Me puse el gorro y salí de casa, quedar con Becca en la cafetería de ese tal NamJoon era por encima de todo una de las peores ideas que podrían haber salido de la cabeza de ella, pero por culpa de no contarle lo de Taehyung este era el castigo que me imponía. Podría haber dicho que no, pero eso implicaría una Becca enfadada por, tal vez, semanas, lo cual no me haría demasiado feliz. Perder de vista a mi mejor amiga por semanas, que no me hable ni poderle contar mis estúpidas preocupaciones era lo peor que podría pasarme, sobre todo en un momento como este, en el cual no se bien qué hacer con mi vida en general.
Entre en la cafetería agradeciendo por la dulce bienvenida del aroma del café y el calor, miré a todos lados hasta dar con Becca y fruncí el ceño. ¿Por qué está hablando con ese chico? Soltando un pesado suspiro me acerqué a ellos lo más lentamente que pude.
—¡Hasta que te dignas a aparecer! Llevo más de diez minutos esperando por ti —Se quejo con una mueca. Rodé los ojos y me senté a su lado sin siquiera decir hola, mostrando, de forma estúpida e infantil, mi inconformismo con la pequeña charla que estaba teniendo con ese tipo.
—Hola de nuevo —Saludo él con una amable sonrisa—Realmente pensé que no te volvería a ver.
—Sí, eso mismo pensé yo —Masculle molesta con el ceño fruncido, llevándome un codazo en las costillas por parte de Becca—¡Eso duele! —Me queje sobándome la zona.
—No tienes por qué ser tan mal educada con él, no te ha hecho nada —Me reprendido con mala cara, antes de volver a mirarle y sonreír—No se lo tengas en cuenta, es tímida y su mecanismo de defensa es ser una borde de mierda, conmigo también fue así en un principio —Me excuso.
—No soy una borde de mierda —Me defendí.
—¿Como que no? Yo diría que sí, incluso ahora lo estas siendo, ¿No que hoy estabas de buen humor? —Cuestiono con voz cansina.
—Lo estaba, tu misma lo has dicho, has hecho que todo se vaya a la mierda con esta extraña encerrona.
—No es una encerrona, Nam y yo ahora somos amigos, hablo bastante con él, ¿Qué tiene de malo que venga a saludarme cuando vengo a la cafetería donde él trabaja? —Abrí la boca para intentar decir algo, pero la cerré de inmediato al quedarme sin argumentos. Tenía razón—Bien, ahora que ya no estas como una tonta, podrías explicarme lo de ayer, ¿No? —Exigió entre cerrando los ojos. Me encogí un poco en mí misma y miré por la ventana.
—Simplemente se me olvido contártelo, no es para que te pongas así.
—Yo volveré a mi trabajo —Se excuso sonriendo—Espero volver a verte por aquí… —Mordí mi lengua para no darle una mala contestación, es cierto, él no me ha hecho nada, no debería de estar siendo así.
—Está interesado en ti —Declaro en cuanto él se encontró a una distancia prudente—Siempre me pregunta cosas sobre ti, ¿Sabes? No es un mal chico.
—¿No querías saber lo de Taehyung? —Pregunte intentando evadir el tema de NamJoon.
—Tenemos tiempo para los dos temas, así que, ¿Que harás?
—¿Que hare de qué? No tengo que hacer absolutamente nada.
—¡Venga ya! Al menos intenta hablar con él por más de media hora, tal vez así podrías olvidarte un poco de Taehyung, está claro que no te está haciendo bien —Dijo quitándome el gorro.
—¿Por qué me lo quitas? —Me quejé acomodándome de nuevo el pelo—¿Escuchaste lo que te dije ayer? Ya estoy enamorada de Taehyung, no pienso utilizar a alguien de esa forma, sería injusto para él y para mí misma, además, no tengo ganas de hacer más amistades.
—Si sigues así de amargada te vas a poner como una fruta pocha, toda mustia y fea —Se burlo.
—No es algo que me moleste —Declare antes de coger la taza de café de ella y darle un buen sorbo—Delicioso, gracias por invitarme a café —Dije antes de terminar su café y levantarme para volverme a ir.