Me sentía cansada. Llegué a mi habitación , en cuanto entré iba dejando un reguero de ropa, zapatos.
Mi destino era mi cama. Me tumbe sobre ella y cerré los ojos.
Desperté en la madrugada al escuchar sonar el teléfono a tientas lo busque hasta alcanzarlo.
—Hola — sabía que era papá.
—Princesa — sonreí al escuchar su voz — Se que estas durmiendo así que seré rápido, voy a casarme, en dos semanas, te necesito en Grecia — abrí los ojos y me incorporé en la cama.
No podía regresar a Grecia.
—Padre... — suspiró — ¿Quién será tu padrino? — quería escuchar otra respuesta para tener el valor de regresar.
— Nicos y Iona — cerré los ojos —Es tiempo que regreses. No más secretos y distancias entre la familia.
—Pero... — callé al darme cuenta que mi padre me necesitaba, él era feliz con Lissy y sólo me pedía estar con él.
El día más importante de su vida y no iba a arruinarlo.
—Hablaré con mi jefe padre para solicitar el viernes.
—Pequeña me gustaría tenerte por lo menos quince días en casa con tu hermano — cerré los ojos por que casi no había convivido con mi pequeño hermano Kaleb.
—Yo te aviso padre.
Se despidió y colgué el teléfono con la angustia en mi corazón. Habían pasado ocho años desde el día que salí de Grecia con el corazón roto. Tomasso Tziolis había alentado mi enamoramiento por él y al final me había dicho que no estaba seguro de lo que sentía por mi. Que siguiera con mi vida y mis estudios.
Ese día me sentí la persona mas desdichada por que había entregado mi corazón y él lo había pisoteado.
Me levanté de la cama por que ya no podía conciliar el sueño. Me acerqué al pequeño escritorio que tenía en una esquina y saqué aquella foto arrugada.
Miré mi rostro inocente creyendo que ese sapo rastrero me amaba como yo a él.
Gruesas lágrimas salieron de mi rostro al darme cuenta que hasta el día de hoy, no había superado esa decepción amorosa. Iba a cumplir veintiséis años y era hora de seguir con mi vida. Debía despojarme de todo dolor que llevaba en mi alma.
Miré la foto nuevamente y la guarde dentro del cajón del escritorio.
Miré las luces de la ciudad y pensé que la única forma de seguir adelante era cerrar ese ciclo. Miraría a Tomasso a los ojos, le sonreiria y luego seguiria adelante. Quizás estaba casado. Jamás había preguntado a mi padre por él y papá no lo mencionaba por que sabía que estaba prohibido mencionarlo en mi presencia.
— ¿Mamá?— me giré y mi hijo entró a la habitación tallandose los ojos — ¿No puedes dormir?
Caminé hacia él y besé su cabeza.
—Tu abuelo llamó —titubeo un poco —Vamos a Grecia.
El rostro de Xander se iluminó.
—Conoceré tu país mamá — lo tomé de la mano y me senté junto a él en mi cama.
Esa era una de las razones por las que no había vuelto a Grecia.
No quería que Tomasso se enterará de la existencia de Xander.
La única noche que había estado con él había dado fruto. Esa noche segura de nuestro amor le había entregado mi virginidad y él me había dado un hermoso hijo... aunque no lo sabía.
Xander era un chico guapo pero había heredado más los rasgos de mi familia, no tenía nada de su padre en el físico o eso yo creía.
Mi llegada a E.E.U.U fue con un corazón roto y culminando con la prueba positiva de embarazo.
Gracias a Dios la mentora que me tocó, fue una mujer que creyó en mi capacidad de ser estudiante y madre a la vez. Peleó para que yo no perdiera la beca y me apoyo en todo... incluso me dio posada en su departamento junto a su hijo Roland.
Papá había prometido guardar el secreto aunque dudo mucho cuando le pedí a gritos y con lágrimas en los ojos que no le dijera a Tomasso que era padre, le imploré que borrará mi rastro ante los Tziolis.
Él apreciaba a esa familia y sentí que él estaba furioso conmigo por no decirle la verdad a Tomasso, pero al final cuando le expliqué que lo único que me quedaba era mi dignidad había aceptado. Aunque me dijo que cuando llegará el momento si yo no le decía la verdad lo haría él, pero ¿cómo explicarle con palabras lo que sentí ese día cuando la mirada vacía de Tomasso me decía que me fuera y no esperará nada de él?
¿Que la ternura que siempre hubo en su voz y en su mirada no estaba más?
— ¿Mamá? — miré a mi hijo — ¿Papá irá con nosotros? — suspiré, Xander había crecido con Roland, él era la única figura paterna que él había conocido. Cuando lo llamó papá por primera vez me disculpe, pero Roland me dijo que no había ningún problema que él sería un padre para Xander.
Exactamente hace dos noches me había vuelto a pedir que le diera una oportunidad. Para que al fin fuéramos una familia real.
—No, Roland saldrá de viaje para esas fechas — revolvi su cabello —Pienso que el abuelo fue muy considerado en planear su boda justo cuando sales de vacaciones.
Xander sonrió.
—Lo extraño mucho, han pasado meses sin que nos vengan a visitar.
Asentí.
—Te gustará Grecia, Xander.
El sonrió con mucha alegría.
— Me alegra que al fin podré ir, siempre te has negado llevarme.
—Duerme Xander — él se puso de pie y besó mi mejilla para dirigirse a su habitación.
Pensé que cuando regresará a E.E.U.U le diría el si a Roland. No viviría más en el pasado pensando en un hombre para el que sólo fui algo pasajero.
Tomasso.
—Sabes que no he atrapado a Nicolae — miré con furia a Thanos.
—Llevó ocho años posponiendo mi boda por miedo a que algo le pase a Tabhita. También soy su padre y la protegere.
Me levanté furioso.
—La has protegido también que nunca di con ella para cuidarla. ¿por qué hiciste eso?
Thanos cruzó su pierna con mucha tranquilidad.
— Nicolae podía saber que la protegias y estaría en peligro.
Suspiré y pasé una mano por mi cabello.
—Tienes razón Thanos. ¿cuando llega?
El me miró.