yo también soy arte

capitulo 14

A la mañana siguiendo despierto dando el grito al cielo.

 Adrián y Marcus hicieron conmigo un emparedado, los pies hediondos de Adrián daban directamente a mi cara, por otro lado, estaba Marcus quien me aplastaba con su cuerpo. Ya he dicho que es un gigante.

No tuve otra opción que golpearlos hasta que se despertaran y hacerme la desentendida con ellos, pobres pensaron que tenían una pesadilla, creo que les pegue muy fuerte, bueno, tampoco tienen que saberlo.

Después de eso nos levantamos para ayudar en lo necesario porque en la tarde iríamos a un balneario cerca de aquí.

—cuídense

—si— respondemos por enésima vez los tres.

—no vuelvan tarde y cuiden a su hermana—ahora se dirige mi abuelo a los idiotas que tengo por hermanos.

—si señor— responden como soldados a su capitán.

Vamos caminando, por el camino de tierra, mis hermanos tan hablando de todo, yo por mi parte decido concentrarme en mi alrededor, es un lugar muy bonito, me gusta el verde de los arboles aparte de eso puedes encontrar una gran variedad de árboles frutales, todos a la disposición si quieres y sin que te vea el dueño, claro está, pero esto no es impedimento para mis hermanos de volar la cerca y tomar cerezas y guayabas.

—¡mierda olvide la picazón! — dice Marcus refiriéndose al árbol de cerezas. Salen del lugar y retomamos nuestro camino.

—eso te pasa por tomar las cosas sin permiso— me burlón comiendo las jugosas cerezas.

—pero eso no te impide comerlas.

—es de mala educación rechazar las cosas que nos dan— me encojo de hombros.

—yo no te di, las tomaste de mis manos— contraataca.

—pero no hiciste nada para impedirlo— finalizo sacándole la lengua con burla.

Seguimos entre risas y discusiones, como buenos hermanos que somos, logramos llegar completos al balneario, la belleza de este lugar aumenta con el paso del tiempo, si antes lo recordaba hermoso ahora es espectacular, lo que hace que los visitantes acudan a él.

Sostén esto dice Marcus quitándose su playera y tirándola en mi cara.

—si claro, porque no— digo sarcástica.

—si estamos en esa— Adrián copia la acción de Marcus haciendo lo mismo con su playera.

—claro tírenme todo lo que quieran— comento fastidiada.

Adrián y Marcus se miran entre ellos indicando que algo bueno no va a pasar, trato de escapar conociendo sus intenciones, fallo en el intento entre los dos me cargan, en mi acción por escapar de su agarre y las de ellos sosteniendo captamos la atención de los visitantes y los lugareños presentes.

¡suéltenme! grito quejándome, quiero tomarlo con seriedad, pero la risa no me deja.

Caminan y me doy cuenta que estamos en la orilla, se adentran más y me sueltan, puedo jurar que hubiera dejado el balneario sin agua si esta no fluyera, trague bastante agua por estar gritando. Salgo tosiendo como loca.

—¡son unos desgraciados! — grite molesta, cuando logro recuperar el habla.

—pero igual nos quieres—responde Marcus con burla.

—Estoy toda empapada— digo viendo la ropa que traía puesta. Quito la ropa que tenía puesta quedando en el traje de baño azul oscuro. Maldigo internamente. Alzo la mirada y mis hermanos me miran de una forma muy extraña. Frunzo el ceño.

—¿qué sucede? — pregunto extrañada tocándome la cara, para ver si encuentro un fallo o imperfección.

—¿qué haces?— murmura Adrián con la mandíbula tensa sosteniéndome del brazo.

—¿de qué? — pregunto sin entender.

—¿por qué te quitas la ropa? — me mira molesto, luego a su alrededor. Ruedo los ojos.

—porque esta mojada, da— respondo obvia saliendo del agarre de Adrián.

—entonces si te mojas esa cosa que tienes como traje de baño también te lo quitaras— habla exaltado Marcus.

*ya comprendo, celos de hermanos* dice la vocecilla en mi cabeza.

Rio negando con la cabeza.

—si es posible— hablo desafiante, haciendo que se moleste más.

—no estoy bromeando ponte algo encima— habla brusco.

Y después dicen que las mujeres somos las hormonales.

—¿por qué lo haría? — pregunte molesta —ustedes me tiraron al agua.

—no me provoques Thurin— su molestia incrementa más y la mía también por su estúpida actitud.

—pueden pudrirse—digo dándoles la espalda para alejarme de ellos.

—todos te están viendo— miro a mi alrededor y es cierto tanto hombres como mujeres se quedaron viéndome haciéndome sentir nerviosa. ¿qué tanto miran?

*tendrás un moco en la cara o algo así*

*no me asustes*

*solo digo, sabes que estamos bien de pendeja*

—¿qué hago? — digo volviéndome a ellos.

—ten ponte eso— dice lanzándome su playera, me la pongo, tampoco es que me guste que se me queden viendo como acosadores.

Tomo mi ropa mojada y camino a un lugar con menos personas, mientras caminábamos algunos hombres se tomaron el atrevimiento de salvarme cuando pasaba cerca de ellos, otros decían cosas para nada agradables. Cosa que hizo que me intimidara y me pegara a Marcus como refugio.

—quédate aquí, si quieres algo lo puedes pedir, no te quiero ver cerca del lugar— ordena —desde aquí nos puedes ver, estaremos cerca no te preocupes.

Iba a protestar, pero se van dejándome en un asiento donde puedo ver perfectamente el balneario. Suspiré aliviada, sentí mucha tensión al caminar para llegar hasta aquí. Sera mejor que le hago caso a Marcus.

Pasa alrededor de una hora y comienzo a aburrirme, decido levantarme e ir al baño, esta vació. Entro hago mis necesidades y salgo del lugar. Me dirigía hacia donde estaba anteriormente, pero alguien había tomado asiento en este, sin más opción, voy hacia allá a recoger mi ropa.

Quien había tomado mi lugar, me sonreía con burla dándome a entender que se había sentado allí apropósito. Lo ignoro completamente. Frunzo el ceño al no encontrar mis pertenencias.




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