16 de Julio del 2010
La campana había sonado; el rizado suspiró mientras guardaba sus libros sin mucha prisa, tras unos segundos tenía a alguien delante de él, alzó su vista y la sonrisa de su mejor amiga lo recibió
Harry le devolvió la sonrisa, acabó de guardar sus libros y se puso en pie...
—A veces me pregunto porque te espero - dijo la rubia agitando su mano - Tengo demasiada hambre y tu tienes toda la paciencia del mundo para guardar un par de libros - el rizado rio
—Me esperas porque me quieres - dijo Harry haciendo ojitos de cachorro, Cara le golpeo el hombro divertida
Salieron juntos de la escuela, el ojiverde divisó un auto azul, sabía que era su madre. Rodó los ojos, esperaba poder ir a la casa de Cara y no tener que lidiar con los distintos comentarios de su padre, para Harry la peor parte del día era volver a su casa...
—Debo irme - anunció el ojiverde, Cara asintió. Sabía lo que pasaba en casa del chico pero no podía hacer mucho al respecto - Te veo el Lunes
Cara alzó la mano saludando a la madre del rizado, esta le devolvió el saludo con un asentimiento de cabeza, así que Cara se comenzó a alejar del lugar...
Harry se acercó al auto y abrió la puerta del copiloto he ingreso en esta. Segundos después ya tenía a la par a su madre con la misma expresión seria de siempre
—¿Cuándo empiezan tus últimos exámenes? - preguntó la mujer, Harry solo quería golpearse la cabeza contra el cristal. Tenía 17 años, maldita sea, ya no era un niño, vio a su madre con tranquilidad
—La semana entrante - avisó tratando de formar una sonrisa en su rostro, su madre simplemente asintió y puso en marcha el auto
El camino a casa no fue muy ameno, el rizado sólo se podía distraer con algunas personas que caminaban por el lugar, su madre tampoco hacía esfuerzo alguno de hablar con su hijo...
Al llegar Harry bajó del auto y se encaminó a "su casa", si se le podría decir así, jamás encontró la paz que decían muchos, "el hogar de uno es el centro de paz" o vamos eso no era cierto, si Harry tuviera la opción de no vivir ahí, tomaría aquella opción.
Su madre abrió la puerta y el rizado entró a la casa, su vista se dirigió a la sala y sintió como su sangre se enfriaba, era su abuelo Keith Styles, el alfa mayor de la familia Styles, el hombre canoso se puso en pie al ver al adolescente entrar
—Harold - saludó su abuelo estirando la mano, Harry reaccionó y la tomó - Me alegra saber que estas en casa porque hay una noticia que darte
El rizado se vio confundido y algo asustado ante eso, ¿Una noticia? su vista se dirigió a su madre, está lo ignoro y se encaminó a la cocina. El ojiverde suspiro ¿Algún día su madre superará aquello? A él le costaba pasar página sobre aquel día, pero su madre siempre estaba ahí para recordarle lo que había hecho...
Harry se acercó a la mesa y se sentó al lado izquierdo de su abuelo. Su padre se sentó frente a todos y su madre junto a él, la madre de Harry ya había servido la comida, entonces la voz de su padre interrumpió el ambiente tenso en la familia
—Estudiarás en un internado - dijo su padre mientras cortaba un pedazo de carne, Harry soltó su cubierto haciendo un fuerte estruendo que se escuchó en toda la mesa
—¿Qu...que? - dijo el rizado tembloroso, creía haber escuchado mal, esto era imposible, Harry ya había sido aceptado en Londres para estudiar artes
—Lo que escuchaste - interrumpió su abuelo - Hace un tiempo tu padre me comentó que querías estudiar artes - el rizado asintió - Eso es inadmisible, estudiaras gestión de empresas, necesitas ocuparte del puesto de tu padre
Esto no podía estar pasando, su sueño siempre había sido estudiar artes, jamás se interesó por la gestión de alguna de las empresas y menos la de su familia, pero sabía que no podía hacer nada al respecto.
Sabía que no podía alzar la voz en presencia de dos alfas; por dos razones, saldría perdiendo y él aún no se presentaba. Pero no podía dejar que pasarán por encima de sus decisiones, no de nuevo...
—Me han aceptado en la universidad hace un par de días - habló Harry, ambos alfas dirigieron su vista él, mientras la omega no quitaba la vista de su plato - Iré a Londres con Cara
—He dicho que no, Harry - habló su padre con voz dura - Aún eres menor de edad y está decisión fue tomada por nosotros, así que te iras al internado Cheryl - dijo lanzándole un folleto informativo del lugar - Debes comenzar a comportarte como un alfa, te he dejado pasar muchas cosas pero ya no más; mi hijo no será ningún afeminado
Harry no soportaría escuchar de nuevo los insultos de su padre, se puso en pie y corrió a su habitación, el hambre se le había quitado de un tirón. Escuchaba los llamados molestos de su padre pero ya no le importaba, nuevamente habían pasado por encima de sus deseos.
Cerró la puerta tras de él, y se deslizó en esta, haciendo el mayor esfuerzo por contener sus lágrimas, respiró un par de veces y logró calmarse, se puso en pie tratando de probarse así mismo que era fuerte, pateó su sección de libros con impotencia y de este cayó una libreta de cuero, la tomó entre sus manos, claro que recordaba aquella libreta
Las primeras hojas contenían dibujos, pasó una por una. Aquella libreta no le traía los mejores recuerdos pero se negaba a tirarla, era un recordatorio de lo que había hecho...
Harry suspiró saliendo del pequeño trance, a veces hubiera deseado que Gema estuviera aquí solo así su madre no lo culparía por aquello y serían una familia otra vez, dejo la libreta de infancia en su lugar, y tomó su cuaderno de dibujo, se sentó en su cama mientras trataba de retratar nuevamente sus sentimientos era la única forma de estar bien...¿Aquel niño estará bien? Aunque Harry no le haya visto el rostro con mucho detalle sabía que él estaba ahí por la misma razón que él, tenía problemas, pero ese día fue la primera y última vez que lo vio...