Yo, tu tormenta. Tú, mi arcoiris

CAPITULO 10

Estamos los tres sentados en mi oficina: Steven, Marcus y Yo. En un silencio muy incómodo por lo que acaba de pasar.

- Señorita Brown... Él, es Marcus Sullivan- habla presentándolo.- Es uno de los mejores al igual que yo, por eso le dije que viniera para presentárselo.
Me dijo que quería gente con experiencia, y él, la tiene.

- Está bien- hablo- le haré la entrevista personalmente, gracias. Puedes irte Steven.

- Si señorita- se levanta de la silla, y sale de la oficina.

- ¿Por qué me atacaste?- pregunto sin rodeos.

- Tú comenzaste- contraataca.

- Oye... niñato- exclamo- ¿Como que tú?

- Eres menor que yo, ¿esperabas que me dirigiera a ti como usted?

- Bueno, es lo mínimo que deberías hacer, hablando con una persona de la que esperas un trabajo. Además, que te hace pensar que soy menor, tengo 25.

- Y yo 28- dice con una sonrisa de victoria.

- Como sea. Te ataque porque me tocaste el hombro sin previo aviso.

- Solo era para quitarte una peluza, de todas formas, no creo que sea una razón para atacar a alguien.

- Bueno, debiste quedarte tirado en el suelo en vez de levantarte a pelear.

- Es que no pude rechazar la oferta de probar tus habilidades.

Dios, este chico me hará salir de mis casillas, aunque admito me gusta...

Steven había dejado su currículum en mi escritorio, comienzo a ojearlo y hay que aceptar que es impresionante.

- Losé, es impresionante ¿no?- dice, como si supiera lo que pensaba.

- ¡Waoo! Que humildad.- exclamo, pero el se ríe. - ¿Por qué esta de todas las empresas que hay?

- La respuesta es fácil: porque tú estás aquí.

Su respuesta me hace levantar ambas cejas por lo impresión.

- ¿Estás aquí por mi?- pregunto.

- Sí- responde sin rodeos.

- Oye... ¿Por qué eres tan directo...?- rayos, es mi versión en masculino. Pienso, por lo que río a lo bajo.

- No me gustan los rodeos- dice, parándose de su silla, apoyando sus manos en mi escritorio, para acercar su rostro a centímetros del mío, hasta el punto de sentir su respiración, por lo que que me reclino hacia atrás.

- ¿Que haces?

- Nada especial, solo te observó más de serca.

- No lo hagas- me paro de la silla para alejarme.- Hay una línea que no puedes cruzar- digo, trazando una línea con mis manos.-asi que no te acerques.

- En realidad... Es una línea que estoy loco por cruzar- dice acercándose a mí, por lo que abro mis ojos como dos platos.

Ahora sé cómo se siente Aiden...

- Tengo novio- le digo.

- Nop, no tienes- dice.

- Si, si tengo- contrataco.-No sabes nada de mí.

- En realidad... Lo se todo cariño.
Soy tu fan número uno.

Tu fan número uno... Espera, ¿será él? El que me envía las peonías después de cada carrera?

-¿Mi fan número uno?- pregunto

- Si. Por cierto La carrera en Italia ahora fue épica.

- Tú...¿Estuviste ahí? Espera ¿Como sabes que soy yo?

- Obvio, no he faltado a una sola de tus carreras durante los últimos cinco años. Y ya te dije que se todo de tí.

En serio...¿Es él?

- Estare contigo en Francia mañana.- dice

- ¿Como sabes que voy a Francia?- pregunto.

- Hay una carrera, por lo que se que estarás ahí.

-¿Por eso irás mañana?

- Si, ya te dije que no me pierdo ni una sola de tus carreras, así que nos veremos allá. Te servirá mi ayuda.

- ¿De que forma?- pregunto.

- Ya verás- dice, para luego salir de mi oficina.

Y sí, mañana me voy a Francia, por eso había decidido venir a la empresa a dejar todo listo para mi ausencia.

Pero en realidad, no puedo dejar de pensar, en cuál sería la próxima forma, en la que intentarán frenarme.

Tomo el teléfono y Marco a Amelia.

- Amelía, por favor envía a Steven a mí oficina.

- Está bien señorita.

- Gracias.- digo, antes de cerrar.

Unos minutos después, Steven entra a la oficina, y comenzamos a hablar algunos temas, incluyendo el de Marcus.

Aiden

-¡¡¡Aww!!!!- grito de frustración.

Nada está saliendo como había planeado, desde aquel día en el balcón todo se había complicado, conocerla, hablar, correr y reír con ella, puso mi mundo de cabeza.

Sabía que era peligroso acercarme a ella de esa forma, sus palabras llenas de determinación me lo advirtieron aquella noche. Pero no... No hice caso y sus tácticas estan funcionando, pues... Tengo que aceptar que ha comenzado a gustarme. Cada vez se agrega algo más a la lista... Su forma atrevida y rara de ver las cosas, su forma de convertir las tragedias en una película de comedias, y ahora, sus labios, son cosas que me van a tener babiando por ella.

Ese beso... Ese beso fue, la gota que reboso el vaso, ese beso fue mi fin...Salí del lugar sin decir nada...no porque no me había gustado, en realidad fue todo lo contrario, salí de ahí porque me había dado cuenta de que estaba entre la espada y la pared, si seguía frente a ella, volvería a unir nuestros labios. Y después, sus labios serían una droga, sin la cual se me haría imposible vivir.

Para luego tener que terminar eligiendo entre una vida y la otra.

- Tengo que encontrar otra manera...- digo, acercandome a la pizarra donde tengo un sin número de pistas, pero aún no he podido llegar a nada. No encuentro cuál es la solución...

2 horas después, ya he encontrado algunas cosas, pero nada específico.

Preparo algo de comer y luego sigo investigando.

- ¿Donde estas clari...?- me pregunto en un suspiro de cansancio, mientras me recuesto hacia atrás en la silla, pasando una mano por mi rostro.

Isabella

Ya son las 5:30 de la tarde, termine de hablar los temas con Steven. Al final si contratamos a Marcus y hicimos una reunión con otros empleados para hablar de nuevos proyectos, la cual duro al rededor de 2 horas.

- Amelía, ya puedes irte.- digo saliendo de mi oficina.

- Gracias señorita- me agradece.



#9561 en Otros
#1524 en Acción
#15587 en Novela romántica

En el texto hay: misterio persecucin comedia

Editado: 11.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.