Capítulo 25
En la casa de Anghela… Suena el timbre de la puerta…
- ¿¡Yaneth!? – dice al abrir la puerta.
- Hola… - sonríe tiernamente - vine a ver si te encuentras bien.
- ¿Bien?... ¿¡cómo voy a estar bien!?… - camina hacia la sala, seguida de su visita - Ricardo piensa que tenemos algo… no puedo con esto… - se sienta en el sofá.
- Lo siento… - se pone en frente de ella, Anghela rompe en llanto - Cálmate… cálmate por favor… - sentándose junto a ella- no me gusta verte así… no sabes cuánto me lastima verte de este modo… todo va estar bien… te lo prometo - acercándose con la intensión de consolarla, pero no se atreve - esto se solucionará… ¿sí? - Anghela sigue llorando con la cabeza gacha - ¡Hey! ¡Mírame!… mírame, – levanta con delicadeza su cabeza - te prometo Anghela… una vez que yo me vaya, esto pasará… y yo volveré a ser... un mal recuerdo en tu vida... y ahora no solo en tu vida… sino también en la vida de mi hermano. – se le quiebra la voz.
Al ver los ojos de Yaneth a punto de llorar, Anghela no pudo más y se aferró a ella abrazándola fuertemente.
- ¡Hey! Todo va a estar bien… - dice sobándole la espalda a Anghela.
Al soltarse del abrazo, Anghela parecía más tranquila y cansada demostrándolo con un bostezo puesto no había dormido la noche anterior, ella empezó a cabecear, recostándose en el hombro de Yaneth.
- Lo siento estoy cansada… - sonríe al ver que se había cabeceado
- Es mejor que descanses.
- Sí, intentaré dormir entonces.
- Me parece bien, bueno cuñada… me voy.
Al levantarse Anghela para despedir a Yaneth, sufre un mareo que hace que caiga en el sofá.
- ¡Anghela!... – reacciona a agarrarla - ¿Te encuentras bien? – pregunta asustada.
- No sé qué tengo… - cierra y abre los ojos - solo… sentí un mareo – se acomoda en el sofá.
- ¿Ya cenaste? – pregunta mirando su palidez.
- No, no he tenido apetito durante todo el día – responde visiblemente cansada.
- Al menos sabemos del porqué de ese mareo… ven vamos, - se pone de píe - te dejaré en tu habitación y te prepararé algo para que comas…
- No es necesario, gracias, yo puedo hacerlo.
- Y arriesgarme a que te caigas… no, vamos – le toma la mano para que caminen hacia la escalera, estando ahí la abraza y suben las escaleras hasta el cuarto de Anghela - ven siéntate aquí… - señalando una silla en la habitación - mientras destendiendo la cama.
- No estoy enferma.
- Si lo sé… - sonríe - acuéstate, iré a prepararte algo… ya regreso.
- En verdad Yaneth, no es necesario…
- Está bien, ahorita vuelvo… - baja las escaleras y va a la cocina a prepararle algo a Anghela para que coma y beba- pensé que te encontraría dormida… - dice al regresa a la habitación - toma - acercándole la bandeja que había subido con un sándwich y manzanilla- la manzanilla te relajará – se sienta en la silla que estaba cerca a la cama.
- Gracias, no debiste de hacer esto – recibe la bandeja y sonríe.
Minutos después Anghela terminó todo lo que le habían traído en la bandeja.
- Ok, - recibiendo la bandeja - ahora cierra los ojos… - sonríe - cuídate Anghela, cuídate mucho…Adiós… - se pone de pie dirigiéndose a la puerta.
- ¡Yaneth!... – ella se detiene y la mira - ¿esto… es… la despedida?
- Si, lo es… - Anghela se levanta de la cama y la abraza - ¡Anghela… estas sudando!... – expresa al sentir el cuerpo de su cuñada - ¿te sientes bien? ¡llamaré a Ricardo! – saca su móvil.
- ¡No!, - la detiene - no lo hagas… no lo hagas, estaré bien… - camina hacia la cama.
- Entonces vamos te llevo a un hospital…
- ¡No!, en serio estaré bien.
- Pero estas con fiebre… - tocándole la frente.
- No te preocupes estaré bien. – se sienta en la cama.
- Entonces acuéstate… - la acuesta y tapa poco - traeré agua fría… - camina hacia la puerta.
- No, en serio, no debes hacer eso… yo…
- No digas más ¿sí?, ya que no quieres llamar a Ricardo, ni quieres que te lleve a un hospital, entonces te pondré paños de agua hasta que te baje la fiebre, pero si te empeoras… aunque no quieras te llevaré a un hospital… - Anghela asiente.