar a casa…por favor dame una respuesta.
  • ¡Sí!, si quiero vivir contigo… - sonríe visiblemente emocionada.
  • Gracias princesa, gracias por hacerme la persona más feliz de este mundo y tener el honor de despertar junto a ti todos los días de mi vida.
  • Te amo Yaneth… - besa el dorso de la mano de su amada.
  • Yo también te amo mi princesa...y estoy segura que será así por toda la vida.
  • ¿Toda la vida? – la mira tiernamente.
  • Sí, toda la vida, en esta vida y en todas las vidas que pueda tener… te seguiré amando y ¿sabes? Mi princesa …te buscaré en todas ellas…y cuando una rosa roja llegue a tus manos sabrás que soy yo… - besa su mano.
  • Que bonitas palabras dices cariño.
  • Es la frase de uno de mis poemas favoritos y quería dedicártelo.
  • ¡Me encantó! Pero tendrás que leerme el poema completo.
  • Lo haré princesa… pero promete que recordaras lo que te acabo de decir – vuelve a besarle la mano mirándola fijamente.
  • Lo haré cariño… te prometo que recordare cada palabra que acabas de decir – sonríe tiernamente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.