MITO: Hablar del suicidio —o tan solo decir la palabra— fomenta el deseo de quitarse la vida
REALIDAD: Hablar abiertamente del tema puede ayudar a una persona a pensar en otras opciones
Detrás de su encantadora sonrisa se esconde una profunda tristeza que la deja sintiéndose inservible por días, semanas y hasta meses. “No pasa un día sin que piense en morirme —dice ella—. Estoy convencida de que el mundo sería un mejor lugar sin mí.”
Aunque dice que jamás se quitaría la vida, a veces no encuentra razones para seguir viviendo. “Mi mayor deseo es tener un accidente y morir —añade—. Para mí, la muerte es una amiga, no una enemiga.”
Muchas personas se sienten asi y algunas de ellas han pensado, o incluso intentado, terminar con su vida. Sin embargo, de acuerdo con los expertos, lo que realmente buscan estas personas no es acabar con su vida, sino con su sufrimiento. Creen que tienen razones para morir, y lo que necesitan son razones para vivir.
¿Vale la pena seguir viviendo? Veamos tres razones que muestran que sí.
Se dice que el suicidio es “una solución permanente a un problema temporal”. Aunque le cueste creerlo, las situaciones angustiosas —hasta las que parecen estar fuera de su control— pueden ser temporales o mejorar inesperadamente
¿Y si la situación no cambia? De todos modos, lo mejor es hacerle frente, pero poco a poco.
Aceptar que hay cosas que no puede cambiar y concentrarse en las que sí puede cambiar, como su manera de enfrentarse a las dificultades. Así podrá ver la situación desde un ángulo más positivo . Quizás encuentres otras formas de manejarla en vez de pensar en soluciones drásticas, como el suicidio. Al final, verás que es posible controlar, hasta cierto grado, circunstancias que parecían incontrolables.
RECUERDA: Si un problema le parece demasiado grande, trata de superarlo poco a poco. Es como subir una montaña: hay que hacerlo paso a paso.
QUÉ PUEDES HACER: Hablar con un familiar o un amigo sobre tu situación. Tal vez ellos puedan ayudarte a verla con más equilibrio
Ayuda profesional. Por lo general, los pensamientos suicidas son causados por trastornos emocionales, como la depresión. Si sufres una enfermedad de ese tipo, no tienes por qué avergonzarse, tal como no se avergonzaría por una enfermedad física. De hecho, a la depresión se le llama “el resfriado de la mente”: cualquier persona puede padecerla y tiene tratamiento. *
RECUERDA: La depresión es como un agujero profundo del que es muy difícil salir solo, pero con el apoyo de alguien de seguro lo logrará.
QUÉ PUEDES HACER: Busca a un profesional acreditado que se especialice en trastornos emocionales como la depresión.
RECUERDA: Quizás sus emociones sean tan inestables como un barco sacudido por la tormenta pero siempre hay una salida
#6444 en Joven Adulto
ideas locas que se me pasan por la mente, imaginacion pura de mi cabeza, vida de una chica
Editado: 12.05.2023