CAPITULO 1

—¡Jackson! ¡El auto tiene una falla¡— se acerca Dylan hacia mí gritando — tienes que decirle a Isa que se detenga, si sigue así va a...— pero antes de que pueda terminar, todos volteamos la vista al oír un estruendo y ver el auto de Isabella perder el control en la pista de carreras.

Todos nos quedamos atónitos al ver el auto dando vueltas.

—Isa...— pronuncia a mi lado.

Aiden que estaba un poco más atrás comienza a correr en dirección al auto que ahora está boca abajo, pero Clari lo detiene.

— No hay tiempo— le dice.

— ¡Déjame!—le grita.

—¡No!— exclama con lágrimas en los ojos.— ¡No te dará tiempo... Morirás también en el intento!

— ¡Tengo que salvarla!— le grita devuelta, también con lágrimas en los ojos, mientras la empuja para correr hacia el auto, pero lamentablemente esta demasiado lejos para que pueda llegar a tiempo, de todas formas comienzo a correr con él con una pizca de esperanzas.

Isabella

—Ahm— me quejo al intentar moverme. Pues, me duele todo.

Veo a Jackson y a Aiden correr hacia mí.

Me río un poco, aún cuando el dolor me lo impide, pues así soy, fui capaz de reír en los momentos más tristes y peligrosos, y aun en este, lo sigo haciendo. Si Aiden me viera riendo, en éste, el último momento de vida, terminaría de matarme. Y es que...me da risa que haya terminado como mi madre, y tuve razón, tuve razón al querer vivir este último año al máximo para que en mis últimos momentos, las únicas imágenes que pasaran frente a mis ojos fueran de alegría y no de cobardía y arrepentimiento.

Tuve razón, al vivir este último año sin remordimiento y sin pelos en la lengua, al decir todo lo que quería y sentía, a reír, a llorar, a enojarme, a pesar de que mi vida se convirtió en una película de acción y misterio.

Y gracias a eso, en este último momento, en esta última carrera tengo presente a todos los que quiero: Mi padre, hermano, amigos y mi novio: Aiden. De quién me enamoré, y a quien enamoré. Quién fue capaz de hacerme pasar momentos inolvidables, quién fue mi arcoiris, en medio de una tormenta.

Y en este último momento donde me duele respirar, donde lágrimas se escurren de mis ojos, me doy cuenta de que cumplí una de mis metas: enamorarlo y hacerlo mío. Aunque no cumplí las más importante: sobrevivir.  Pero me alegro de haber pasado los últimos días con él, me alegro de haber podido decirle a mi padre mi secreto, aunque una vez más, tendrá que sacar el cuerpo muerto de una persona que ama: Su única hija.

Comienzo a llorar descontroladamente, a pesar del dolor que siento, cuando me doy cuenta de que de verdad voy a morir.

— ¡No quiero morir!— exclamo entre lágrimas sin poder safarme.

Miro a Aiden por última vez, con mis ojos borrosos y llenos de lágrimas, consiente de que el tiempo ya se me acabó. Y cursimente pronunció mis últimas palabras en un susurro.

— Te amo...

Aiden

Sigo corriendo con todas mis fuerzas...
No puedo perderla, no lo haré.

— No me dejes solo, te lo pido— susurro, corriendo más fuerte, aunque mi cuerpo quiere traicionarme.

Y justo antes de que pueda llegar al auto, explota, lanzandonos hacia atrás a mí y Jackson, dejándonos inconscientes.

Un año antes

¿Y si no funciona? ¿Si me rechaza? ¿Si fracaso? ¿Si no lo logró? ¿Si pierdo? Son las preguntas que todo ser humano se ha hecho al momento de hacer algo importante, algo que quizás le gusta, algo que no sabe cómo va a terminar. Pero, esas simples y tan comunes preguntas, son capaces de detenernos y no dejarnos vivir un sueño que siempre quisimos hacer realidad, una meta que no logramos por miedo a fracasar.

Y aunque esas preguntas también pasaron por mi mente, aunque baje la velocidad de mi impulso, de mi deseo, y las ganas de lanzarme hacia mi sueño, llegando al punto de hasta casi frenar por el miedo a lo que pudiera pasar, no me detuve, y volví a acelerar en el camino hacia mis sueños, pues mi sueño de triunfar y hacer lo que quería, era y sigue siendo más grande que el miedo y la duda que me arropa antes de iniciar cada carrera.

Y aquí estoy, cumpliendo cada uno de mis sueños, aunque eso no quiere decir que halla sido fácil, pues ante una de las personas que más me ama, y que yo más amo, este es mi mayor secreto.

-No bajes la velocidad, estas casi llegando- dice mi hermano por los auriculares.

- Ni loca-le respondo doblando la última curva antes de llegar a la meta.

- ¡Si! ¡Si! ¡Si! ¡Si!!!! Oh si nena! - lo escucho celebrar por el auricular. Lo que  forma una sonrisa en mi rostro.

Salgo del auto después de pasar la línea de meta en primer lugar y me dirigo hacia los pits, donde está mi equipo y mi hermano Jackson quien es el Lollipop Man (Encargado de comunicar al piloto).

Y como es de esperarse, la típica celebración donde levantan al ganador al aire, los gritos y bla bla bla.

Pero no es lo mismo, no poder celebrar con esa persona tan importante: Mi Padre, mi amado padre. Y es que... ¿Como le dices a tu padre que su hija práctica el mismo deporte y se enfrenta a los mismos riesgos por los que perdió al amor de su vida, su esposa: mi madre. 
¿Como se lo digo? ¿Como le digo que corro en autos de carreras... Sabiendo que tuvo que sacar el cuerpo muerto y sin vida de mi madre de un auto de carreras...¿Como voy y le digo... Oye Pa... Acompañame a la pista de carreras... O, voy a entrenar, o que amo las carreras de autos? Cuando eso fue lo que le arrebató a la persona que más amo. No encuentro las palabras, la forma de hacerlo, y quizás la excusa sea: Solo trato de protegerlo... Pero no... Me protejo a mi también... Porque... ¿ Y si deja de hablarme? ¿Si lo pierdo? ¿Si lo decepcionó? Y se que mentirle es peor, pero de verdad, de verdad no sé cómo decirles. Osea... imagínate que tus padres son extremadamente estrictos, y por descuido quedes embarazada a temprana edad, no vas a querer decir nada por miedo a lo que pueda pasar, porque sabes cómo son, lamentablemente, y, afortunadamente mi padre no es tan estricto ni cerrado, se que es comprensivo en muchas cosas, la duda, y la pregunta es: ¿Lo será con esto?Y así vivo con eso cada día de mi vida, cada vez que me pregunta en donde estaba y tengo que mentir, me duele que no tenga el valor de decirle la verdad.