Capítulo 12
Después de hablar con Yaneth, Anghela se mantuvo caminando por más de dos por las frías calles de Toronto, llorando por lo que había hecho y como le había hablado a su amada, repitiéndose una y otra vez, que lo que había hecho era lo mejor para ambas.
Llegó a casa y una voz de preocupación la recibió.
- ¡Anghela!, niña ¿¡dónde andabas!?…estaba tratando de comunicarme contigo, pero nada… - dice nerviosa.
- Laura… papá… ¿ya llegó?
- Anghela…tu padre… - la agarra de los hombros.
- Mi papá… ¡que!, Mi papá… ¡que!, Laura…
En ese instante recordó las palabras de su madre… “sí a tu padre le llega a pasar algo”, “tú serás la única responsable”.
- Cuando estaba por llegar, – responde Laura derramando lágrimas - tu padre… sufrió un accidente… tu madre está con él en el hospital.
- Mi papá, no, … Mi papá, no… - las lágrimas le salen sin permiso alguno.
- Cálmate mi niña, - la abraza - te llevaré con él.
En el hospital…
- ¡Mamá!... – corre al verla sentada en una banca de pasillo - ¡¿cómo está papá?!
- ¡Vaya!... hasta que apareces… ¿dónde has estado? Déjame adivinar…
- Mamá…por favor dime como está papá…
- ¡Vivo!, por suerte, solo tiene unos raspones que se curarán en algunos días. Ahora dime Anghela, aun así, ¿quieres decirle a tu padre, lo tuyo con esa mujer? dime, que hubieras hecho si por decirle tu bochornoso proceder tu padre estuviera en este hospital, ¿estarías dispuesta, a soportarlo?
- Mamá…
- Dime… ¡dime!, ¿¡estarías dispuesta, a soportarlo!? sí… es así, entonces hazlo… ¡vamos… dile! Si estas tan segura… yo misma te acompañaré.
- ¡Anghela!... – dice Yaneth acercándose - ¿cómo está tu padre?, vine ni bien me enteré…
- ¿¡Que hace, esa mujer aquí!?.... Tú en verdad quieres matar a tu padre, ¿¡no, Anghela!? – se aleja de ellas.
- ¿Qué, haces aquí?... cómo es que te has enterado.
- Laura me llamó para preguntar por ti, pero ya te habías ido y me contó todo, vine a verte, a ver cómo está tu padre… apoyarte en lo que necesites.
- Vete… - respondió con voz fría.
- Anghela… - sus ojos expresaban una súplica.
- No me hagas repetírtelo… - suspira - vete… - dice mirándola fríamente.
- Anghela…no…mi amor… - desesperada por no saber qué decir, ni que hacer para hacerle entender sus sentimientos.
- ¡Vete!... ¡vete…! no quiero verte más, que no lo entiendes… ¡vete!
- Si mi amor… tienes razón, me iré… soy una tonta, como pensé en venir…yo esperaré…te esperaré…discúlpame, amor…discúlpame…- sale llorando del hospital.
El padre de Anghela terminó de recuperarse en una semana, tiempo en el cual, ella no tuvo comunicación con Yaneth, mientras esto sucedía la madre de Anghela preparaba el viaje de regreso a Perú, viaje que nuestra protagonista había aceptado tomar junto con su familia.
- Hogar, dulce hogar… - dice entrando a su casa la mamá de Anghela.
A la madre de Anghela se le notaba muy feliz por haber logrado su cometido, como siempre se había salido con la suya, tenía a su hija y al marido donde ella quería, pronto empezaría en meterle ideas a su hija que por el bien de la familia debería empezar a buscar novio o al menos ese era su fin.
- Papá, ¿estás bien?... – dice al ver que su papá se detiene para subir las escaleras.
- Sí, mi niña… estoy bien.
- Bueno, entonces te ayudaré a subir a tu recamara… - agarrándole el brazo a su padre.
- Te dije que estoy bien, - sonríe - no te preocupes y ve a descansar. – le señala para que ella suba primero.
- Sí, deja yo llevo a tu padre… - interviene la mamá, retirándole la mano del brazo de su padre.
- Está bien, pero primero tomaras un vaso de leche antes de dormir, te la llevaré enseguida, ¿si papá?
- Querida, pídele a Lucia que lo lleve. (Lucia, era la empleada), tú ve a descansar.
- Si mamá luego iré a descansar, … aunque primero iré a la biblioteca.
- No te desvele, ¿sí?
- Está bien papá. – este empieza a subir las escaleras.