Yo te quiero.

6. Pequeñas cosas.

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Mateo. 

Oh, por Dios, y todos los alienígenas del mundo. 

Justo ahora no puede ser que esté en este lugar y escuchando esta ridiculez. 

—¿Cómo se supone que procese esto? —le señalo la hoja que tengo en la mano. Jared hace una mueca, mientras lo observa amarrado al sofá. 

Tengo mal genio, y en especial porque este individuo salió con unas que Jared por la mala cara que tiene, se que lo quiere matar. 

—Suéltame, Noni—dice, dándole una mirada significativa a Jared. Quien lo mira con una expresión muy neutra. 

—¿Por qué nos dices tan tranquilo lo que está haciendo esa loca? 

—Porque no voy a decírselos agresivamente —replica. Eso hace molestar a Jared, por lo que se levanta del brazo de la silla donde estaba y camina con sutileza, hasta pararse al frente de Weon. 

—Claro, y por eso nos tenías que decir la información luego de una semana. ¿Qué?, ¿tan ocupado estás en los burdeles? —Weon palidece —. Que triste sería que tu esposa lo supiera, tus hijos o peor aún, que supieran tus padres. Que con tan solo treinta años, eres todo un delincuente de cuartilla. 

—No eres muy diferente a mí —escupe con molestia. 

—No, no somos muy diferentes. Sin embargo, recuerda como soy y que para algo te pagamos. Te deje muy claro que quería saber cada paso que daba Ava Hill, y no me funciona la información después de un siglo —Lo toma de la cara con ambas manos, acercándolo a su cara. Doy unos cuantos pasos, cuando Jared se descontrola tengo que manejarlo.  No soy un delincuente para verme en agresiones hacia otra persona. 

—Solo fue esta vez, Noni. Prometo que, si no le dices nada a nadie, no vuelvo a fallar. Pero ahora desamárrame y déjame decirte bien lo que supe de ella. 

—Habla, luego miro si te desato —Se aleja y se sienta con las piernas cruzadas. 

Retrocedo los pasos que di anteriormente para recostarme en una de las columnas de la sala de la casa de Weon, cruzando mis brazos y esperando que lo que vaya a decir sea útil. 

—Tiene un trato con alguien. Al parecer tiene cuentas bancarías en varios países, y por lo que pude conseguir son cifras de bastantes ceros. El problema está en que tiene invertido unos en asuntos ilegales, sin embargo, no están a su nombre. Por eso las autoridades no pueden asociarla con nada. 

—Peter —resalto el nombre del hijo de Ava. 

—Exacto —confirma—. Pero no se puede descartar que su hija también puede estar involucrada. 

—¿Ya consiguieron información sobre ella? —inquiere Jared. Tomando su chaqueta de la mesa cerca, y poniéndosela.

—No. 

—Bueno, averigua eso pronto. No tengo paciencia para más fallos —advierte —. Por otro lado, espero que tus hombres la estén cuidando bien. 

—Tu culo está más que protegido —farfulla. Jared lo desata con una lentitud que hace que Weon se desespere, y el tonto de Jared se ría en grandes carcajadas. 

Me giro y empiezo a caminar por el pasillo. La casa de Weon es grande para cuatro personas, aunque siempre está sucia. Por lo que sé su esposa trabaja en una fábrica y sus hijos estudian, claro que ellos podrían vivir en mejores condiciones si no fuera porque el informante ilegal de Jared, se la pasa en los prostíbulos y bebiendo licor. 

Sin duda alguna me asquea su presencia, me hace recordar al mismo hombre que ayudó a mi creación. 

Weon es alguien que conoce a Jared por medio del papá de este último. También porque gracias a Jared tiene algo en que ocuparse. No voy a negar que en un inicio tener que involucrarme en algo tan turbio como esto, para mis principios fue difícil. Pero luego llegaba a esa parte donde me decía a mi mismo que desde siempre estoy involucrado con personas que no tienen buenas acciones. 

Claro que Jared era una joyita que conocía por medio de Layla, no físicamente, pero que sabía sus enredos que de alguna manera nos han ayudado para todo lo que hemos conseguido con respecto a la muerte de la señora Iveth y hasta hace un tiempo la de Edward. 

—Espérame, hermano —Me dice. Abro la puerta, bajando por unos cuatro escalones para salir de esta calle. 

—¿Qué crees que está planeando Ava? —Caminamos al lado del otro, y no voy a negar que cuando veo lo alto que es, me cuestiono el porque no crecí más. 

Pero también luego recuerdo que no es mi culpa, porque los genes de mi familia no indican que seamos muy altos —Quitemos de la lista a Santiago—. Y es allí cuando el 80% del promedio que atribuye a genética; hace parte de mí. Podría decir que el resto en alimentación no atribuye mucho, porque considero que mi madre hizo lo mejor y vivía en condiciones razonables en cuanto a medio ambiente. Por lo que sí, es culpa de mi madre y del escarabajo que hizo parte de mi creación. 

—Esa loca tiene un plan, Mateo. Está demasiado tranquila con respecto a lo de mi cuñado. También con el que mi amorcito está en Argentina. Ella se está preparando. 

—Deja de llamarla así. Eres muy raro —lo miro con molestia. 

—Cuando menos te lo esperes eres hasta el padrino de nuestra boda —comenta burlón. Jared sale con el amor platónico que le tiene a Layla, y siempre dice cosas demasiado ridículas para alguien como él —. Pero siendo sinceros, Edward no está bajo sus manos, y Layla puede ser una distracción para ella, pensando que ella se rindió. Pero hay algo, las locas no se quedan solo tranquilas. 



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En el texto hay: secretos, vecinos, chico nerd y chica popular

Editado: 24.12.2021

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