—¡Ya! No quiero ir a esa cafetería, sabía que no debía contarte nada, eres terrible —Me queje con una horrible mueca intentando soltarme del agarre de Becca, quien después de escuchar mi relato sobre el chico de la noche anterior se empeñó en ir a "desayunar" a esa cafetería—Pero si es que ni siquiera tengo hambre ... —Insistí aun forcejeando inútilmente—¡¿Por qué tienes tanta fuerza?! ¡Por dios! Ni siquiera soy capaz de soltarme.
—Eso es porque yo de vez en cuando voy al gimnasio y si le doy un poco de uso a mis músculos, los tuyos deben estar atrofiados de tanto estar en casa leyendo —Contesto con cierto aire de diversión en su tono de voz. Fruncí el ceño y gruñí molesta, ¿Qué clase de razón es esa? Es más que obvio que mis músculos no están en lo más mínimo atrofiados, están en plena forma... bueno, puede que no tanto, así como estar en "plena forma" pero tampoco estaban tan mal.
—¡Eso no es cierto! Lo que pasa que eres como un mastodonte, demasiada fuerza —Refunfuñe molesta. Estaba tan absorta en la estúpida conversación que tarde demasiado en darme cuenta que ya estábamos dentro de la cafetería. Me puse roja hasta las orejas al ver al chico de la noche anterior.
—Vamos a una mesa —Hablo Becca arrastrándome de nuevo, como si fuera una muñeca para jugar—¿Es ese el chico? —Susurro mirándome con una sonrisa—¡Qué lindo!
—¡Cállate! No sé de qué me estar hablando, el chico no está aquí —Mentí, intentando salvarme de un tortuoso desayuno. Cuando Becca me obligo a tomar asiento en una de las mesas al lado de la ventana, vi como el chico se acercaba.
—No pensé que vendrías hoy después de que ayer saliste huyendo —Comento con una sonrisa. Me volví a poner completamente roja e intente ocultarme detrás del menú.
—Lo que pasa es que ella es muy tímida —Hablo mi amiga, intentando excusarme de algo que realmente no era necesario—Yo soy Becca, encantada, ¿Tu eres...?
—¡Ah! Soy Kim Namjoon, encantado —Se presento haciendo una reverencia. Lo miré de reojo y comencé a maldecir a Becca mentalmente, ¿Por qué hacerme pasar por esto? Dios, solo fue un pequeño encuentro con alguien desconocido, nada con suficiente importancia para que la hubiera arrastrado hasta ahí con la excusa de un estúpido desayuno.
Deje de lado el menú, dispuesta a hacer como si no tuviera hambre. Al menos un poco de orgullo aun me quedaba...pero se esfumo enseguida cuando mi barriga comenzó a rugir como una bestia hambrienta de presas nuevas para devorar. Becca y Namjoon me miraron y después entre ellos dos antes de comenzar a reírse como locos. Genial, encima de quedar como una loca ayer por la noche, ahora también estoy haciendo el ridículo completamente, empiezo a pensar que en mi vida pasada debí ser algún tipo de asesino a sueldo y todo lo malo está siendo devuelto, si no, no me explico el porqué de tener tantísima mala suerte, ¿Que será lo siguiente? ¿Caerme de culo delante de todo el mundo?
—No seas así, sé que tienes hambre, coge el menú y escoge algo, yo te invito —Dijo mi amiga, intentando contener la risa aún. La mire mal antes de cruzarme de brazos y girar la cabeza hacia la ventana. Ignorarla, eso haría, arreglara todo lo malo que está pasando hoy, y solo es aun de mañana... horrible y cruel tortura.
—Bueno, yo podría traer algo a mi elección ya que parece totalmente reacia a abrir la boca —Sugirió Namjoon en tono divertido. Lo mire de reojo con ganas de lanzarle algo a la cabeza, aunque es obvio que no haría tal cosa, ni siquiera en mis mejores sueños sería tan valiente para hacer algo así.
Solté un suspiro pesado y me levante, mire por última vez a Becca, antes de pasar por al lado de Namjoon como si no existiera para irme de allí. Nunca más le abreria la puerta, siempre que lo hago ocurren cosas malas, o yo soy gafe, o ella es como un imán para mis propias desgracias, o simplemente lo era yo misma, pero necesito alejarme de todo.
—Perdónala, ella es muy simpática, aunque no lo parezca, pero está un poco estresada por algo últimamente.
—No necesito explicaciones, sigo siendo un desconocido después de todo.