You Are My Nerd

Capitulo 3 Keysi Ford Es Una Nerd


Ryan Macleane:

Regresar al instituto no es algo que me alegre mucho, aunque podré volver a las fiestas, tener sexo y volver a jugar… bueno, tiene sus ventajas.
La miserable de la maestra nos puso un examen sorpresa. Terminé pidiéndole las respuestas a los nerds, una respuesta a cada uno. Tengo que asegurarme de pasar todas las materias.
Al fin tendríamos la siguiente clase libre; la mayoría de las animadoras, Erick y yo fuimos hacia las gradas para conversar un poco.
¡La maestra está loca! ¿Cómo se le ocurre poner un examen sorpresa? —Se quejó Lindsay.
Definitivamente, voy a reprobar —bufó Sofía.
Vamos chicos, no estuvo tan mal —dijo Erick, mientras las chicas lo miraban incrédulas.
¿No estuvo tan mal? ¡Estuvo súper ultra mega dificilísimo! —gritó Lindsay.
Erick tiene razón, no estuvo tan mal —me encogí de hombros.
Claro, Ryan, para ti no estuvo difícil porque todos los nerds te pasaron las respuestas —dijo ofendida la rubia.
Antes de que pudiera decir algo, el resto del equipo de fútbol llegaron corriendo agitados; tenían unos ratones en unos botes de plástico —las chicas, al verlos, salieron corriendo y gritando.
¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Erick, mientras se levantaba de las gradas.
Pusimos unos pequeños ratoncitos en el baño de las chicas y la supervisora se dio cuenta.
Nos viene siguiendo —respondió Omar, mientras sacaba los ratones de los botes con ayuda de los demás, para después salir corriendo.
Mujeres —negó Erick; así son todas —comenzó a tocar uno de los ratones, ¡qué bonitos son! —acariciaba a uno hasta que le mordió el dedo; hijo de pu…
¡Aquí están! —exclamó una mujer. Volteamos a ver de quién se trataba; era la supervisora.
¡Señor White! ¡Señor Macleane! Así que ustedes fueron los bromistas de los ratones en el baño —cruzó los brazos.
¿Qué? —preguntamos al mismo tiempo, ¡No! ¡Nosotros no fuimos! —exclamamos.
***
Director, nosotros seríamos incapaces de hacer algo así 
—se defendió Erick.
¿Y los ratones? ¿Qué hacían ustedes con ellos? —preguntó el director, manteniendo la mirada en mi compañero.
Se los guardábamos a unos amigos —estúpido Erick, estúpido, estúpido y mil veces estúpido.
Muy bien, asintió, estarán castigados.
¡No me puede castigar! —refunfuñé; soy el capitán del equipo de fútbol ¡No puede hacerme esto!
Y yo soy defensa —se defendió Erick; usted no puede hacerme esto.
Usted —señaló con su dedo a Erick, irá con la maestra López y la ayudará en lo que necesite, y usted —me miró a mí, se irá a la biblioteca.
¿La maestra López? ¡Ella está loca! —el director lo miró mal. Quiero decir… es una mujer tan… extraña.
¿La biblioteca? —reí. Debe estar bromeando, allí hay… hay… ratas por todos lados —dije, refiriéndome a los nerds.
¿Ratas? —preguntó el director.
Sí, ratas grandes, ratas pequeñas…
No sé de qué habla señor Mcleane. Vaya de inmediato a la biblioteca.
***
Erick fue con la maestra López y la supervisora se quedó esperando hasta que me vio entrar a la dichosa biblioteca. Todos estaban leyendo algún libro, y con todos, me refiero a las cuatro personas que estaban ahí dentro.
¡Qué aburrido! —grité con la intención de aprovechar mi estancia en ese lugar.
¡Shhhh! ¡Cállate! —los escuché decir.
¡Yo me callo cuando quiera, bola de nerds!
La maestra que estaba a cargo de la biblioteca se acercó y me dijo que me callara o le diría a la supervisora, quien al parecer le comentó sobre cuál debía ser mi castigo.
Bufé y, restándole importancia, guardé silencio. Caminé hacia una mesa algo alejada de la maestra y observé a una chica muy concentrada en su libro, vestía con ropa holgada, la cara no se le podía ver porque el libro se la cubría.
¿Por qué no me divierto un poco? —pensé.
Me acerqué a ella y le arrebaté el libro, lo comencé a levantar para que no lo alcanzara, pues ella era más baja que yo.
¡Oye, consíguete uno ¡aquí hay muchos! —dijo.
¿Yo para qué quiero un libro? —comencé a ojearlo, la miré para reírme en su cara; al verla me percaté de sus hermosos ojos… me quedé observándola hasta que, luego de unos segundos, reaccioné.
¿Me devolverías el libro? —se lo entregué, Gracias.
Volvió a sentarse y continuó leyendo, como si yo no existiera. Decidí sentarme en la silla que estaba frente a ella, y nueva-

