CAPITULO 4

Trato de subir a la superficie, pero no me lo permite. Me hace señas bajo el agua indicándome un lugar, por lo que comenzamos a nadar lo más bajo que podemos, hasta llegar detrás de un yate y ahi,  subimos a la superficie para tomar aire.

— Vamos— dice subiendo al yate, para luego tenderme la mano y ayudarme a subir.

Cuando subo saca un artefacto, y lo introduce en lugar de una llave para encender el yate  y arrancar.

Y justamente cuando arrancamos, los hombres que nos persiguen llegan al puente, comenzando a disparar.

—¿Enserio? — exclamo mirando hacia atrás— Quitate— le digo, quitandolo del volante para tomar el control yo misma, y acelerar a todo lo que da, como me gusta. Haciendo que Aiden pierda el control y caiga hacia atrás, por lo que aún escuchando los disparos detrás nuestro comienzo a reir sin dejar de conducir, hasta llegar a mar abierto.

Cuando nos encontramos mar abierto, lo suficientemente lejos, apago el yate girando el artefacto con el que Aiden lo había encendido y suspiro como si fuera mi último día, volteo para ver como esta por la caída, dispuesta a explotar de la risa, pero todos mis planes quedan en el olvido cuando lo veo exprimir su camiseta con todo su abdomen descubierto, y muy bien formado mientras su pelo escurre gotas de agua, que caen una por una bajando por su abdomen, mientras destacan por la luz de la Luna.

Dios lo bendiga y lo libre de malos ojos. Pienso, mientras muerdo mi labio inferior.

— Uuu, esto si me gusta— digo, analizando todo su cuerpo. — Veo que no  eres tan lento como pensaba. — digo acercandome a él.

— Y yo veo que tienes la mente más sucia de lo que pensaba— dice, poniendo el  dedo índice en mi frente para alejarme de él, como si de una bacteria se tratara.

— Que malo eres— digo, haciendo puchero. Para luego comenzar a quitarme la sudadera, por lo que Aiden se voltea rápidamente.

— ¿Q... Que haces?

— Te juro que comenzaré a pensar que eres Gay.

— ¿Por? — pregunta aún dándome la espalda.

— ¿Como que por que? Una chica hermosa te esta dando una oportunidad que cualquier otro querría estando en tu lugar, y tu, te volteas, y rechazas como si nada.— le digo, y de repente se voltea. — ¡Oye! —Le grito. — pues aún estaba en sostén.

Se acerca rápidamente hacia mí, rodeando mí cintura con un brazo, para pegarme a su pecho desnudo.

— ¿Q... Que haces? — pregunto, con el corazón a mil por hora.

Aiden

Por unos segundos quedo hipnotizado, con sus ojos, su rostro iluminado por la luz de la Luna y sus labios carnosos entre abiertos, me hacen Desear unirlos con los míos. Y aún con su pelo mojado, hay que aceptar que se ve hermosa.

— Vez— hablo, acercandome a su rostro. 
Pero no hay respuesta alguna. — Ustedes las mujeres son un problema que no tiene solución. Si tomamos distancia, si mostramos respeto, si no pedimos su número a la primera y si no las alagamos es malo, pero, si nos mostramos muy  interesados también. Me volteo para darte privacidad, y me acusas de ser Gay,  me volteo nuevamente y me gritas exaltada por obecer y demostrarte que me gustan tanto las mujeres como a ti los hombres. — Digo soltando su cintura, dando un paso hacia tras. — El hecho de que la mayoría de los hombres hallan comenzado a comportarse así con las mujeres no significa que todos seamos iguales, simple y llanamente, ustedes no han sabido elegir el hombre correcto, porque ni siquiera saben lo que quieren, no saben si quieren a un "chico malo" o a alguien tierno. Dicen que todos los hombres somos iguales, porque lamentablemente para ustedes solo se han topado con aquellos pervertidos que las buscan con una segunda intención: llevarlas a la cama para pasar una noche de placer. Por lo que, cuando encuentran a alguien que las cubre del frío sin ninguna intensión oculta, andan quejándose  porque saben que esperaban algo más que eso. Decídete, o quieres que tome distancia y te trate como debería tratar a una mujer: con respeto, o quieres que te llene de piropos para intentar acostarme contigo y desparecer en medio de la oscuridad de la noche, después de conseguir lo que supuestamente todo hombre quiere.

Su mirada esta demuestra sorpresa y aun así siento que esta casi por quemarme, no dice nada pero siento que me va a lanzar hacia los tiburones, soy hombre muerto, ¿Por que dije todo eso? ¿Desde cuando habló tanto?

—¿No dirás nada? — le pregunto nervioso, pero no recibo una respuesta.

Vuelve a ponerse su sudadera, y se acuesta en él piso del yate boca arriba. Sin decir nada.

Cierra los ojos, respira, los abre, y me mira.

—¿Piensas quedarte ahí parado toda la noche? — pregunta. — las estrellas y la Luna están hermosas, deberías verlas desde este ángulo. — dice, para luego darme una sonrisa de labios cerrados.

Sorprendentemente, le hago caso sin cuestión alguna, aunque siento que es una trampa, pues esperaba otra reacción después de lo que acabo de decir. Pero solo me acuesto y al igual que ella, comienzo a mirar las estrellas, mientras el sonido de las olas hace una perfecta combinación, acompañando los movimientos del yate por el choque de estas.

Unos minutos después, comienza a reír sin razón alguna, como si alguien le estuviera haciendo cosquillas.

—¿Que pasa? — digo, mirándola como si de una loca se tratara.

— Ay! — suspira. — Disque personas persiguiendome— vuelve a reir— ¿estas seguro de que no te seguían a tí? — dice aún riendo— Es que no me lo creo, ¡fue genial! Parecía que estábamos filmando una película de acción — dice explotando en carcajadas. — Deberíamos volver a hacerlo. — termina de hablar volteandose de costado para verme.

— ¿Estas loca? ¿Como puedes bromear sobre eso? ¿Y volver a hacerlo? ¿Acaso no quieres tu vida? — habló, pero a ella sin embargo, se le escapa una risa, haciendo que sus mejillas se inflen para evitar reir, por lo que su cara aguantando para no explotar nuevamente en carcajadas me hace reír a mí. Rayos, es inevitable evitar reirme en este momento.