—¿Qué mierda es esta? –le pregunto a mi amigo, señalando lo que tiene en su regazo.
—Muy gracioso. También te odio, ¿sabes? –suelta la chica lanzándome una mirada envenenada.
—Aquí vamos de nuevo. –murmura mi amigo, más para sí mismo.
—Me vale lo que sientas por mí, querida. –me encojo de hombros.
—No sabía que tu cerebro servía para responder.
—No sabía que tu bandeja de insultos se había vaciado.
—¡Lo sé! –se echa a reír y viene a abrazarme–. Me siento tan extraña.
Igual de desquiciada que siempre. Jéssica, la novia de mi amigo, se las inventaba para joderme y yo a ella desde que nos conocemos. Jéssica fue mi novia en la secundaria, dos meses después me enamoré de Halee. Jess lo tomó de lo más normal en la vida y ahora somos amigos desde entonces.
Namjoon la conoció por mí unos días después de conseguir mi trabajo, empezaron a salir y han estado saliendo por tres años.
¡Bravo por ellos!
Como sea, él sabe nuestra historia, pero no le toma mucha importancia porque, a pesar de lo loca que está esa mujer, la quiere.
—Por cierto, no es que me interese pero ¿qué haces aquí? –Le pregunto empujándola levemente.
—Llegó ayer de Busan –responde Nam–. La llamé pensando que no vendrías. Te diste la bomba viniendo.
—Mmmm... Interesante. A lo que venía –cambié de tema–. Necesito ayuda. Urgente.
—¿En qué? –ríe mi amigo.
—¡Yo quiero ayudar! –interviene la loca, cortándome a mitad de frase.
—No, no te metas. –arruga la nariz y me ignora limando sus uñas, haciéndome burla–. Necesito que me ayudes con... Una chica.
—¡¡Chica!! –salta otra vez la metiche de Jéssica, iluminándosele los ojos–. Yoongi, es genial. Por fin decidiste pasar de Kang Halee. ¡Quiero ayudarte!
Si nada más supiera. Sacudo la cabeza en negativa hacia ella.
—No, deja de meterte. Se lo estoy pidiendo a Namjoon,
—¿Cuál es el problema, hermano?
Veo a mi amigo y no sé si decirle que esa chica es Kang Halee. Miro a Jess y decido que mejor no. Cuando Halee me dejó Jéssica estuvo a punto de ir tras ella para arrastrarla por los cabellos. Y no miento, estuve a punto de encerrarla hasta que se calmara.
—Ella es… una chica rara. –Suelto a secas, evitando decir su identidad.
—¿Más que Jéssica?
La chica a su lado le golpea en el hombro.
—Claro que no, hombre. Dije rara, no maniática. –bufo peinando mi cabello hacia atrás.
—Muy bien, ¡suficiente! –chilla indignada–. ¡Me están ofendiendo en mis narices!
Levanto una de mis cejas, diciéndole con el gesto que me importa una mierda.
—Calma, nena, solo bromeamos –le dice Namjoon–. ¿A qué te refieres con rara?
—Su verdadera personalidad es dulce, tierna e inocente. Pero cuando está...
Ahora el dilema. ¿Cómo decirle a Nam lo ocurrido sin sacar que ella es una peleadora ilegal?
—Ella toma otra actitud ruda, malhumorada, hiriente y sarcástica –continúo–. Son dos personas en una, pero predomina la ruda. Quiero conservar a la dulce Ha-
Me detengo antes de embarrar mi explicación.
—Vaya gustos. –murmura la pelirroja sin quitar mirada de sus uñas.
—Jess… –la calla su novio–. Primero, no comprendo nada. ¿Podrías explicar mejor?
Resoplo rendido. No puedo explicarme bien si todo lo que digo es omitiendo hechos. Froto mi cara con ambas manos antes de soltar un poco.
—Ella fue mi novia hace unos años. La volví a ver de nuevo y descubrí que terminó conmigo por razone que la obligaron a hacerlo. Quiero recuperarla.
—Un momento.
Cierro los ojos ante la voz cautelosa y apretada de Jessica. Sabe de quién hablo y explotará. Lo presiento.
—¿Acaso hablas de la chica por la que me dejaste y terminó rompiéndote el corazón en trocitos?
Asiento, ateniéndome a las consecuencias que vienen a continuación.
—¿Podrías decirme cuales fueron esas razones? –sus brazos en jarra y mandíbula apretada pone más seria la situación.
—No puedo –suspiro–. Son cosas que no puedo decir hasta que tenga el asunto en mis manos.
Namjoon y Jess intercambian una mirada, la preocupación emanando de sus poros. Huele a sermón muy cerca.
—Yoon, ¿qué pasa? –Pregunta Nam–. ¿Es tan grave?
Asiento, no encontrando mi voz. Escucho a Jess suspirar.
—¿Qué necesitas? –continúa mi amigo.
Mi rostro se ilumina de inmediato. Mis amigos me sonríen con sinceridad y yo me aclaro la garganta para continuar.
—No mucho. Solo quiero una estrategia para volver a enamorarla y así poder sacarla de donde está.
—Ok, entonces sí son cosas turbias –murmura Jess–. Es sencillo, Yoon. Si te terminó por algo necesario quiere decir que ella aún está enamorada de ti.