Yo te quiero.

5. Molestias.

 

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Sofía.

Odio este tipo de sorpresas, de verdad que lo hago.

Entiendo que mi padre tenga una novia, y una que tiene un bebé en camino. Sin embargo, que no nos avise que vamos a salir a cenar con los vecinos no ayuda. Parece que no se da cuenta que Aitana y Austin están pasando por esa fase de incomodidad, además de eso que Tana está con los ánimos por los suelos por esto de que ayer se fue Simón para Londres, lo cual es muy entendible. La otra es que yo no puedo ver a Santiago sin tener ganas de gritarle que sus problemas con mi familia y todo el tema que nos une, debió afectar nuestra amistad.

Ahora bien, entiendo que la próxima semana será difícil para él como padre porque es el cumpleaños de Edward, uno que posiblemente no podamos celebrar con él porque sencillamente no sabemos de su paradero. Pero me molesta que siempre sea así, una semana antes de esos días él mismo trata de no ahogarse. Mañana es San Valentín, un día antes de ese cumpleaños, y tres antes que el de Layla.

—Papá, no quiero ir —añade ya con cierta molestia Aitana. Está echada en los muebles, viendo su teléfono y hasta sin bañarse está.

—Aitana te estoy diciendo que tienes quince minutos para que vayas y te organices —repite lo que ya antes había dicho—. Y no me hagas enfadar.

Suspirando se levanta con toda la pereza del mundo para irse para su cuarto a organizarse.

—Papá, ayer se fue Simón por eso está así —defiende Aina, organizando sus cejas, por sus muecas eso de depilarse le debe estar doliendo.

—Es importante para mí esta noche.

—¿Qué? ¿Nos vas a salir con otro embarazo? —suelto con molestia, y no puedo evitar hacerlo. Se gira a verme sin pizca de gracia—. Lo siento, estoy molesta.

—¿Y por qué? —inquiere.

—Porque no me parece justo que tengamos que ir a una cena con todos, en especial sabiendo lo que Aitana y Austin.

—Sé que no debería, pero se van a seguir viendo y por más que traten que pase el tiempo para que todo sea normal, así no funcionan las cosas. Y vuelvo y digo que es importante lo que les tengo para decir.

No discuto, ¿para qué? Sé que en el fondo debe ser muy importante además de eso. Solo espero que esta noche no me vaya a salir con sorpresas que no nos vayan a gustar.

Entiendo todo esto de querer que todos nos unamos, en abril o mayo nace su hijo. Y lo más normal sería que todos nos lleváramos bien, pero siento que todo no lo están metiendo a las fuerzas. Pasó mucho tiempo desde que estaban saliendo, casi que después que ellos se mudaran estaban saliendo y nos no lo dijeron. Si no fuera por Santiago que los descubrió no sé si nos lo dicen antes de nacer el bebé.

También me genera algo el saber que dos familias como las de nosotros se van a unir. Y vale, Mateo es un Collins y yo soy una Jones, pero las cosas son muy diferentes a ellos. Si se casan podríamos aparecer como hermanastros, y Dios, no.

 

Cuando salimos de casa, los chicos y Elena también lo hacen. Los tres chicos menores vienen luciendo elegantes, aunque por la cara de Mateo deduzco que Elena lo obligó a ponerse esos pantalones de paño. El otro que no se ve muy contento es Austin con su mirada perforando la espalda de su madre. Por su parte Pablo con una sonrisa corre a Aina.

Cuando Mateo y los demás llegan saludan, pero él me da un beso en la mejilla haciendo que me sienta de un mejor humor. ¿Es normal qué encuentre emoción con esas acciones? Por si no, necesito ayuda urgentemente.

—Bueno, cada familia en su auto, ¿no? —propone Tana, quien mira a Austin con cierta incomodidad, y esté solo se dedica a repararla.

Mi hermana no es que tenga la mejor cara, de que sus lágrimas se le salieron despidiendo a Simón, claro que sí.

—Si, nosotros te seguimos —afirma Elena con emoción.

—¿Santiago, no viene? —pregunto. No es que estemos en los mejores términos, pero no deja ser de su familia.

—Si, él nos alcanza en el restaurante —me contesta.

Todos subimos a los autos, el auto de Elena nos sigue desde atrás. No sé a qué restaurante vamos a ir, pero como es papá quiero creer que es uno realmente bueno. No se puede negar que papá tiene gusto para eso.

Mi teléfono suena y con rapidez saco, el nombre de mi tío aparece en ella. Contesto y su voz burlona me saluda.

—¡Sofía de mi vida!

—¡Tío de mi corazón! —Sonrío.

—Oye, quiero que le digas a tus hermanas que tus abuelos vendrán la otra semana para que vengan a la casa de Jacob —anuncia.

—Espera, y las pongo en altavoz —Lo hago, y les digo que es el tío David —. Ya, prosigue.

—Hola, niñas. Bueno queremos hacer algo así para celebrar San Valentín y bueno todo eso. Aitana consigue un vejestorio para que sea tu pareja, y tu Aina traes a Pablo, pero que se comporte porque si no tu abuelo no le va a doler golpearlo con un bate —Reímos, el abuelo Damián se ha vuelto demasiado celoso con nosotros. Escucho también la risa de mi padre —. Y dile a tu padre que también puede venir con Elena.

—Gracias, David —responde él.

Para muchos podría ser raro la relación de mi padre con la familia de mamá. Sin embargo, se llevan bien y esto del embarazo de Elena se lo tomaron muy bien. Al final mamá lleva muchos años muerta y papá al son de hoy todavía cuida su memoria. Además, papá hizo feliz a Iveth, y toda mi familia lo sabe.



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En el texto hay: secretos, vecinos, chico nerd y chica popular

Editado: 24.12.2021

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