—¿Tú peleas? –digo suficientemente fuerte por encima del bullicio.
—¡No! Yo no firmé para semejante cosa. ¡Entreno!
—Casi igual.
Me quedo observando la pelea que se está llevando a cabo. He oído mucho sobre esto. Estas peleas no son normales. Aquí el ganador es el que salga cociente de este lugar, en algunas ocasiones: el que no muera. También leí de algunas en las que dos sujetos, jefes o líderes de pandillas, buscan personas para pelear contra otra de un diferente grupo. Por eso son ilegales, utilizan personas para este tipo de entretenimiento. Saber que Jungkook está metido en este lío me hace pensar que en qué demonios pensaba cuando pactó con el diablo. Al menos no está en el ring.
—¡Ahora vuelvo! La siguiente pelea es de mi representado. –habla en voz alta y luego desaparece en el ascensor.
Me quedé viendo el lugar, algo que noté es que apuestan por los peleadores. Quien gane, se lleva el dinero del contrincante. Creo que es todo lo que sé.
—¡Nuestra siguiente pelea es la más esperada! Del lado derecho, una nueva... Víctima: ¡Lisa!
Me acomodo apoyando mis codos del barandal. Se oye interesante.
—Del lado izquierdo, la favorita, la candente asesina silenciosa. ¡Daka!
De un rincón se aproxima lentamente una silueta más o menos baja, parece fastidiada, como si estar allí frente a una mujer que la mira con deseo de matar no fuera la gran cosa.
De pronto sus rasgos me parecen familiares, su cabello negro es tan largo como el de aquella persona. Podría ser, pero prefiero que no. Si se trata de la persona que estoy pensando, entonces no sé cómo reaccionaré porque esta chica es una peleadora callejera.
—No es Halee –digo y trato de convencerme de ello.
Entonces la pelinegro hace eso que hace cuando está molesta, de arrastrarse el cabello hacia atrás con la mano derecha y después la coloca en su cintura como el asa de una taza; y con solo ese reconocible gesto me convenció por completo...
Ahora no sé qué sentir.
Es imposible. Halee, mi dulce y risueña Hal, no sería capaz de meterse en este tipo de mundo. Halee era una chica la cual el deporte nunca se le dio muy bien que digamos, ella era una chica extrovertida pero cálida como ninguna, jamás se le cruzó por la mente hacerle daño a alguien; por eso me es difícil aceptar esto. No puedo creer que esté haciendo algo tan estúpido. O más bien, no puedo creer que me haya dejado por algo tan estúpido.
La pelea comienza con el sonido de una campana y la de la derecha arremete contra la otra, pero la pelinegra no se deja tocar y le propina una patada en el estómago dejándola sin aire.
Un momento después reacciona e intenta con un puñetazo al rostro delicado de mi chica loca, pero apenas le roza; Halee vuelve a lanzar otra patada pero no funciona, la otra toma su pierna y la hala haciéndole caer en un impresionante split que no le afectó mucho. Todo gritan de euforia y yo siento un orgullo enfermo.
Éstas chicas no pelean como he visto a mujeres normales. No hay halones de cabello ni arañazos, éstas se dan puñetazos y patadas limpias. Reitero, no puedo creer que esa sea Hal, pelea como una fiera, esquiva los golpes a la perfección y ataca hábilmente. ¿Qué toman éstas mujeres? ¿Se inyectan testosteronas?
En un parpadeo mi niña baja la guardia y la otra chica la arroja al suelo de un puñetazo. Me sobresalté en mi lugar, estuve a punto de brincar el balcón e ir a su rescate pero mis pies se clavaron en el suelo por alguna razón desconocida. Me entró el miedo, no se movía y respiraba agitada.
La otra chica toma oportunidad de oro para abalanzarse sobre la indefensa y golpearla múltiples veces sin pestañear. Halee sangra y se protege solo con sus brazos, yo grito animándole para que se levante, pero por el bullicio sé que no me oye; la tal Lisa la golpea rudamente en el rostro, con aquella fuerza que me hizo moverme, pero entonces ocurrió...
No entendí qué, pero la que se supone que debía levantarse y gritar victoria chilla como puerco y a los poco segundos cae a un lado. Trato de enfocar bien mi visión, no sé lo que está pasando. Hay un silencio denso al principio, pero después de un momento a otro comienzan los gritos y ovaciones.
Halee se levanta al fin, haciéndome entender mejor el resultado, y es que la castaña que antes tenía intenciones de partirle en dos la cabeza a la pelinegro está desangrándose. Sentí cómo el poco color que tengo se agolpa en mis pies y un repentino mareo me hace tambalear.
Acaba de apuñalarla... Hal acaba de asesinar a alguien.
Todos los tipos estaban gritando como gorilas, a nadie le importó la chica muriendo en el piso. ¿Por qué Hal entraría en estas cosas? ¿Qué gana con esto? No puedo creer ver el nivel de corrupción en el que ha caído.
Volteo hacia la derecha y a ganadora desaparece cojeando en la puerta de donde salió, dejándome desconcertado y estupefacto. Ahora... ¿Es Halee la peleadora de Jungkook? ¿Él sabrá que entre Hal y yo hubo algo? ¿Fue coincidencia este encuentro?
¡Ay, madres!
Miré a mí alrededor en un gesto estúpido, como si alguien estuviese interesado en lo que yo estoy haciendo. Decidí bajar a donde sea que se haya metido mi amigo, no me quedaría viendo más actos de sufrimiento y asesinatos. Llegué a la planta de abajo en busca de ese idiota; tiene que explicarme muchas cosas.