Narrador omnisciente.
Los cuatro estaban sentados en diferentes sofás de la sala. Nadie decía nada, pero cada uno sentía las cosas a su manera.
Edward miraba las fotos colgadas en todo el lugar y le parecía curioso el que todos en las fotos aparecían de espaldas. A su madre le gustaba ponerlas de forma, no le gustaban esas que les recordaban a las familias que parecerían en las películas de terror. Miro a su padre, quien miraba al piso y se veía perdido en sus pensamientos, sus hermanas estaban mirando a otro lado.
Suspiró, quizás confiar en ellos no era un error cuando habían pasado unos veinte minutos desde que habían llegado y no habían empezado a gritarle ni nada de eso. Si no que le estaban dando el espacio para que hablara.
—Si sé lo que Ava hace o hacía —confesó—, no son cosas buenas. Peter maneja como dijo Aitana prostíbulos y tiene que también que ver con la distribución de drogas ilegales. Eso es algo que hace no mucho sé, quizás unos meses antes de escapar y buscar a Holly. Ava me aseguró que no estaban a la fuerza, sin embargo, durante el tiempo que estuve con Holly me mostró evidencia que hacía ver como sí lo estaban y como Peter es quien maneja todo eso —la vergüenza empezó a invadirlo, por lo que solo miro al techo y siguió contando: —. Esas fotos eran de las pocas veces en las que estuve allí.
>> No recuerdo muy bien los primeros meses después de ese accidente donde perdieron a Iveth.
A Mark eso le dio ganas de gritarle y hacerle entender que él también había perdido a su madre.
—Sé que me mantuvo en una habitación en la parte baja de la casa. La mayoría de veces podía pasearme por todo lado, sin embargo, los viernes y los domingos no, porque había personas que la visitaban. Nunca supe quienes eran porque nunca llegaba a escuchar. No los recordaba, no sabía en realidad quien era hasta luego de tres años cuando poco a poco se me vino la imagen de Iveth y cuando se lo conté, ella me explicó todo. Me había dicho que Elena y Alfredo lo habían hecho porque esta primera tenía problemas con Iveth y que por eso, tanto su esposo como ella intentaron matarnos. No recuerdo con claridad tampoco lo que me dijo, pero eso es lo principal.
>>Conozco a Peter y aparentemente no es una mala persona, me dio trabajo como organizador de algunos eventos en páginas pagas, en ellas se hacían apuestas como juegos, pero con promociones para que las personas entrarán.
Se quedó callado, ¿qué más querían saber?
—¿Sabes quién es la hija de Ava? —preguntó Aina, con temor a que lo que estaba diciendo no lo contestara.
Su hermano la examinó con la mirada y eso la puso nerviosa.
—No, pero hablé con ella un par de veces por teléfono. Puedo asegurar que no es ninguna de las que intentaron matarlos. La voz de Chloe es muy gruesa y la de Grace muy plana. Esta era una voz chillona y a su vez dulce. Sé que tiene alrededor de unos veintidós años, su papá es un empresario y conoció a Ava en uno de sus viajes. Al él si lo conozco y nunca me calló bien, siempre tendía a ser egocéntrico y muy impulsivo.
La imagen de ese hombre vino a su mente. Bajo de estatura, con el estómago redondo —por su falta de hacer ejercicio y su vida sedentaria—, sus ojos pequeños y de color avellana, su cara redonda, su nariz respingada y el rubio de su cabello opacado con todo el gel que solía utilizar.
Ese hombre siempre llegaba a casa viendo de una forma muy inferior a todos, en especial a Ava, a quien cuando no la necesitaba de forma física sencillamente era otra pieza en sus negocios.
Lo que este hombre nunca entendió es que cuando Ava le sonreía de forma amorosa, sólo quería echarse a vomitar o a reír por lo arrogante que era. Una mujer como ella nunca estaría en los brazos de alguien como él si no fuera por simple conveniencia. Él la protegía, cuidaba a la inútil de su hija y le daba todas las armas para que Peter fuera tan grande como ella quería.
—¿Por qué no recuerdas? —preguntó en un susurro su padre, quien estaba tan metido en todo el lío que todavía no entendía el laberinto en el que estaban.
—Creo que se deben a unos medicamentos y sus efectos secundarios.
Holly le había practicado muchos exámenes y hallaron que en el sistema de Edward quedaban residuos de la misma sustancia. Él le contó cómo esto era lo que le daban los primeros meses para no sentir el dolor de su pierna, poder descansar y así de paso estar tranquilo.
La sustancia tenía efectos secundarios como era la pérdida de memoria, y teniendo en cuenta que su cabeza tenía ese efecto, pero acortó plazo, Ava se aprovechó de ello para que su falla de recuerdos fuera mayor y así nunca encontrará la posibilidad de recordar a nadie.
Claro, esto último no lo sabía él.
Edward les explicó lo que había hallado junto a su novia.
—Será mejor ir a un especialista a ver si nos puede ayudar —añadió Sofía—. Nos recuerdas algunos sucesos, sin embargo, si algunos, por lo que hay posibilidad de que recuerdes.
—Hemos consultado a más de tres y no dan una buena respuesta. Los medicamentos en cada persona actúan de una forma distinta, pero es por eso que se dicen los efectos secundarios.
—Y tu no crees eso —dijo Aitana al ver la cara de duda de su hermano—. Tú crees que pasó algo en el accidente que te hizo olvidar todo, pero no que ella lo haya querido hacer a propósito.
—No soy un niño y soy estúpido —contestó a la defensiva—. Ustedes señalan y señalan, pero ustedes tampoco me han traído una prueba que demuestre que Iveth es mi madre, que estoy confundido y que todo lo que ella me dijo es mentira. No me pidan que les crea cuando al parecer durante tanto tiempo me han mentido. Puedo sentir que los quiero y todo, pero para mí levantarme y no saber quienes son los correctos, es más jodido de lo que ustedes creen.