Siempre crei que las hadas eran solo un cuento para dormir, de esas historias en las que dejas de creer cuando creces.
Pero, sin pensarlo, un viaje para reconectar con mi cultura y mi pais de origen cambió todo lo que pensaba saber.
En ese viaje descubrí un secreto que el paso del tiempo intentó enterrar: los seres místicos nunca desaparecieron.
Entendi que no solo vivimos los seres humanos; aquello que alguna vez llamamos fantasia siguen aqui, escondidos entre nosotros.
Quizas esos viejos cuentos no eran invenciones, sino recuerdos de quienes pudieron ver lo que otros olvidaron creer.
En el camino aprendí sobre el amor, la magia y el poder de estar en sintonía con la vida y la naturaleza.
Porque las hadas nunca se fueron, solo esperan ser vistas.
y para encontrarlas, primero hay que abrir el corazó...y dejarse guiar por un poco de magia y polvo de hadas.