Yo te esperaba [saga Griegos#6]

Capítulo 2

Tabhita.

— ¿Lo conoceré? — cerré los ojos mientras mi cabeza estaba recostada en el asiento del avión.

—De hecho si, debes pensar que tienes a la madre más cobarde del mundo — sentí la mano de Xander tomar la mía.

—Has sido la mejor mamá —  abrí los ojos y lo miré — Callare hasta que tu lo decidas.

Le sonreí y acaricié su rostro.

—Gracias Xander, a veces no actúas como un niño de ocho años.

Él miró hacia la ventanilla.

— ¿Crees que me llegue a querer?

— Si no lo hace, él se lo pierde eres un niño maravilloso.

Él asintió y se quedó en silencio mirando por la ventanilla. 
Mi hijo era mi mayor orgullo. Me debatí entre mi misma para decirle  la verdad. Lo consulte con una psicóloga y ella me había aconsejado que era mejor que él creciera sabiendo la verdad de quién era su verdadero padre. Con ayuda de ella, Xander se había enterado que su padre se llamaba Tomasso Tziolis.

Él lo había aceptado y de vez en cuando me preguntaba si un día lo conocería a lo que yo le respondia que algún día tendría el valor de presentarlos.

Xander amaba a Roland pero en él estaba creciendo la curiosidad de saber sobre su padre.

Cuando llegamos a Grecia, mi corazón saltó de emoción al volver a poner un pie en mi país.

Mi hijo estaba emocionado viendo hacia todos lados.

Vislumbramos a papá y Xander corrió hacia él para abrazarlo fuerte.

—Abuelo — escuché gritarle. Mi padre lo había cargado y lo abrazaba fuerte.

Cuando llegue junto a ellos, lo abracé fuerte. Lo había extrañado.

— ¿Dónde está Lissy y Kaleb?

— En casa preparándote una gran comida. Kaleb estaba jugando con su amiguita, se negó a dejarla.

Asentí y seguimos caminando hacia el auto.

Cuando llegamos enarque una ceja al ver muchos vehículos estacionados frente a la casa.

— ¿Qué pasa aquí?

Papá no dijo nada solo se limitó en bajar y ayudarnos con las maletas.

Mi hijo sujeto mi mano y caminamos hacia el patio. Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver la pancarta  "Bienvenida a Casa" habían muchos invitados que no conocía ya que en Hatria sólo me había relacionado con Iona, Tomasso y con Desa.

Habían muchos niños divirtiéndose,  bajé la mirada y Xander sonreía,  él era muy amigable.

—Ve — él se soltó y se dirigió a jugar con los niños.

Lissy se me acercó y me abrazó efusivamente, de repente estaba rodeada de las amistades de papá y Lissy. Sonreí a todos y me sentí tan bien al estar en casa de nuevo.

Miré a mi alrededor y ningún Tziolis estaba ahí. Así que me sentí mejor.

Tomasso.

—¿Por qué yo?— miré a Desa que se encogió de hombros.

—Por que eres su tío — acomodó su cabello — Anker no puede ir a recogerlo y yo estoy ayudando con los arreglos de Lissy. Ve por Andreus.

Resoplé y tomé las llaves del auto.

— Lissy siempre busca una excusa para celebrar una fiesta y así  darles toneladas de dulces a todos los niños — Desa me miró de una manera extraña.

— ¿Irás por Andreus?

— Claro es mi sobrino preferido.

Ella me sonrió mientras yo salía de la casa. En tres días Tabhita estaría en Grecia, las ansias me tenían nervioso. Había decidido ir al aeropuerto para verla de largo.

Cuando llegue a la casa, la música sonaba un poco alto, Andreus estaba sentado en la acera con un chico, ambos estaban sumergidos en una hoja que algo pintaba el chico.

Me baje y caminé hacia ellos.

— Andreus — ambos levantaron el rostro —Ya vengo por ti.

— Tio, sólo deja que mi nuevo amigo termine de pintar y nos vamos.

Miré al chico que me miraba con curiosidad.

—Está bien — me acerqué y miré que estaba pintado el rostro de Andreus, de una manera magistral  — Increíble como dibujas.

El levantó el rostro y fruncí el ceño por que su rostro me recordaba a alguien.

— ¿Cómo te llamas? — él sonrió y extendió su mano.

—Soy Xander.

— Soy Tomasso Tziolis — hubiera jurado que su rostro palideció por un instante.

— ¿Tomasso?— asentí y él escudriño mi rostro —Estas distinto.

—¿De qué hablas?— él negó y se dedicó a terminar la pintura pero me había dejado intrigado. Él me hablo como si me conociera.

— Xander, ¿que haces aquí? — abrí los ojos al escuchar esa voz que por ocho años había extrañado.

Me incorporé y mi mirada se centró en la mujer que había amado y seguía amando.

Tabhita se quedó paralizada y me miró.

— Tabhita — avance hacia ella, cuando estuve cerca, temía que mi corazón sonara muy alto.

— Hola Tomasso — su mirada era fría. No era la chica dulce que una vez conocí.

Ella me miró a los ojos.

— ¿Qué haces aquí?

—Vine por mi sobrino — desvié la mirada hacia los chicos.

—Bien, no los atrasamos — la miré y sentí dolor en el pecho. Por ocho años imaginé todo tipo de encuentro pero no uno frío e indiferente.

Andreus se puso de pie.

— ¿Puede mi amigo llegar a casa? A mamá le encantará ver sus dibujos.

Xander se puso de pie y se acercó para ver a Tabhita.

— ¿Puedo ir mañana mamá?

Palideci al escuchar que Tabhita era su madre. Sentí un dolor en el corazón. Ella había seguido con su vida.

—Puedes preguntarle también a tu papá — declaré con tristeza.

Tabhita iba a hablar pero Xander se adelantó.

—No tengo papá.

Lo miré y luego a Tabhita. Ella titubeo.

—Por favor mamá.

Andreus tocó mi mano.

—¿Podemos venir a traer a Xander, tío?

Sonreí y asentí.

—Puedo venir por tu hijo Tabhita.

Ella nos miró pero su mirada se fijo en su hijo y era como si ambos se entendieran.

Ella suspiró derrotada.

—Está bien.

 




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