Sofía.
Recojo mi cabello en una moña alta y se recuesto en la silla.
Mi día está lejos de terminar y encima estoy muy cansada. Anoche me quede despierta una gran parte terminando un trabajo, y ahora solo pido que me dejen dormir encima de este pupitre. A mi lado está Enzo recostado durmiendo. Todavía me pregunto cómo es que lo hace y que para colmo de eso le vaya bien en los parciales, es un misterio del cual quiero una respuesta para que de esa misma forma yo lo haga.
Me distraigo pensando en que no he cancelado mi cita con Jana para vernos y repasar unos temas para mi próximo examen. Lo más sensato hubiera sido eso, decirle que era mejor que ambas estuviéramos lejos, sin embargo, me fue muy bien en el examen anterior y fue gracias a ella. Además, tengo curiosidad por Jana y sobre lo que tuvo con Mateo.
La campana suena y Enzo sigue recostado en el mundo de los sueños.
—Enzo —lo zarandeo—. Enzo —repito la acción—. ¡Enzo, despierta! —chillo, haciendo que mi amigo se queje antes de levantarse con los ojos a medio abrir y lanzándome una mirada para nada bonita.
—No te grito porque me caes bien —declara.
—Lo sé, Enzo —aseguro. Una vez uno de nuestros compañeros lo hizo y por poco se le va encima. Es muy gruñón cuando lo despiertan, aunque se supone que él no debería venir a dormir a clases.
Empezamos a recoger nuestras cosas y salimos del salón de clases.
—Oye, no te he visto con Grace estos días —dice, sacando de su maleta un dulce—. Siempre venía por ti al final de la jornada y esta semana no lo ha hecho.
—Ha estado rara —chasqueo la lengua—. Solo me dijo que tenía mucho trabajo, pero cuando lo tuvo nunca me había abandonado.
—Tal vez sea cierto y hasta le toque irse pronto para su casa —agrega. No agrego nada más, porque conozco a Grace, eso que no ha tenido tiempo no se lo cree ni ella. Saca su teléfono de la maleta antes de pasarme la mitad del dulce y compartírmelo—. Hoy unos policías decidieron arrestar a una mujer embarazada porque estaba robando una tienda. Al parecer no tenía que comer.
—Que difícil es estar en esa situación. Siempre eres de ver noticias.
—Siempre, desde pequeño papá me lo inculcó y me entretiene, aunque cuando son casos de homicidio o secuestro me da asco, porque me hace ver en que sociedad asquerosa vivimos.
—Es cierto.
A papá siempre le ha gustado ver televisión en especial las noticias. Pero a mí sencillamente me parecían aburridas, ahora entiendo que no están para entretener sino para informar, pero era algo que no pensaba. Cuando pasó lo de Edward y mamá, fue una noticia que a nivel nacional salió, lo que implicaba que periodistas quisieran entrevistar a mi padre, a lo que él siempre se negó. Hubo una temporada donde nadie se atrevía a encender el televisor, el miedo de hacerlo y que de pronto el rostro de alguno de ellos dos apareciera parecía como si incluso eso era veneno para una herida tan reciente.
—¡Sofía! —alguien me llama y con mi amigo nos giramos encontrándonos con una persona de la cual no he sabido durante mucho tiempo —¿Cómo has estado?
—Patrick —suelto su nombre como si no me creyera que está al frente mío —. Bien, ¿y tú?, ¿qué haces por acá?
—Bien, rubia —se acerca para besar mi mejilla. No lo aparto, sin embargo, se siente incómodo volver a estar cerca de él—. Por fin me aceptaron —me dice con ilusión.
—Me alegra mucho, pero qué pasó con la de Colorado.
—Estaba muy costosa y aunque estuve trabajando, no me alcanza para costeármelo —me regala una sonrisa, antes de fijar su mirada en Enzo—. Hola, ¿tu eres? —lo repara de arriba abajo y mis mejillas se calientan.
—Soy su mejor amigo —Pone su mano en mi hombro y me atrae a su pecho—. ¿Tu eres…? —Estoy que me carcajeo porque Enzo le sigue la corriente a todos. Y por la actitud de Patrick debe deducir algo.
—Patrick —se presenta.
—Vale, Patrick. Ya nos marchamos, pero qué gusto verte —habla con sarcasmo. Hace el ademán para que nos giremos, pero Patrick toma de mi muñeca.
—No he visto a Sofía durante mucho tiempo, quisiera ir con ella a tomar algo y adelantarnos de muchas cosas. Como por ejemplo que seas su mejor amigo cuando nunca en mi condenada vida te había visto.
—Por eso mismo, porque tu vida está condenada no me has visto —alardea—. Ahora, suéltala.
—¿Podemos hablar? —me pregunta.
El problema con Patrick es que ambos nos utilizamos de alguna manera. A él le gustaba Grace y aún así, mantenía relaciones sexuales conmigo, lo que me molesta es que sea con Grace y que tal vez entre los dos pudo pasar algo o no lo sé. Sencillamente no me gusto sentir que era la segunda opción ya que mi mejor amiga no daba señales de sentir algo por él. Patrick es una persona muy genial, lo aprecio, porque estuvo conmigo muchas veces, pero Santiago me enseñó que era un verdadero amigo —En cuanto a hombres—, y lo de Patrick y yo no era eso. Sé que cuando decidí tener mi primera vez con él lo hice consciente y segura. Estaba convencida que no me iba hacer daño y de esa manera fue. Pero son muchas las cosas que me hicieron no extrañarlo durante todos estos meses.