mente cogí su libro. Solo necesitaba verla y que me viera.
Soy Ryan, Ryan Macleane —suena absurdo, ya todos me conocen; supongo que eres nueva, nunca antes te había visto —me interrumpió antes de terminar.
Sé perfectamente quién eres y no, no soy nueva —se levantó, cogió sus cosas y se fue. Me levanté para tratar de seguirla, pero la maestra me detuvo en la puerta.
Ni lo intentes Macleane, te estoy observando.
Maldije internamente dando media vuelta; regresé y observé a una chica acomodando algunos libros; no sé cuánto tiempo tenía allí porque no la había visto al entrar, pero me acerqué a ella y la saludé.
¡Oh, por Dios! —susurró, ¡Ryan Macleane me está hablando!
¡Silencio! —pidió susurrando uno de los chicos que antes me había callado.
¡Oh, sí! ¡Lo siento! —habló más bajo la chica y me miró; Ryan, tú, tú… tú me estás hablando. —¿En serio, causo esa emoción? Genial.
Solo quiero preguntarte algo —dije en voz baja, para no llamar la atención de la maestra.
Sí, sí, lo que quieras, adelante, dime.
¿Quién es la chica que se acaba de ir? —la chica que acomodaba los libros parecía confundida, así que le mostré el libro que le había quitado anteriormente a la otra. ¿Cómo se llama la chica que estaba leyendo este libro?
¡Ah! Keysi.
¿Keysi? —pregunté.
Sí, no entiendo por qué no la conoces, si comparten la mayoría de las clases, su nombre es Keysi Ford.
***
¡Al fin! La bruja de la supervisora me dejó salir luego de que el timbre sonara. Me encontré con Erick en el pasillo; se veía algo serio.
¿Qué tal la biblioteca? —preguntó, y reí negando con mi cabeza. Creo que mejor de lo que te tocó a ti, obedeciendo a la maestra López.
¡Hello, babies! —Lindsay se acercó y me besó para luego sonreír. Me enteré de que estaban castigados —hizo un falso puchero; ¡Pobrecitos! Además, los castigaron porque el equipo de fútbol te traicionó —colocó su mano en mi pecho.
Ya luego me desquitaré —miré a Erick; el próximo entrenamiento será más duro para ellos —él asintió y devolví mi mirada hacia ella, ¿Qué quieres?
¡Ay! —llevó su mano al pecho, ofendida. Sólo quiero saber cómo están.
Estamos bien, como puedes ver, y ahora nos vamos —dije y comencé a caminar; detrás de mí iban Erick y Lindsay.
No te enojes baby, mejor dime ¿qué quieres que haga por ti? —frené en seco para mirarla, mordió su labio y comenzó a rozar su pecho con los dedos.
¿Me dirías quién es alguien? —le pregunté.
¡Claro, baby! —sonrió.
¿Quién es Keysi Ford? 
¿La nerd? —hizo una cara de asco y me miró indignada.
¿Qué? —no entendí de qué estaba hablando.
Keysi es una de las nerds, igual que Melanie —dijo, mientras miraba a Erick.
¡Melanie no es una nerd! —exclamó enojado.
Eso lo dices porque a ti te gusta. Deberías aceptar que Melanie también es una nerd.
¡No le vuelvas a decir nerd! —la miró de manera amenazante.
El pasillo se iba llenando de más personas, así que caminamos hasta el salón de clases. Erick y yo tomamos asiento juntos, ignorando por completo a Lindsay. Miré por la ventana, hasta que Erick llamó mi atención.
Ella es Keysi —apuntó a una chica de ropa holgada que iba entrando; en efecto, era ella, solo que tenía puestas unas gafas.
¿Ella es Keysi Ford? —pregunté y Erick asintió. Se puso de pie dejando su mochila en el lugar y salió del salón.
Era la misma chica, se veía un poco diferente gracias a esas gafas, pero sí era ella.
Me levanté al ver que la chica salió: de pronto entró la supervisora —Macleane, siéntese; tomé asiento nuevamente.
La vieja loca comenzó a hablar; no puse ni un poco de aten-



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En el texto hay: humor, amor, nerd y populares

Editado: 09.08.2020

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