Luego de ese día me sentía mas relajada, mas feliz, solo necesitaba tiempo, el cual Ángel respeto o eso creo, pensé que iba a reaccionar de otra forma, mas impulsiva, pero me equivoque ahora si, su silencio en estos dos últimos días ha sido extraño, muy extraño diría yo.
También pensé que se armaría la de trolla por la fiesta del compromiso que quedo arruinado, no me quiero imaginar como quedaron esos estirados, al saber que todo se fue a la mierda. Meg me contó que simplemente Ángel grito que todo se cancela y que salio corriendo y que no supo mas. El silencio de esta situación me inquieta un poco, pero no debo pensar en eso mas, debo elegir un regalo para Ángel, si su cumpleaños es en noche buena, osea mañana, así que hoy iré a comprar un regalo a la tienda tengo algo pensado y no se si le gustara.
Salgo tomando mi bolso y mi abrigo, no me gusta esta temporada hace mucho frio, decido tomar un taxi. Sonrió recordando la vez que subí al bus con Ángel, creo que nunca lo olvidare, tipo la película "intensamente", ese se convirtió en un recuerdo principal o algo así. vi la película ya hace un tiempo.
Lo malo de esta temporada a parte del frio, las tiendas estas mas llenas de lo habitual, la navidad me toma tipo "crinch", de verdad no me gusta, sola tengo pendiente por esta fecha, quiero regalarle algo.
Después de casi dos horas intentando encontrar algo adecuado para el, salgo de allí, feliz, misión cumplida. Los vídeos juegos me tienen mal.
De regreso a casa tomo el bus, al menos en esta ocasión no esta lleno y hay asientos disponible. Miro por la ventana como todo pasa rápido delante de mis ojos. Siento el teléfono vibrar en mi bolso, frunzo el ceño al ver su nombre. Descuelgo la llamada.
―Thurin... te extraño―dice con voz aniñada, mi corazón brinca de la emoción.
―Ángel ¿estas bien?― pregunto preocupada cuando escucho un sollozo en la linea contraria.
―por favor ven, te quiero a mi lado, por favor no me dejes solo... siento que no puedo vivir sin ti.
―deja de decir estupideces.
―ven, por favor― suplica ―quiero verte.
―¿donde estas?― suspiro.
―en el viejo puente.
―espérame estaré allí― digo colgando la llamada y pidiendo la parada.
Bajo del bus, tomo un taxi, le indico donde debo ir, frunce el ceño, pero no dice nada. Miro el aparato sin poder creer que me haya dicho aquellas palabras, se sintieron tan cálidas, tan reconfortantes.
El taxi se detiene, le digo que me espero, el señor solo asiente. El lugar es un poco solitario y tenebroso diría yo. Me adentro al bosque, yendo aquel lugar y lo veo al borde del puente mirando sus pies, camino sintiéndome aliviada por un momento pensé que era una broma de mal gusto.
Su mirada se fija en mi. Siento una punzada en el pecho al ver su rostro lleno de lagrimas, me acerco asustada, llora en silencio, un olor fuerte a alcohol inunda mis fosas nasales, estaba tomando, con razón llamo, en sus cinco sentidos no lo hubiera hecho. Su sollozo me saca de mis pensamientos.
―¿por que duraste tanto?― reclama como un niño.
―vine en cuanto llamaste― digo ―¿estabas tomando?
―te extrañe.
―Ángel ¿que sucede?
―ya no me quieres, no quieres estar conmigo Por eso dijiste que te diera tiempo, tiempo que lo usaras para olvidarme― protesta como niño pequeño cruzando de brazos haciendo pucheros. Aquella imagen me llena de ternura.
Acaricio su mejilla sonrojada ―no digas eso.
―lo se, no mientas ya no me quieres― dice levantándose abruptamente, parándose al borde del puente. Abro los ojos asustada.
―A-Ángel ¿que hace? puedes caer―digo preocupada. Doy un paso, pero el se aleja.
―no importa no quiero vivir si no es contigo―solloza, hago un grito cuando se tambalea.
―por favor.
―no.
―Ángel―suplico.
―no quiero.
―es muy peligroso― trato de hacer que entre en razón sin acercarme.
―no me importa― se cruza de brazos mirando hacia otro lado.
―a mi si.
―¿enserio?―me mira ilusionado sonriendo.
―si― digo desesperada. Su sonrisa cae.
―¡mentira! solo lo dices para que no lo haga ―mira hacia bajo ―adiós― dice abriendo los brazos y cerrando los ojos, corro hacia el.
―no, no― se lanza ―¡NOOO!― grito corriendo mirando por donde se lanzo ―no,no, Ángel― siento mi pecho oprimirse.
Bajo del puente al rio que esta por debajo de este ―¡Ángel!― grito desesperada una y otra vez, no lo veo por ningún lado. Caigo al suelo cuando tropiezo con una roca.
―Ángel― grito sintiendo las lagrimas recorrer mis mejillas, mi pecho arde, duele quema como si por dentro ardiera. Golpeo el suelo con rabia, el dolor aumenta en mi pecho ―fue mi culpa, fue mi culpa― susurro una y otra vez llorando sin consuelo.
―Thurin.
Volteo tan rápido que mi cuello duele por tan rápida acción, lo miro sorprendida, esta allí parado todo empandado.
―a-Ángel― susurro. Me levanto acercándome a el impactando mi Puño con su rostro ―¡acaso te vas vuelto loco!, ¡¿como pudiste hacer algo así?!― grito colérica impulsada por la rabia y el dolor.
―lo siento― murmuro cabizbajo.
―¿lo siento?― rio irónica ―estaba muerta de miedo pensando que te habías muerto― mi pecho supe y baja acelerado.
Como es capaz de hacer algo así, estaba muerta de miedo, pensé que lo perdí, que nunca lo volvería a ver, dolía tanto de imaginarlo. Todavía sigo temblando del horror.
―y-yo...
―cierra la maldita boca― sentencio molesta ―si no fuera por que estas alcoholizado te dejaría tirado aquí.
Lo jalo del brazo saliendo del lugar, me disculpo con el taxista por la tardanza, la tarifa saldrá bien cara.
―Thurin.
―cierra la boca.
―tes ves muy bonita cuando de enojas ¿Cierto señor?― le habla al taxista, trato de contener la sonrisa que se asoma por mi rostro, es difícil enojarme si se comporta así.
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Editado: 25.12.2020